Conocí a Pepín Martín Vázquez de la mano de Juan Silveti Reynoso, que ha sido el torero más destacado de la famosa dinastía mexicana que llega a cuatro generaciones de matadores de toros.
Fue un día en Sevilla, a la entrada de los Jardines de Murillo en un pequeño restaurante donde cada jueves se reunía “El Tigre” Silveti con Pepín, cuando ambos coincidían en la ciudad.
Para aquella reunión, el cocinero del Camborio preparaba sabrosas criadillas en mantequilla a la exigencia del hijo de Curro Martín Vázquez. Resaltaba durante el palique el maestro Silveti la meteórica carrera de Pepín. La subrayaba como la de un auténtido rival a Manolete, destacándose aquella corrida de la Beneficencia en julio de 1947 cuando Pepín Martín cortó tres orejas en las narices del Monstruo, realizando faenas que más tarde, serían integradas al largo metraje Currito de la Cruz en versión que, en Caracas, se proyectó en los teatros Ayacucho y Principal, con la particularidad que a exprofeso se interrumpia la película que rebobinaba el operador complaciendo la petición del público, porque quería volver a ver torear a Pepín Martín Vazquez.
La cornada del Concha y Sierra que le partió la femoral en la corrida de Valdepeñas, cuando toreaba con Curro Caro y Manolete.
Gracias al Cadillac de Manolete, que le trasladó a velocidad increible a Pepín Martín Vazquez hasta Madrid que logró impedir que el torero herido muriera desangrado.
Ocurrió lo que no ocurriría veinte días más tarde cuando en el mismo Cadillac con Gitanillo de Triana al volante no se pudo sortear que el doctor Jiménez Guinea detuviera el desangre y evitara la muerte de Manolete, causada por Islero de Miura.
Muchas fueron las cornadas sufridas por este gran torero que en su inicio de novillero pronosticó a publicos y entendidos una de las carreras más brillantesde la historia taurina. Pronóstico que se nutrió con mayor impacto con sus triunfos con los utreros del vizcone de Garcigrande en Las Ventas de Madrid, imponiendo el argumento para exigir atención y colocación como figura del toreo.
Con el toro Partidario de Alipio Pérez Tabernero, Domingo Ortega le dio la alternativa. El testimonio a cargo de Pepe Luis Vazquez y de Carlos Arruza.
Una carrera, breve pero brillante, acentuada con los disgustos que él, Pepín, le diera a Manolete cada vez que le superaba cuando toreaban juntos.
Era él, Pepín Martín, el llamado a tomar la manija del toreo, en vez de Dominguín como ocurrió al morir Manolete. Su carrera tenía un trazo meteórico y triunfal, pero le empezaron a coger muy fuerte los toros: un Fermín Bohórquez le destrozó la fosa ilíaca en Madrid. En agosto del 47 recibió la tremenda “cornada de Valdepeñas”, considerada como una de las cornadas más fuertes en la historia del toreo y mucho más grave que la cornada del Miura que en Linares le costaría la vida a Manolete unos días más tarde.
La cornada de Valdepeñas acabó con la carrera de Pepín Martín. Carrera de serios tropiezos, como el que tuvo con el toro de Fermín Bohórquez, que le destrozó la fosa ilíaca en Madrid. La ya referida “cornada de Valdepeñas”temporada de 1948 y otra provocada por un toro de Buendía, en la axila. En el 49 sufrió otra cogida en Peñaranda de Bracamonte y tambien está en la lista de los errores de Pepín América, porque en Lima recibió otra cornada .
El 1953, en el Nuevo Circo de Caracas Pepín Martín Vazquez se retiró de los ruedos, lo hizo el 22 de febrero la tarde de la corrida con la que César Girón debutó en su natal Caracas como matador de toros. Hacía apenas 5 meses que César había tomado la altrnativa en Barcelona. Girón alcanzó la alternativa de manos de Carlos Arruza, el histórico rival de Manolete, con toros de Urquijo. Completó el cartel un buen torero de Salamanca, Emilio Ortuño “Jumillano”, que fue un breve rival de César aquellos primeros años de formación del gran torero de Venezuela. Aquel día del debut de Pepín, los aficionados caraqueños querían ver a Currito de La Cruz, encarnado en un Pepín Martín Vazquez camino de la retirada. Fue la de Caracas la tarde de su adios y mucho ayudaron al desencanto los toros de Guayabita que no entendieron el soñado guión de la película.
Aquella tarde caraqueña se colocaba el punto y final de una gran dinastía, la dinastía de los Martín Vázquez, pero se abría la página gloriosa de la dinastía Girón … y de dinastías hablaron Juanito y Pepín ,aquel día en El Camborio. Mucho se habló entre amplios y muy gratos temas.
El padre de Juanito, el legendario Meco llegó a rivalizar con los ancestros de Pepín Martín, aquellos herederos de Curro Martín, viéndose las caras tanto en España como en México. Dos grandes toreros fundadores de dos históricas dinastías, los Martín Vazquez y los Silveti. Los historiadores, tan amigos de los bosques que forman sus estudios genealógicos, han desarrollado el siguiente árbol de Los Martín-Vázquez:
Fundador: Francisco Martín Gómez (1882-1946) "Curro Vázquez"
Continuador: Manuel Martín Gómez (1886-????) "Vázquez II" (hermano del anterior y cuñado de los Gallos)
Otros: Pepín Martín Vázquez (1927), Manuel Martín-Vázquez (1921), Rafael Martín-Vázquez (1924-1998) (hijos de Curro Vázquez), y Mario Carrión (1934) (sobrino de Curro Vázquez)
Más Destacado: Pepín Martín Vázquez
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