Alejandro Talavante
corta dos orejas
Destellos soberbios de Morante
Víctor Ramírez
“Vitico”
Rafael Orellana ha cuajado una gran actuación en la segunda
corrida de la feria del Sol en una tarde en la que brilló a gran altura
Alejandro Talavante y dejó destellos de toreo caro Morante de la Puebla, ante
una buena y noble corrida de los hierros de Rancho Grande y El Prado. La lluvia
volvió a condicionar en buena parte el desarrollo de la corrida.
Alejandro Talavante abrió la corrida previa autorización de
la autoridad y conformidad de sus compañeros, por tener que viajar a México.
Lejos de salir del paso, el extremeño cuajó una gran tarde. Buenos lances a
pies juntos y bellas chicuelinas de Alejandro al noble primero, un astado que
embistió con clase. Con estatuarios tersos abrió faena Talavante que cuajó
estupendas series por ambas manos. Relajado, llevando al toro con temple, clase
y ritmo, el español toreó con suavidad y cadencia. Una serie con la derecha de
frente y tersos naturales fueron el cénit de su labor. Oreja de ley. Ante el
cuarto, un buen toro, el español abrió fuego con larga cambiada de
rodillas. Buena faena la del extremeño,
templada, llena de ritmo, cadencia
e inspiración. Los muletazos
surgían suaves, con gusto, llevando el diestro muy templado al noble
“Campanero” al que toreó a placer. Hubo petición de indulto, no concedido,
falló en primera instancia el diestro con la espada, pero tras una estocada al
segundo intento, cortó una merecida oreja, que no paseó, pero se retiró en
medio de una gran ovación.
Morante de la Puebla abrevió con su primero, que no le gustó
desde que salió. Visiblemente contrariado, el sevillano, lo intentó lo justo, y
con buen criterio, abrevió. Con el quinto dibujó alguna verónica de lujo,
cuajando un alado y angelical quite por chicuelinas. Morante comenzó el trasteo
con el pase cambiado de Antonio Bienvenida y se relajó con la mano derecha en
tersos muletazos, casi sin sacar el brazo, en un molinete volvió a quedarse como
“adormecido”, sin tocar ni mandar y sufrió una fuerte voltereta. Dolorido, el
torero cuajó hermosos, bellos y sueltos derechazos, llenos de embrujo y
cadencia, pero sin ligazón. Destellos para aficionados, que pasaron
desapercibidos para la gran masa.
Rafael Orellana enfrentó a su primer toro bajo un fortísimo
aguacero. Lejos de amilanarse, el tovareño salió a por todas, ante un noble
astado, que salía con la cara alta tras los pases. Orellana le toreó con gusto,
temple y mando bajo la lluvia. El público siguió de forma apasionada la
excelente faena de Orellana, que consiguió muletazos buenos de verdad. La
emotividad del momento derivó en el indulto de “Polaco” y las dos orejas
simbólicas para el diestro. Remató su labor ante el noblote sexto, al que toreó
animoso y entregado, cuajando muletazos largos y hondos, en medio de algunos
enganchones y desplantes. Pinchazo al encuentro y entera caída trasera para
cortar la tercera oreja.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros de Mérida
Sábado 14 de febrero.
Segunda corrida de feria.
Poco más de tres cuartos de entrada en tarde nublada y fría,
con fuerte lluvia en el tercero.
Toros de Rancho Grande (primero, segundo, tercero y sexto) y
El Prado (cuarto y quinto). Terciados en
su conjunto. Nobles y con clase primero, cuarto y sexto. Complicado el quinto,
deslucido el segundo. Encastado el tercero. Indultado el tercero “Polaco”,
número 194, negro. Vuelta al ruedo al cuarto “Campanero”, número 26, negro.
Pesos: 475, 475, 465, 460, 438 y 432 kilos.
Morante de la Puebla, de azul marino y oro: Silencio y
palmas tras leve petición.
Rafael Orellana, de tabaco negro y oro: Dos orejas
simbólicas y oreja. Salió a hombros.
Alejandro Talavante, de lila y oro: Oreja y oreja tras
aviso.
Destacaron en banderillas Salvador Moreno, Eduardo Graterol
y Fabián Ramírez.
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