Las Corridas Generales, con el prólogo el sábado 20 de una despuntada para rejones, van a ser esta vez siete y no ocho. Una menos que en 2019. La reducción trata de compensarse con la inclusión en día lunes de una novillada. En el programa de toros, comparado con el de 2019, se detectan modificaciones sustantivas.
Las más llamativas son dos: la caída de Victorino Martín, que echó entonces seis toros de una seriedad extraordinaria, y el retorno, virtual, al cabo de veinte años de una ganadera tan vocacional y radical como Dolores Aguirre. El nombre y la personalidad de Dolores son marca señera del Bilbao clásico, un icono, orgullo de la afición del país. Siete años después de la muerte de Dolores, la ganadería, en manos de su hija María Isabel Lipperheide, mantiene intactos su razón y sus principios: el encaste Atanasio-Conde de la Corte en pureza, la garantía del toro íntegro, trapío y presencia formidables, las hechuras del toro de Bilbao por antonomasia.
De las ocho ganaderías de 2019 sobreviven en el programa solamente tres: Miura, Victoriano del Río y el binomio Garcigrande-Domingo Hernández, jugadas entonces en una sola baza, pero desdobladas y por separado en esta ocasión. Además de Victorino, han quedado fuera de concurso Torrestrella, Zalduendo, Fuente Ymbro y Jandilla. Una salvedad: de Jandilla fue la discreta corrida de la reinauguración de Vista Alegre el pasado junio. Las tres plazas de recambio y refresco se han adjudicado a Dolores Aguirre, Puerto de San Lorenzo y Santiago Domecq, que se estrena en Bilbao. Los toros del Puerto, tradicionales en el abono, vuelven cinco años después y destinados en fecha buena, un viernes festivo, a terna inédita: Morante, Paco Ureña y Roca Rey. El cartel sorpresa de la semana, que tiene por desafío una pretendida hazaña: colgar el No hay billetes.
Morante ha renunciado en Bilbao al papel de imprescindible, pero sin dejar de serlo. Roca Rey, que lleva un mes de agosto embalado, es, junto con El Juli, la base o el gancho mayor de la feria. Los dos alternan en la corrida del jueves con toros de Victoriano del Río. El cogollo y la carne de las Corridas Generales son las tres fechas mayores de la semana: miércoles, jueves y viernes. Las tardes en que doblan El Juli y Roca Rey, y la guinda entre dulce y picante de Morante. La puesta de largo de Tomás Rufo en Bilbao, con el patrocinio habitual de El Juli en la corrida de Domingo Hernández, es uno de los reclamos mayores de la semana.
A la ausencia por causa mayor de Emilio de Justo, y al ninguneo de un torero tan en estado de gracia como Daniel Luque, se ha sumado la baja de Diego Urdiales por razones no conocidas de política taurina. El palmarés de Diego en Bilbao a lo largo de la última década no tiene parangón. Aquí tiene firmadas faenas antológicas, de su colección particular. Según frase hecha, Bilbao es su plaza.
Lo es de otra manera para Paco Ureña, reconocido como triunfador indiscutible de la edición de 2019 con dos toros excelentes de Jandilla. Hay una categoría particular de digamos “toreros de Bilbao”, predilectos de los dos grandes clubs taurinos de la Villa, el Cocherito y el de Bilbao. Lo fue Iván Fandiño. Lo son Urdiales y Ureña. Lo ha sido Ponce más allá de los distingos de los dos clubs. Y en el mismo sentido, y más popular que ninguno, lo sigue siendo El Juli, que hace veinte años justamente mató en tres tardes consecutivas del abono las corridas de Victorino, Javier Pérez Tabernero y Torrestrella. Con éxito de crítica y público.
Son diecinueve los matadores anunciados este año en el abono. Uno menos que en 2019. Nueve novedades, quién sabe cuántas de ellas provocadas por las bajas de Diego Urdiales y Emilio de Justo. Se repesca a Morante, Perera, Luis Bolívar, Talavante y Saúl Fortes, que tomó por cierto en Bilbao la alternativa hace once años. Son debutantes Damián Castaño, Ángel Téllez, Tomás Rufo y Leo Valadez. Además de El Juli y Roca Rey, quien por convalecer de grave lesión no pudo torear el año 19, repiten Román, Ginés Marín, Ureña, Ferrera, Manzanares, José Garrido, López Chaves y Manuel Escribano. Dolores Aguirre abre el desfile el tercer domingo de agosto. Lo cierra Miura siete días después. Se verá después si es toro todo lo que reluce. Toro de Bilbao, se entiende.
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