Se fue un buen hombre, ya no camina un sembrador de bondad y apoyo de la fiesta brava. Hemos perdido un apreciado aficionado: un hombre bueno que vivió para defender la fiesta de los toros y exaltar los valores de la tauromaquia.
Ayer murió Pedro Casanova.
Pedro Casanova fue mucho más allá de ser un aficionado de tendido, o de peña. Vivió la vida con su pasión que en un buen trecho del camino ejerció en funciones de veterinario y de empresario taurino organizando corridas de toros en Puerto La Cruz, la ciudad que él adoptó, en su natal San Pedro del Río, el pueblo donde nació. Organizó corridas de toros en Barcelona de Anzoátegui, también en Guarenas. Espectáculos que sirvieron como vitrina para exponer las virtudes de los toreros venezolanos, festejos donde se lidiaron toros nacionales de las más diversas ganaderías.
En su Táchira fue guardián y propagador de la Feria Internacional de San Sebastián en San Cristóbal, abonado permanente a la Monumental de Pueblo Nuevo y también en Mérida de la Román Eduardo Sandia. Respaldó siempre los esfuerzos para organizar los toros en Venezuela colaborando con las Escuelas Taurinas "César Faraco" y de Mérida, lo mismo que con las peñas taurinas o anunciando en los espacios de las transmisiones radiales de los programas taurinos o transmisiones de los festejos.
Respaldó los esfuerzos que se hicieron en diversas poblaciones de Venezuela para la fundación del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida en el Táchira, en Mérida, en Maracay muy en especial en Caracas.
Como infatigable viajero taurino vivió intensamente la huella que deja en el duro camino de la fiesta el torero venezolano, tanto en la tierra como en el exterior; en México deja sus mejores amigos, representados por toreros y ganaderos como el matador de toros Alfredo Gómez “Brillante”, el periodista Ángel Bernal, el editor y aficionado práctico Jorge Anciola y Jorge Espinosa de los Monteros, destacado aficionado miembro de Bibliófilos Taurinos de México.
Colombia fue generosa con Pedro, le atendió en momentos muy delicados de su salud y le abrió las puertas de los caminos de las ganaderías neogranadinas. Lo hicieron los colombianos con afecto y cariño atendiéndole en Medellín, Cali y Bogotá, por el buen hombre y hombre bueno que fue Pedro Casanova.
España, frecuente en su ruta, porque en España él con la ayuda de Juan Lamarca, Presidente del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida, ayudo enderezar el camino de nuestra primera figura del toreo en la actualidad, tal es el caso de Jesús Enrique Colombo. Gracias al empeño de Pedro. Colombo hizo valiosos contactos en Colombia, como más adelante los hiciera en Francia, Portugal, México y definitivamente España.
En esta nota faltarán nombres, pero no sobrará ninguno. En este nota todo lo que nos proponemos es confirmar nuestro dolor por la partida de un amigo muy querido, un taurino apreciado y un venezolano generoso, honesto y capaz que creó centenares de puestos de trabajo para sus coterráneos quienes con la ida de Pedro Casanova han de sentir la ausencia del benefactor de muchas familias que hoy quedan desamparadas.
Se nos ha ido un buen amigo, un amigo querido y apreciado. Hasta su hermano Miguel, su viuda e hijas nuestro sentido pésame.
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