Lo de Madrid con los toreros americanos raya en el absurdo, injusto y desagradable.
El año pasado, ante la corrida de Victorino Martín, la actitud fue contra el venezolano Jesús Enrique Colombo. Provocación que surge de parte de un grupo mínimo de irracionales que pita y provoca constantemente y con intención de influir sobre la masa del público en la plaza.
A veces lo logra, protestando presencia de los toros, estilo o ejercicio de toreros, provocando cambios irracionales sobre la masa que con orgullo piensa que es la afición más justa, conocedora y enterada del mundo.
Lo ocurrido con el maestro Joselito Adame ayer, fue un acto de crueldad. Mezclado de ignorancia y falta de respeto hacia el gremio de profesionales del toreo.
Todo provocado por exenófobos enanejados en claque en contra del torero mexicano. Expresión permanente, desde hace ya algún tiempo, en contra de toreros de América.
El maestro de Aguascalientes con el toro de Arauz de Robles, único de esta ganadería que lidió, porque, como dato curioso, por absurdo, dos toros de esta vacada fundada con reses de Gamero Cívico y que, a la fecha, se nutre de un menjurje o batiburrillo ganadero, fueron devueltos, apenas salir a la arena de Las Ventas.
Regresaron a los corrales por su evidente debilidad en los curatos delanteros.
Joselito Adame, luego de jugársela, como es lógico y usual en este torero, en el inicio de la faena de muleta, el peligroso toro desatendió en el cite inicial la muleta en la mano izquierda arrollándolo y provocando una terrible y espectacular voltereta cayendo de cabeza.
Ocurrió lo que sucede en plazas de toros, ante todos cinqueños, íntegros en sus defensas y volumen. Todo es posible y se espera en la tauromaquia.
Lo inaceptable es que cuatro o cinco infames organicen una claque en contra del torero lesionado y sean apoyados por otros imbéciles que en la oscuridad de la identidad creen que actúan con valentía, cuando en realidad se trata de un atajo de cobardes.
Joselito Adame no se escudó ni en la agresión del minúsculo grupo ni en su evidente carencia de facultades.
Todo lo contrario, se arrimó, como lo que es: un jabato.
Fue pase a pase y paso a paso cambiando la expresión irracional de ese eterno grupo nocivo que perdura, lamentablemente, en la plaza de toros más importante y exigente del mundo, la Monumental de Las Ventas de Madrid.
El torero hidrocálido cumplió, mucho más allá del deber y con todos los honores con lo que el valor viste a los valientes mató en el segundo o tercer intento.
Al dar la vuelta al ruedo, volvieron por parte de una cobarde minoría los pitos, protestas y abucheos. Afortunadamente el reconocimiento al mérito del torero creció con justicia.
Joselito Adame, varias veces triunfador en la Plaza Monumental de Madrid, al concluir su merecida vuelta al ruedo y por orden del doctor García Padrós, fue trasladado en una ambulancia a un Hospital de la ciudad.
Pepe Moral y Ángel Téllez, completaron el cartel de esta corrida ante duros e inciertos toros de Arauz de Robles. La buena afición de Madrid descubrió en Téllez una promesa del toreo, torero del que esperamos poder relatar algún día los triunfos que con su buen estilo y comprobado valor os promete ha de lograr.
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