sábado, 9 de febrero de 2019

CUENTA FINAL Temporada 2018 - 2019 Por Carlos Castañeda Gómez del Campo / Plaza Monumental México


CUENTA FINAL

A Pablo Reyes Reimers 
Aficionado non.

Caminaba Pablo Reyes con Francisco Madrazo Solórzano en alguno de los museos de los Coronel en Zacatecas. Admiraban la obra del famoso pintor, sin embargo, la plática era de toros. En un momento Pablo le dice levantando la voz a Paco, quien se le había adelantado algunos pasos: Paco ¿y Ordoñez?........ “detengámonos y meditemos”, responde el otrora ganadero de La Punta.
Un poco esa es la intención de estas reflexiones. Detenernos y analizar hacia donde estamos llevando la fiesta de los toros quienes participamos en ella.  
Pablo Reyes es de los últimos aficionados de la generación anterior. Que vivió el México torero y ganadero a su máxima altura y que conserva y comparte con quienes hemos tenido el gusto de disfrutar con él una mesa, conceptos cimentados en la ética, la exigencia, la dignidad y la grandeza de la fiesta. 
Gracias Pablo. Para ti estas páginas.
Con mi cariño y mi agradecimiento.
Carlos.  

Marzo 2018 
  





TEMPORADA 2018-2019

 





VACÍOS QUE NO SE LLENAN.

Inició la temporada en La México con una gran entrada y una cariñosa ovación valió de homenaje al recién fallecido Heriberto Lanfranchi. Historiador, escritor y juez de plaza entre otras actividades en el mundo de los toros, su partida genera un hueco que no se va a llenar nunca. Si alguien quiere estudiar y analizar la historia del toreo en el mundo su magnífica investigación “La fiesta brava en México y en España” que abarca el periodo comprendido entre 1519 y 1976 es de consulta obligatoria. Hombre cariñoso y educado deja un legado único. Gracias señor.
Falto de contenido, hueco o sin la solidez que corresponde, vano, sin fruto, malogrado, son algunas de las definiciones de vacío. Abismo, precipicio o altura considerable, carente de materia, son otras. Y a veces parece que la fiesta de los toros cumple con una, varias o todas ellas.
Esas tardes en las que solo se busca el gozo material, limitan la expresión fundamental del toreo, nos dejan dentro de la caverna del placer mundano sin poder salir de ella en búsqueda de la creación verdadera. 
Triunfos apoteósicos a plaza casi llena, no necesariamente abonan la tierra para obtener mejores frutos. 
La tauromaquia siempre en continua evolución no debe de separarse de los principios básicos de la misma, teniendo siempre al toro como piedra angular.
Ayer vimos una magistral actuación de caballero y caballos unidos a través de la brava embestida de “Fantasma” de la ganadería de Enrique Fraga. Ventura después del rabo de Madrid vino a México a buscar el sitio que no ha encontrado en América. El indulto de este jabonero lo pone en el camino.
Octavio García se fue por la puerta de la enfermería y Enrique Ponce enfrentó levemente la ira de la afición. Público de inauguración y de aficionados al rejoneo, evitaron una bronca mayor para una figura del toreo a la que la afición le está pasando factura. Luis David lo intentó. 
Hay vacíos que no se llenan. Como casi nunca se llena ya la plaza.

FICHA DE LA CORRIDA
11 de noviembre de 2018
Entrada: 25,000
2 de Enrique Fraga y 6 de Barralva
Diego Ventura, indulto de “Fantasma” de Fraga
Enrique Ponce, una oreja
Octavio García “El Payo”, cornada
Luis David Adame






AUDIENCIA PÚBLICA.

Creo que en esencia eso es el toreo. Una audiencia pública. El aficionado asiste, analiza y juzga. Quizá el primer fallo de este juicio es la propia entrada. El domingo más de media en numerado, porque general parece ser solo para los días de fiesta, porque hemos logrado reducir las grandes tardes a fechas específicas a base de seguir la misma receta. Una temporada no se puede administrar como una feria. 
En la semana vi una entrevista al ganadero español Leopoldo de la Maza, dueño de la ganadería Conde de la Maza. No es reciente ni se liga a la desaparición de su ganadería, pero expresa un concepto clarísimo: “…yo no le doy a esto mucho tiempo. Se va a ir cayendo solo porque se va a perder el interés. De momento todavía hay que ir a los toros a pasar miedo y que a través de ese miedo el que este toreado allí sea capaz de crear arte. Si se crea sin pasar miedo no es arte en el toro. Ahora se tiende a crear arte sin que el de arriba pase miedo, pues esto, se cae solo”. 
Casta y nobleza son los dos ingredientes absolutamente necesarios de la bravura. Pero hay un tercero que es el elemento de transporte de esta. El que sirve para su transmisión: la fuerza, sin ella en la audiencia pública solo podemos llegar al hubiera. No al es. Y el hubiera es una expresión de derrota. De ausencia. Y al que juzgan en ausencia normalmente lo condenan. La corrida tenía cualidades de bravura, dos toros más se pudieron ir sin orejas, pero en lo general en esta ocasión falto empuje. 
Sin miedo en el tendido y sin fuerza en el ruedo, las tardes se tornan frías, faltas de contenido. 
Castella es un torero importante en Europa que aquí sabe a poco y le conceden mucho. El domingo se cumplió con esto.   A Diego le tocaron los del hubiera. Y se despidió Garibay. Amigo de muchas horas y muchos kilómetros, después de 19 años de alternativa y seis puertas grandes en México, dijo adiós con una salida más a hombros cortando una oreja a cada toro. Punta de lanza del proyecto de Tauromex, atento aprendiz de los conceptos de Corbacho alternó exitosamente con todos los de su época. Pero la ausencia cansa y la audiencia exige. Adiós querido amigo, gracias.    

Carlos Castañeda Gómez del Campo. 

FICHA DE LA CORRIDA
18 de noviembre de 2018
Entrada: 12,000
6 de La Estancia y 1 de Julián Handam
Ignacio Garibay en su despedida, oreja y oreja
Sebastián Castella 1 oreja en el de regalo
Diego Silveti



DISTANCIA ENTRE VELOCIDAD 

El Tiempo se mide como el resultado de dividir la distancia recorrida de un punto a otro, entre la velocidad promedio utilizada en ese trayecto. En la música, el tiempo es compás, el cual genera profundidad, ligereza, alegría, tristeza. En el toreo, tiempo es temple. El toro recorre en cada pase la distancia que su bravura lo impulsa, al ritmo que el torero le indica. Y ahí nace el temple, cualidad que ha hecho atemporal al toreo. A una partitura son las notas lo que a una faena son los pases. Para ambas deben de estar definidos tiempo y métrica. Sin embargo, la faena no la podemos escribir, ensayar ni perfeccionar antes. Las notas del toreo se escriben y se definen en el momento en que se ejecutan. En cada faena hay una cantidad de pases que logran la obra en perfecto tiempo. Ni uno más, ni uno menos. La bravura del toro dicta la forma, la ejecución del torero la pausa. Y el logro del resultado es caprichoso, exige un final sin pausa, en cadencia y concordancia con la faena misma. La bravura del segundo toro de la tarde y la pausa de Macías lograron una inconclusa sinfonía de casta, nobleza y ritmo. El toreo no ha sido ni será una interminable cantidad de notas repetidas sin sentido ni emoción cien o más veces. El toreo son los treinta acordes donde la expresión plena de la bravura de un toro es templada para producir arte alrededor de la exigencia y la emoción. Sin embargo, en un punto, en el perfecto, hay que terminar la obra y ayer Arturo no supo poner fin, a tiempo, a la que creo yo ha sido su mejor faena en México. 
Cartagena un jinete bien preparado con una cuadra entrenada a nivel de perfección, como todas las de las figuras del rejoneo actual, es uno de los tres grandes rejoneadores españoles que harán el invierno en México. Las corridas de rejones son un espectáculo diferente, con un público diferente, que requiere de un toro diferente. Todo esto da una trascendencia diferente. Si no lo creen, ahí está el rabo de Ventura en Las Ventas. Ayer mendigó y obtuvo una oreja. Así no. 
Notas de aliento hay en Leo Valadez. La velocidad de la juventud todavía no lo deja encontrar su tiempo. Una oreja sin valor curricular comprende su actuación de ayer. Es difícil dar valor a los trofeos, antaño tan importantes, cortados en una plaza que ya no es referencia. 
A Arturo Macías lo acabo de ver recientemente en el campo. Platicamos largo. El año pasado a fin de temporada dejo una muestra del toreo que disfrutamos ayer, ejecutada ante el toro que él sabe, necesita para expresarse. Esperemos que este segundo movimiento lo continúe en ese son. Nos vemos en enero.

FICHA DE LA CORRIDA
25 de noviembre de 2018
Entrada: 8,000
4 toros de José María Arturo Huerta y 2 de Arturo Gilio
Andy Cartagena, 1 oreja
Arturo Macías
Leo Valadez, 1 oreja

FINA ESTAMPA

Trapío ha sido una palabra detrás de la cual se han escondido muchas mentiras y aumentado más de una verdad. Es una palabra importada del léxico naval, que significa “conjunto de velas o trapos de una embarcación”, por eso hablamos del toro con trapío de aquel que asemeja a la embarcación saliendo del puerto con los trapos hinchados por el viento, navegando a toda vela. Esta acepción se la escuche por primera vez a Gonzalo Iturbe y creo es muy acertada. El trapío no es algo subjetivo. Es un evento binario. Hay o no hay. Por más que en rebuscados léxicos de tipos y fenotipos queramos ocultar realidades. “Buena planta y gallardía del toro de lidia”, es la definición del diccionario. El domingo hubo. Vimos el toro como debe presentarse en la gran plaza. El toro rematado, con conformación armónica entre cuerpo y pitones. No el joven engordado que podrá tener peso, que no trapío y que tanto gusta y tanto defienden las figuras españolas y uno que otro que no lo es, bajo el argumento que no saquemos de tipo al toro mexicano por exigirles que toreen eso, toros. Como los del domingo. Hablan del toro mexicano, “con su carita, con sus hechuras”, en declaraciones ominosas para cualquier aficionado y profesional mexicano. Pues el domingo había lo que debe de ser y abunda en el campo mexicano, toros con trapío, no lo que no debe de traerse nunca a esta plaza y ellos, los españoles, imponen tarde tras tarde. Pero también hubo torero. Uno que puede arreglar este tema. Sergio Flores ya dejó de ser un niño, ya no es una promesa. Ahora tiene frente a si el reto de tomar uno de dos caminos, el del compromiso y la cima del toreo o el de la comodidad del carro jalado por otro. Tiene un serio problema: atreverse a vivir su destino. Llega en un momento en que no hay nadie, en el cual no aplican derechos sucesorios, solo tiene que ir a la piedra y sacar la espada, tomar la lanza y subir al caballo a ondear su bandera. Si lo haces Sergio, el porvenir te lo darán los toros. Tú dices cuál escoges. Ese donde tú exiges pelear en el campo real o el otro que te impondrán para vivir en la imaginaria del toreo. En esa segunda, siempre ganan los mismos. 
Pues el domingo el ganadero cumplió con la presentación, pero los toros dijeron no. Octavio García volvió a salir por la enfermería y Urdiales demostró que ser buen torero no es suficiente. En los 20 años que lleva de alternativa en España ha habido muchos buenos toreros, pero trascender es diferente.
Sergio, tú dices.

FICHA DE LA CORRIDA

2 de diciembre 2018
Entrada: 11,000
6 toros de Xajay
Diego Urdiales
Octavio García “El Payo”, cornada
Sergio Flores, 1 oreja

CRUZAR EL RUBICÓN

Alea Iacta Est: “la suerte está echada”, palabras pronunciadas por Julio César, en ese entonces procónsul de las Galias -lo que es ahora parte de Alemania y Francia- al cruzar el río Rubicón, frontera norte de Italia y barrera política para los ejércitos romanos. Nadie podía cruzar, acompañado de su ejército, ese límite geográfico sin desafiar el poder de Roma. Al atravesarlo, Julio César desata una guerra civil que culminaría en la desaparición de la República y el inicio del Imperio Romano, que por más de 300 años como uno solo y hasta fines del siglo XV en su parte oriental, se mantendría como el poder económico, político y religioso que al paso del tiempo más huella dejaría hasta nuestros días. 
Cruzar el Rubicón, es una expresión que simboliza el tomar una acción de riesgo cuyas consecuencias son irreversibles y se realiza sabiendo la magnitud de sus efectos. 
El toreo a lo largo de la historia de la tauromaquia ha evolucionado primordialmente por el toro. Del animal bravucón que se defendía más que atacaba, pasamos a un toro criado ya para el espectáculo que mostraba los primeros indicios de casta, para después lograr la aparición de la nobleza en su comportamiento, cualidad necesaria para llegar a la bravura, conducta buscada, creada y mantenida por el ganadero que, con base en selección y genética, logró encontrar y combinar esos dos elementos, casta y nobleza, para llegar a la bravura. Casta y nobleza, ingredientes "sine qua non" del río de la bravura, corriente que impulsa y arrastra al toreo.
Para mí que el 9 de diciembre de 2018 es una tarde gozne. Estoy seguro de que Javier Borrego está contento. Dio la vuelta al ruedo, aunque Ferrera no se enterara que la vuelta es completa. Estamos cruzando el Rubicón. Lo que hace falta es el César que lo grite y haga norma lo que es costumbre. El cuarto toro es el toro del futuro, si es que este puede existir así y haya quien quiera vivirlo. Un toro que alegremente fue al caballo y, sin embargo, se fue sin picar. Y después la casta que tenía la utilizó para mover la gran nobleza que corría por sus venas. Estamos ante el toro cuyo contenido de casta es el mínimo necesario para moverse detrás del engaño. Donde la exigencia y la dificultad desparecen. Estamos pasando del peligro al riesgo, condición inherente de la vida. De la gallarda pelea, a la cursi expresión artística de los que no la tienen, o la artística expresión de quienes naturalmente la dicen. ¿Hay futuro?, de la fiesta que heredamos no. Como no lo tuvo la República. Los toros primero, tercero y quinto expresan la magnitud del riesgo. No creo que ningún torero los rechace o critique. Pero la asamblea sí. Ayer éramos 3,000. 
Jerónimo no entendió sus toros. Juan Pablo tiene el sino del temple sin dicho y Ferrera confirmó la máxima que dice: “Quod natura non dat, Salmantica non præsta”. 
Hemos cruzado el río. Esperemos las consecuencias.

FICHA DE LA CORRIDA
9 de diciembre de 2018
Entrada: 3,000
5 toros de Santa Bárbara y 1 de Lebrija
Antonio Ferrera, 2 orejas
Jerónimo
Juan Pablo Sánchez

  


EL MANTO DE LA VIRGEN
El Nican Mopohuaes el nombre del relato en náhuatl escrito cerca de   1556 por Antonio Valeriano sobre las apariciones del año 1531, en el cerro del Tepeyac, de la Reina de América. Nuestra Virgen de Guadalupe. La indiscutible. El 12 de diciembre fecha de la cuarta aparición al indio Juan Diego, es el día en que se celebra este acontecimiento más que religioso. Es la imagen plasmada en el manto, la que a partir de ese día sirvió como lazo de unión para formar   la espiritualidad de la recién nacida nación mexicana forjada en un crisol español con ingredientes propios de la tierra. El milagro de sus apariciones y su imagen en la tilma, son sólo los primeros que una ferviente devoción reconoce a la Guadalupana. Para muchas necesidades se le ha invocado, esas en las que ya únicamente la mano divina mantiene viva la esperanza. 
Pues nuestra indiscutible ha sido siempre motivo de festejo. Y la fiesta de los toros no ha estado ajena a ellos. Recientemente la Corrida Guadalupana ha tomado sitio entre las fechas importantes de la temporada. La inauguración, el 12 de diciembre y el 5 de febrero, son los tres hitos principales en la Plaza México, en la cual con tristeza las demás tardes domina el cemento del tendido. Ayer se engalanó la plaza, se cantó el Ave María y comenzamos media hora tarde, pero al buen público capitalino pareció no importarle. El recuerdo del festejo del año pasado estaba fresco e íbamos a una tarde de triunfos. 
La intervención divina ha sido siempre para causas que serían de imposible logró sin la ayuda que la fe en un ser superior logra. Sin embargo, la fe no sirve para lograr resultados sobre eventos sobre los que si tenemos control y solución. Rezar para que no se proteste un toro, para que no se noten los abusos sobre sus defensas, para que aparente la edad que se dice tiene, no funciona. Ni la indiscutible lo puede.
La solución es perfectamente mundana, terrenal. Respétese el reglamento anunciando el cartel completo de la corrida con los días de antelación que este obliga, preséntense los toros con el trapío que exige esta plaza, dedíquese cada participante a hacer lo que debe de hacer y no hay necesidad de un milagro. 
Los toros de ayer los eligieron los toreros. Nadie más. Y ahí está el resultado. Tres toros con presencia suficiente y seis que no debieron de haber venido. Pareciera ser que los métodos de crianza actuales no están diseñados para que el toro llegue a la plaza con los cuatro años cumplidos por más que eso digan los cartelones. Y ese año que les falta, repercute indefectiblemente en el trapío. ¿De verdad eso era lo mejor presentado que había en cada ganadería?; ¿Por qué no traer una corrida completa de una sola casa? En el campo hay, de muchas ganaderías. ¿Porque no vienen esos toros? Porque los españoles no quieren. Estoy seguro de que Adame y Flores no hubieran puesto ningún limitante respecto a matar una corrida de cualquier hierro. Revísese su historial. Pero las vanidades de unos sumadas al ventajismo de otros dan como resultado esta triste realidad que estamos viviendo. Pues, así las cosas, ayer los dos trasteos de Morante juntos duraron menos que el Ave María, Adame dejo ir una oreja con la espada, Flores dio la cara con seriedad y Andrés Roca Rey recogió en La México el último pendón que le faltaba en esta su temporada de asalto a carro de las figuras.
Ayer vimos que la fiesta en México no necesita un milagro. Cada uno debe de hacer lo suyo con la ética, el profesionalismo y el respeto a una profesión y al público. O dejar que el destino nos alcance.

FICHA DE LA CORRIDA
12 de Diciembre de 2018
Entrada, 29,000
8 toros de: Xajay, Santa Bárbara, Los Encinos, Villa Carmela, Los Encinos, Barralva, Campo Hermoso, Jaral de Peñas.
Morante de la Puebla
Joselito Adame
Sergio Flores
Andrés Roca Rey, 2 orejas



LA TIERRA SIN LÍMITE


En el año de 1591 el Virrey Luis de Velasco hijo firmó las capitulaciones bajo las cuales tlaxcaltecas señalaban el envío de 400 familias destinadas a establecer asentamientos en la zona chichimeca en las siguientes condiciones:“que todos los indios que fuesen de la ciudad de Tlaxcala a poblar de nuevo con los dichos chichimecas sean ellos y sus descendientes perpetuamente hidalgos libres de tributo, y servicio personal…..y que los indios principales de la dicha ciudad de Tlaxcala, que fueren a la población y sus descendientes puedan tener y traer armas, y andar a caballo ensillado sin incurrir en pena, y para hacer el viaje se les dé bastimento y ropa”.Así, con esta migración de españoles y sus aliados, se daba fin a la guerra que había durado de 1549 a 1591 en el territorio de la Gran Chichimeca, hoy en día de Querétaro hacia el norte. Al paso del tiempo los ricos yacimientos de plata descubiertos en Zacatecas harían que la zona tuviera un gran desarrollo además de minero, comercial, agrícola y ganadero. Los hermanos Antonio y Julián Llaguno, nacieron en este entorno y al paso de los tiempos aficionados a los toros se dedican a la crianza de éstos, en dos de las fincas de su propiedad: las haciendas de San Mateo y de El Sauz. Y ahí surgiría el toro mexicano. Ellos diseñan un método de crianza, que, aunado a una estricta selección, produjo un toro genéticamente único y para muchos el mejor del mundo. Un toro con una bravura que con una equilibrada combinación de casta y nobleza ha sido un vehículo ad hocpara le evolución del toreo en México. El encaste Llaguno desde 1920 hasta 1997, año de la importación, fue sin duda alguna la que permitió y cargó, en una proporción mayor, con el desarrollo de la fiesta en México. Ahí están los números. Manuel Sescosse zacatecano de cepa y orgullo, continúa con esta sangre y sus principios ahí, en la tierra sin límites en su ganadería Boquilla del Carmen.  Ayer vimos dos toros con bravura del San Mateo de antes. Con la clase del Torrecilla de siempre, con la movilidad del Garfias y el Reyes Huerta de los setentas. ¡Enhorabuena Manuel¡, ayer la plaza con muy poca gente vibraba y gritaba como si hubiera más, Y eso es fruto de la bravura, de la emoción que da el toro que transmite. La que haría que la gente viniera más seguido a la plaza, si ella no estuviera tan ausente. Saldívar los entendió a la maravilla y nos dejó ver unas maneras más profundas en su toreo. Se le fue una puerta grande, pero no los toros. 25 años y 1400 toros fueron aplaudidos, orejeados y cantados con el cariño mexicano a Padilla. Adiós maestro, gracias. Y en el último tercio del sexto bis, bravo cárdeno de Xajay me llegaron a la cabeza las palabras con las que Carlos Septién García inicia la crónica de la faena de Fermín Espinosa a “Nacarillo” de Piedras Negras realizada hacía exactamente hoy hace 72 años en esta plaza: “Estamos ante la faena perfecta. Y no nos atrevemos a tocarla”, pues no la toquemos. 

FICHA DE LA CORRIDA
16 de Diciembre de 2018
Entrada: 4,000
6 toros de Boquilla del Carmen
Juan José Padilla, en su despedida, 1 oreja
Arturo Saldívar, 1 oreja
Fermín Espinosa “Armillita IV”
                 
  

EL REY VA DESNUDO
Ayer fue la última posada y la plaza se iluminó con luces de bengala y de teléfonos celulares. Tradición y modernidad. Y entre toro y toro alcanzamos a escuchar el canto a los peregrinos. Fuimos más peregrinos que en las corridas anteriores, el toro llama la atención. Los Atanasios de la familia Álvarez Bilbao llevaron a la gente. Y sin mayores florituras nos tuvieron atentos toda la corrida. “El Zapata” y José Luis Angelino dieron el pecho cortando una oreja cada uno  y “El Conde”, se despidió con el de regalo saliendo a hombros.   
La semana pasada Fernando Fernández Román escribió en su espacio de Facebook: “¿Qué le pasa a la ganadería mexicana? Da la impresión de que los toros de ganaderías con prestigio no valen para ser lidiados en La México. No hay toros. No favorece el ecosistema, pero escasea el ganado bravo con hechuras de embestir. Se van desmembrando las ganaderías, perdiendo espacio del "toro de México", guapo, chico y bravo. Van ganándolo los encastes españoles, de Domecq y Atanasio, fundamentalmente. Pero México es distinto. No quiere el mastodonte que eche la cara arriba; allí gusta el toreo reposado, de bella languidez. y el toro rematado de carnes, pero sin excesos ni desmesuras córneas. Que embista, cuanto más, mejor. Es un público apasionado que vitorea a los toreros en cuanto hilvanan un lance o un muletazo templado. Sin embargo, llevan años tratando de cambiarle el chip, y será un error. Nadie pide cambalaches, ni corruptelas, ni fraudes, ¡faltaría más!; pero me temo que, en un próximo futuro, habrán de importar directamente corridas españolas. Como en Lima. Y habrán perdido un patrimonio irrecuperable: el "toro de México". Advertido queda”. 
Fernando: si erradicáramos, “cambalaches, corruptelas y fraudes”, tu predicción sucumbe. Y el toro y aquellos ganaderos mexicanos, los de antes del 97 y los de después también, que no acepten las argucias obligadas por las figuras españolas, garantizan el futuro. El toro mexicano de antes, de siempre y el Domecq mexicano de hoy con el trapío y el comportamiento que a cada uno le corresponde, ¡sigue triunfando en nuestras plazas¡ Toros “mexicanos” con trapío para ser lidiados hay muchos en el campo. Y con el “Domecq” de aquí, que no es precisamente mastodóntico, se ha triunfado y mucho. Lo malo son los cambalaches, corruptelas y fraudes. No nos perdamos. Ese toro mexicano que tu dices está perfectamente vivo¡¡¡. 
“El traje nuevo del emperador”, es una fábula de H.C. Andersen publicada en 1837. La historia trata sobre un rey a quien le preocupaba mucho su vestuario. Unos estafadores le proponen confeccionarle ropa con una tela y unos remates tan finos y tan caros que nadie tendría algo similar en ningún lugar del mundo; solo que tenía un problema; era invisible para los estúpidos o incapaces para su cargo. Por supuesto no había tal tela y nadie se atrevía a decirlo, mientras los “sastres” llenaban de oro sus bolsillos. Todo esto hasta que un día un niño que acudía a un desfile, ve al rey y grita: “el rey va desnudo”. El rey dignamente continuó su marcha con su traje inexistente. Nadie se había atrevido a expresarlo por no pasar por estúpido o incapaz.  La metáfora denuncia a todos aquellos que aceptan compartir colectivamente el absurdo de un hecho obvio, cuando en lo individual conocen la realidad de la situación.
Fernando, en México falta el grito inocente del niño: ¡El rey va desnudo ¡
Nuestro toro goza de cabal salud.

FICHA DE LA CORRIDA
23 de Diciembre de 2018
Entrada: 7,000
7 toros de Barralva
“El Conde”, en su despedida, 1 oreja y 1 oreja
Uriel Moreno “El Zapata”, 1 oreja
José Luis Angelino, 1 oreja

         

EL LENGUAJE DEL TOREO. 
El lenguaje es la convención que permite codificar y decodificar expresiones verbales, corporales y escritas. 
En el arte la creación y la comprensión de la obra van generando códigos de entendimiento cuya repetición genera un lenguaje único.
El toreo tiene su propio lenguaje. Y este no ha escapado a la dinámica actual de la minimización en el uso del universo disponible. El diccionario de la RAE contiene definiciones de 81,000 palabras, lo cual no limita a estas la riqueza de la lengua española. Una persona común quizá no use más de 300. El cambio de paradigma de letra a imagen, de papel a medio electrónico, de relato a inmediatez, seguramente agravará las cosas. El lenguaje del toreo va por la misma senda. Cada vez lo hablan menos, con menos expresiones y con menos profundidad. Rápidamente se está llenando de lugares comunes y cada vez más se ha perdido la búsqueda de crear y transmitir conocimientos más allá de la simple imitación. Y no me refiero a la crónica que relata sucesos, sino a la creación misma. La igualdad de las faenas ausentes de concepto y sobre todo la búsqueda de la nobleza como componente principal del comportamiento del toro, que en algunos casos ha degenerado en descaste, están llevando al lenguaje del toreo a convertirse en una serie de monosílabos sin concierto. 
Decir ha sido una máxima histórica del toreo. Porque decir es creación que permite comprensión, que unidas generan arte. Por si mismos no hay torero artista y mucho menos toro artista. La conjunción de las expresiones de bravura del toro más las del valor y el conocimiento del torero, bien dicha, genera arte y enriquece el lenguaje del toreo garantizando su evolución.
Ayer Ernesto Tapia dijo, dijo bien y mucho. Al menos tres toros de Rancho Seco también lo hicieron. Tapia expresó con el cuerpo el toreo que lleva dentro. Y con el público la comunicación fue inmediata. Se hablaba el mismo lenguaje. El lenguaje del toreo. El del bien decir, usando más de las 300 palabras. Creando y expresando. Fabián con el cuarto no se atrevió y equivoco el camino con el de regalo. Y en esta ocasión dijo poco. Desgraciadamente salió en ambulancia. 
En el toreo no todo está dicho. Hay que seguir diciéndolo. Sin embargo, preocupa que muchas tardes el cemento hable más. Que las expresiones de la gente retumben en el graderío como el grito en un desfiladero. Que la voz del torero la escuchemos como en la plaza de tientas en el campo. Preocupa que el lenguaje desaparezca y el sonido también. 
La emoción del toro en tardes de grandes toreros debiese de evitar el triunfo de los sonidos del silencio. Hoy Ernesto Tapia, todavía sin esa etiqueta, hizo sonar la plaza. Busquemos el lenguaje del toreo.





FICHA DE LA CORRIDA
6 de Enero de 2019
Entrada: 4,000
7 toros de Rancho Seco y 1 de Monte Caldera
Fabián Barba, 1 oreja y cornada
Ernesto Tapia “Calita”, 1 oreja y 1 oreja en el de regalo
Diego Sánchez
  


DE TEMPORADAS Y FERIAS.

En la época prehispánica, el tianguis era un mercado, la más de las veces ambulante y su éxito comercial en mucho se debía a creencias religiosas: las promesas de los dioses del mercado que aseguraban grandes y malos agüeros a los pueblos comarcanos que no concurrieran a los mismos. Los tianguis cambiarían su orientación religiosa hasta que el Momoztli, pequeño templo que había en los mercados fuera sustituido por la adoración al Santo Patrono que se venerara en cada pueblo. El Tianguis fue siempre una fiesta solemne, que ante los españoles podía parecer llena de idolatría y contraria a la nueva doctrina. Su evolución tardó hasta convertirse en lo que hoy son nuestras ferias.  Curioso es que al pasar el tiempo las ferias siguen siendo hoy en pleno siglo XXI las fiestas religiosas más paganas que existen. No solo aquí, en todas partes. 
La organización de festejos taurinos en una sola plaza se lleva a cabo bajo dos formatos: temporada o feria. El formato de feria se da cuando en torno a una fecha o evento definido, se organizan en un lapso acotado un número determinado de festejos, anunciándose por necesidad comercial todos los carteles por adelantado. Una temporada en cambio, se da en un período mayor de tiempo, sin fecha ni conmemoración específica y normalmente en domingos seguidos, sin tener la necesidad imperiosa de anunciar los carteles por adelantado. La venta de un abono completo de feria requiere que se anuncien los carteles, de tal forma que no importa los triunfos de los toreros o ganaderos en la misma, las fechas de cada uno están definidas. La temporada, al menos la nuestra, permitía el ir abriendo opciones tarde tras tarde. Conforme había triunfos se generaban enfrentamientos y rivalidades que hacían que la gente acudiera con interés a la plaza cada domingo. Se cumplían compromisos firmados con los toreros base de la temporada quienes además podían sumar más fechas y se impulsaba a las nuevas promesas. El “aferiar” una temporada elimina esta posibilidad sin ningún beneficio, además sin ninguna necesidad de hacerlo.
Ayer llegamos con la ilusión de los toros de San Mateo. La casa madre. Cuna del encaste Llaguno. Nacho García Villaseñor y sus hijos la llevan por su cuenta con mucho esmero desde el año de 1980. Y se han preocupado por no quitarle las semillas a la naranja. Por mantener el concepto de fiesta de toros, de seguir pensando en la casta como motor de esta. Tristemente ayer no fue como esperábamos. Se despidió Federico Pizarro, hombre y torero cabal. No reparó en las condiciones de los toros para entregarse en esta su última tarde. A Fermín Rivera no lo debemos perder, pero algo falta. La sorpresa, la frescura, el sueño llegaron con Gerardo Adame. Tarde importante para el joven torero. Sin embargo, el sistema lo deja en espera hasta noviembre. Si Zaragoza cierra Europa y México y Guadalajara abren América, estas dos temporadas debieran ser las que alimenten las ferias nacionales.  Sería más productivo funcionando como temporada.


FICHA DE LA CORRIDA
13 de Enero de 2019
Entrada: 6,000
6 toros de San Mateo
Federico Pizarro, en su despedida, 1 oreja
Fermín Rivera
Gerardo Adame 
  

RESPLANDORES DEL PASADO

Al salir el segundo de la tarde, 144 “Quitapenas”, cárdeno con 628 kilos no pude más que recordar a don Álvaro Lebrija Saavedra. Varias tardes con él y sus hijos pude disfrutar, en su rancho El Mesón, buenas pláticas de sus tres aficiones, mismas que disfrutó con éxito de manera profesional: la crianza de caballos, toros y el baseball. Gozábamos los amigos la plática acompañada siempre de un buen vino y alguna pieza de caza, su otra pasión. Serio el semblante, pero con un claro conocimiento de lo que decía, las tardes se iban en un momento. Cuando “Lebrija” se presentó en 1993  con corrida de toros en la plaza México, impuso el record de la corrida más pesada lidiada en la historia del coso monumental. Ayer, Fernando de la Mora se quedó con la bandera de la corrida con más peso lidiada en Insurgentes que tenía don Álvaro. “Quitapenas” era el nombre de un hermoso tordillo rodado con el hierro de la A y la L. Hijo del semental estrella de la yeguada, “Adalid” con el hierro de Cárdenas y de la yegua “Helcose I”, la cual descendía en inbreeding de “Agareño”, uno de los cuatro jefes de raza de la importante casa lusitana de Veiga. La selección y el registro genético son dos de los pilares en los que se sostiene la crianza y se logra el éxito en las ganaderías de caballos y toros. Estos registros son los que permiten a los criadores unir el pasado con el futuro. Son la máquina del tiempo, los que permiten evolución y cambio. Escribía Ortega y Gasset en “Sobre la razón histórica”, que la crisis se presenta “cuando el cambio de mundo que se produce consiste en que al mundo o sistema de convicciones de la generación anterior, sucede un estado vital en que el hombre se queda sin aquellas convicciones, por tanto, sin mundo. El hombre vuelve a no saber qué hacer, porque vuelve de verdad a no saber qué pensar sobre el mundo”. En esa crisis parece que estamos. Porque al parecer no queremos reconocer el pasado para entender el futuro. Hoy en día muy de vez en cuando los toros se acuerdan de su origen salvaje que nos permitiría gozar la nobleza lograda vía la selección, acompañada de la casta natural del toro bravo. Se han perdido convicciones para quedarnos sin mundo. Dos toros en la tarde de ayer por momentos lo lograron. Pero esos instantes solo nos dejan en el no saber qué hacer. No hemos podido definir el camino al futuro. Y el pasado solo resplandece lánguidamente. La lucha que debiera haber en una plaza está desapareciendo. El trapío por si mismo no la sustituye. Platicaba mucho don Álvaro de los 35 años seguidos que fue a la feria de San Isidro a Madrid. De la variedad de encastes y de toreros. De la competencia en el ruedo, de sus “ismos” por “Armillita” y Camino. Tardes de plaza llena. Como la había aquí también. Pero ahora ya no.
Para mí que la nobleza por si sola no nos llevará a buen puerto. O llegaremos con el barco vacío. 
Ayer Castella, El Payo y Juan Pablo Sánchez resolvieron con facilidad la propuesta del bien presentado encierro. Pero la plaza salió en silencio.
Busquemos la luz en el pasado. La insípida ejecución de un muletazo sin la acometividad emotiva de un toro no es el camino. 
Don Álvaro, ayer me acorde del “Quitapenas”.

FICHA DE LA CORRIDA
20 de Enero de 2019
Entrada: 7,000
8 toros de Fernando de la Mora
Sebastián Castella
Octavio García “El Payo”
Juan Pablo Sánchez
  


HACEDOR DE LUCES

En la década de los sesenta se gestó y nació la última gran generación de toreros mexicanos de la mano de un empresario non: Leodegario Hernández. En plazas arrendadas, o construidas por él, entre las que destacaba la Monumental de Guadalajara, Leo, como se le conocía en el medio taurino, bajo la fórmula de repite y triunfarás llevó a buen puerto a tres jóvenes que llenarían páginas muy importantes de nuestra historia taurina y serían la gran generación de la segunda parte del siglo XX: Manolo, Eloy y Curro. El México taurino independiente nacido de la conjunción del boicot del miedo en 1936 y la guerra civil española, abrió sus puertas en 1945 para recibir a "Manolete" quien se convertiría en un ídolo indiscutible. Años después, Leodegario firmó a “El Cordobés” por 30 tardes consecutivas en un mes, obteniendo un éxito económico y taurino inconmensurable. Los años sesenta fueron años de cambio de capitán en la torería nacional y Leodegario mucho influyó en el devenir de la tauromaquia mexicana. La fiesta se manejaba como negocio, había competencia y se multiplicaron plazas, festejos y ganaderías. No duró mucho como empresario taurino, pero dejó una huella indeleble. Al tiempo, en Guadalajara, con un apretón de manos, Javier Garfias, en ese tiempo gerente de la empresa que manejaba La México, le compró las plazas a Leo. Poco antes de que falleciera lo vi en las afueras de la monumental hablando entusiasmado de Luis Fernando Sánchez, en ese momento promesa de la novillería. Ya no volvió Leodegario, hacedor de luces.
De 1960 para acá, los toreros españoles que han dejado huella en nuestro país se cuentan con los dedos de una mano. La fórmula aquí ha sido con nuestras figuras y nuestras ganaderías. 
Paco Camino en los 60´s y 70´s, Capea y Manzanares en los 80´s y 90´s así como Ponce y El Juli en el siglo XXI son sin duda toreros que han dejado huella en la fiesta nacional. Compañeros de generación de ellos, grandes toreros todos, vinieron poco. Aquí no disfrutamos largamente ni a “El Viti” ni a Puerta, ni a “Espartaco” ni a Ojeda por mencionar a algunos. Simplemente para triunfar en México se requieren cualidades que no todos tenían, además de que tanto los ganaderos como los toreros nacionales mandaban. México siempre funcionó con mexicanos y para mantener esta fórmula, es necesario que repitan después de un triunfo. Poner en su lugar españoles con escaso poder de convocatoria poco abona al desarrollo de nuestra fiesta 
Ayer se lidio el mejor encierro de la temporada de la ganadería de Villa Carmela. De los cinco toros que lidió cuatro fueron de triunfo. Silveti dejo ir a su segundo, que tenía todo lo que se le pide al toro mexicano, Saldívar decidido con un burel que no rompió y Ferrera cortó dos orejas al extraordinario “Luna llena”, como también se las había cortado a otro gran toro en diciembre, ambas tardes ante una muy pobre entrada. México no es para todos. No es para “buenos toreros”. Es para aquellos que dicen más que solo la lectura de un libreto de una puesta en escena. Saberse la partitura aburre a nuestro conclave, o produce éxitos fugaces. Si el español no convoca, sigamos con la fórmula de siempre, apostemos por los nuestros.

Carlos Castañeda Gómez del Campo.


FICHA DE LA CORRIDA
27 de Enero de 2019
Entrada: 6,000
6 toros de Villa Carmela
Antonio Ferrera, 2 orejas
Arturo Saldívar
Diego Silveti   
  


PESO ESPECÍFICO.

De niños nos costaba trabajo resolver la pregunta: ¿Qué pesa más, un kilo de algodón o un kilo de plomo? La respuesta era simple, pero nuestro entendimiento todavía no nos permitía resolverla. ¡Uno de plomo, ¡ era la respuesta rápida. Al tiempo comprendimos la definición de peso específico. El especial valor o influencia que se le reconoce a algo en un entorno determinado, es una de las muchas interpretaciones de éste. Ayer ese algo que tuvo el peso específico fue “Mexicano”, el segundo de la tarde. El toro cumplió con lo que varias veces he escuchado a su criador decir: un toro bravo es aquel que embiste humillado y en los medios. El toro cumplió cabalmente con esa definición. Y Ernesto Tapia lo aprovechó sin importar su poca experiencia. La plaza llena pesa y Tapia pudo con la responsabilidad de la carga. Largas series hicieron rugir a la Monumental como se merecía en una tarde así, ante un toro que entregó largamente su bravura. Sin embargo, habrá que esperar. Lo difícil de esta profesión, la de torero, es poder con el peso de forma integral. Las puertas del triunfo y del acceso a ser reconocido como alguien determinante se abren pocas veces. Y será la suerte o el destino, pero no se pueden dejar ir. De Madrid al cielo, salió catapultado Rincón el día que se le abrió esa puerta. Faltan más tardes, ojalá no muchas para el joven torero. 
Joselito con más de 400 corridas toreadas en México y en España tiene el peso específico que le corresponde y lo hace sentir cada tarde. Quizá es menor que el que muchos le quieren dar. Ayer con un buen primer toro y un descastado segundo lo hizo sentir. Los años dan piso y peso. 
Los dos mexicanos estuvieron dando el pecho y el público lo disfrutó y agradeció. Sin embargo, algo pasa que no hemos podido producir una figura a nivel mundial desde Carlos Arruza. Habría que analizar causas, circunstancias y condiciones. ¿Será que pocas veces hay que cargar específicamente con el peso?; ¿Qué muy pocas veces los nuestros se ven exigidos a hacerlo?, ¿Qué el público y el toro nacionales no tienen la fuerza para generar ese peso?. 
Roca Rey sigue la senda de los Girón y Rincón como la figura americana en España. Si alguien dudó de su capacidad técnica en sus inicios, la discusión está ampliamente superada. Ya abrió la puerta. Camina en la cima del toreo como caballo de su patria. Viendo hacia adelante con armonía en su movimiento. Ya llegará el gran triunfo en nuestra plaza. El ya no tiene prisa. 
Tarde de lleno en la cual se disfrutaron la experiencia de un torero ya hecho, la personalidad de una figura y el esfuerzo de una promesa y sobre todo la alegría de un bravo toro embistiendo humillado, por derecho y en los medios.






FICHA DE LA CORRIDA
 4 de Febrero de 2019
Entrada: 26,000
6 toros de Montecristo y 2 de El Vergel
Diego Ventura
Joselito Adame, 2 oreja y 1 oreja
Ernesto Tapia “Calita”
Andrés Roca Rey, 1 oreja           

LA CIRCUNSTANCIA DETERMINA.


Torear da la capacidad al ser individual de convertirse en un ser social al lograr una interacción y convivencia con el público a través del toro. El toreo es transformación.
El torero es un ser egoísta. La propia profesión lo orilla. Si su hacer integral va lleno de una verdad que trascienda, la talla de su cincel en la piedra de la historia será más honda. El toro se cría con un destino específico: pelear en una fugaz vida pública que será la expresión de su historia. En la plaza unen sus caminos toro y torero. El toro en este proceso de transformación se convierte en circunstancia. Y la circunstancia determina. El toro por lo tanto determina. Cuando sale del toril conocemos la realidad que espera al espectáculo. Podemos ver la ruta hacia el rito de vida y muerte que valida la expresión artística del toreo, o hacia una parodia de este. A partir de ahí, el espectador solo vive, no escoge. La importancia del resultado es por lo tanto circunstancial. La explosión festiva en la plaza es la expresión colectiva de la comunión total de los individuos ante un hecho. Ante lo que esta sucediendo en el ruedo. Ese júbilo es irrebatible. Puede ser analizado desde muy diversas ópticas, pero no descalificado desde la perspectiva particular desde la cual cada uno ve la realidad. Tratar de destruir una tarde triunfal es insensato y quizá inútil. El falso positivismo también lo es.
Sin embargo, quienes viven de forma profesional del espectáculo desde su egoísmo y vanidad saben la dignidad y la inteligencia con la que realizaron las acciones que rodean este. Y en la intimidad, las consecuencias de sus actos. Es contra estos actos donde la denuncia sensata y con propuesta debe de existir. Es en este previo donde la autoridad, si la inteligencia y la dignidad están ausentes, debe de intervenir.
Ayer asistimos a la última corrida de la temporada. La fórmula que ya sabemos funciona no falló: fecha señalada, la figura española que lleva al público, y dos buenos toreros nacionales. Siete orejas y la gente salió feliz. Los detalles son innecesarios. Ayer el aficionado decidió vivir y crear una tarde triunfal y como juez máximo, dictó sentencia. 

FICHA DE LA CORRIDA
5 de Febrero
Entrada: 23,000
8 toros de Los Encinos
Pablo Hermoso de Mendoza, 1 oreja
Enrique Ponce, 2 orejas
Sergio Flores, 1 oreja y 1 oreja
Luis David Adame, 2 orejas





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