El impresionante mural de Isabel Garfias Montero en la Monumental Plaza México
MARYSOL FRAGOSO
FOTOS: LUIS GARDUÑO
Los asistentes a la Corrida Guadalupana ayer tarde en la capital del país apreciaron 64 toros que decoran la contrabarrera (tablas que dividen el callejón, del ruedo) en la Monumental Plaza de Toros México. Estos surgieron de la inspiración de la pintora y ganadera Isabel Garfias y los realizó en exclusiva para ESTO.
Como en años anteriores, cuando el empresario Javier Sordo impulsó de nueva cuenta la realización del festejo guadalupano, para este 12 de diciembre de 2021, habrá arte pictórico acompañando a los toreros. En pasadas temporadas han decorado las tablas, artistas plásticos como Javier Marín, Rivelino (José Rivelino Moreno Valle) y Jazzamoart.
Siendo fiel a su origen, Isabel Garfias Montero, vistió las tablas con la inconfundible anatomía del astado bravo. Cada uno tiene nombre propio como: Tequilero, Mezcalero y Talibán. En las negras siluetas sobresalen brillantes colores y en tono blanco, una serie de palabras que expresan conceptos taurinos como bravura, nobleza, hondura, temple, señorío, libertad, pasión, genética, entrega, tradición, ecología, identidad, afición y admiración.
Es la manera en que esta artista tiene de defender la fiesta brava: “Porque nuestros argumentos taurinos son mucho más fuertes que los de los diputados y los antitaurinos que sólo buscan obtener cinco minutos de fama”, dijo la también escultora, nacida en San Luis Potosí, en el seno de una de las familias ganaderas de bravo mexicanas más respetadas en el mundo.
Cada obra lleva un certificado de autenticidad y será vendida posteriormente: “Se trata de reunir fondos para la defensa de la fiesta brava y del toro de lidia. El dinero que se reúna se usará para pagar abogados y todo lo que conlleva esa acción”.
Para Isabel es la tercera ocasión que plasma su obra en una plaza de toros. A saber: en febrero de 2019 lo hizo en la Plaza Oriente, de San Miguel de Allende, con motivo de la Corrida Insurgente; a fines de ese año decoró el coso más antiguo del continente americano: el de Acho, en Perú.
“En las otras plazas, nos permitieron intervenir tablas y ruedo, aquí en La México sólo serán las tablas”, señaló la hija del recordado ganadero don Pepe Garfias.
El trabajo artístico ha sido enorme y será la culminación de una gran año para ella, pues el pasado septiembre, durante la Feria de San Miguel, en Sevilla, España, presentó la que ha sido su novena exposición pictórica en el extranjero.
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