Javier Garfias es la bisagra central en la puerta que abre Antonio Llaguno; por años estuvo al frente de San Mateo, donde entendió y obtuvo el conocimiento necesario para convertirse en el ganadero más influyente en la genética del toro de lidia mexicano, el encaste Llaguno, de 1970 en adelante.
Es el primer no descendiente de las casas fundacionales que se vuelve ganadero de ganaderos y para ganaderos. Es el constructor del puente al futuro. Recibe en silencio la estafeta, y al tiempo se convierte en el líder en la carrera.
Javier Garfias de los Santos falleció a los 76 años en su finca de Los Cués, Querétaro. Ha sido el más importante de los ganaderos en la historia del México moderno. Hoy la cruza de los toros de Garfias es la joya genética del abanico que riega el universo con vacas reproductoras a muchos de los mejores ganaderos de bravo en México.
Las declaraciones de tres maestros del toreo, Antonio Ordóñez, Paco Camino y el Niño de la Capea, con palabras expresadas ante testigos en momentos diferentes al autor de este libro, nos entusiasman y obligan a reproducirlas en homenaje a Javier Garfias de los Santos, que se atrevió a romper las órdenes de don Antonio para alimentar las cotas de excelencia de la cría del toro bravo en América.
El futuro es hoy, cuando el ya no está, sin embargo, cinco décadas de intención y triunfo siguen vivas en los libros y en los hatos de las ganaderías que llevaron de sus potreros, sangre cuidada y buscada por don Javier. Y vivirán por muchos años más. Cincuenta años forman este puente que le dio vida a la sangre Llaguno hacia el futuro.
Así lo vivió el, así lo diseñó día a día, pensando en Garfias. Los demás se acercaron y crearon a su alrededor. Llegará el día que se tenderá el siguiente puente, ese que será el paso de una tierra a otra, de una fiesta a otra, ahora cimentada sobre el toro de Garfias.
Es el primer no descendiente de las casas fundacionales que se vuelve ganadero de ganaderos y para ganaderos. Es el constructor del puente al futuro. Recibe en silencio la estafeta, y al tiempo se convierte en el líder en la carrera.
Javier Garfias de los Santos falleció a los 76 años en su finca de Los Cués, Querétaro. Ha sido el más importante de los ganaderos en la historia del México moderno. Hoy la cruza de los toros de Garfias es la joya genética del abanico que riega el universo con vacas reproductoras a muchos de los mejores ganaderos de bravo en México.
Las declaraciones de tres maestros del toreo, Antonio Ordóñez, Paco Camino y el Niño de la Capea, con palabras expresadas ante testigos en momentos diferentes al autor de este libro, nos entusiasman y obligan a reproducirlas en homenaje a Javier Garfias de los Santos, que se atrevió a romper las órdenes de don Antonio para alimentar las cotas de excelencia de la cría del toro bravo en América.
El futuro es hoy, cuando el ya no está, sin embargo, cinco décadas de intención y triunfo siguen vivas en los libros y en los hatos de las ganaderías que llevaron de sus potreros, sangre cuidada y buscada por don Javier. Y vivirán por muchos años más. Cincuenta años forman este puente que le dio vida a la sangre Llaguno hacia el futuro.
Así lo vivió el, así lo diseñó día a día, pensando en Garfias. Los demás se acercaron y crearon a su alrededor. Llegará el día que se tenderá el siguiente puente, ese que será el paso de una tierra a otra, de una fiesta a otra, ahora cimentada sobre el toro de Garfias.
Gracias Vito un genial estudio de los mejores toros que se hayan producido en Mexixo y el mundo un Encaste ejemplar ! Felicidades !!!
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