lunes, 7 de noviembre de 2011

ARTURO SALDÍVAR cortó un rabo y se consagró en la inauguración de la Temporada Grande en la Plaza Monumental México

Triunfo importantísimo el de Arturo Saldivar en la inauguración de la Temporada Grande en la Plaza México

HORACIO SOTO CASTRO
CRÓNICA DIARIO ESTO CIUDAD DE MÉXICO



Arturo Saldivar obtuvo un rotundo triunfo en la Plaza México que lo consagró como matador de toros luego de hacer que el público, que llenó el embudo capitalino, llegara al paroxismo con el bello toreo que desplegó el de Aguascalientes, que está que no cree en nadie, fue sacado a hombros tras los tres toros que lidió.

Saldívar cortó el rabo 125. No faltará quien diga que fue en un toro de regalo, pero hay que asentar que el toro no sabe que fue de obsequio.

El joven matador dio la vuelta al ruedo con el ganadero de San Isidro, Francisco Guerra, y a su toro Buen Mozo lo premiaron con arrastre lento por el magnífico estilo que mostró y aguanto una faena larga de más de 100 muletazos.

Arturo ya había cortado dos orejas en su segundo toro con otra obra de arte y no conforme con el triunfo que había obtenido hizo la hombrada de regalar uno y ratificar plenamente que en él hay un torero de grandes alcances, de una dimensión desconocida, pues como anda no se sabe cuándo tocará altura, pero sí se sabe que tiene unos deseos enormes de ser una auténtica figura del toreo.

A su primero de no haberlo pinchado le corta una oreja y hubiera sumado cinco, pero en ese todo quedó en salida al tercio donde recibió grandes aclamaciones.

Esta corrida inaugural de la temporada grande en la Plaza México 2011-2012 fue kilométrica y duró desde las 16:30 a las 20:30 y hubo un desfile de 9 toros, los dos de regalo y uno que devolvieron por falta de trapío. Pero aún no se supera la marca de 10 toros que se registró en un aniversario del coso.

El de Aguascalientes se enfrentó a Naguas Blancas, a Tata Rey y a Buen Mozo y cuajó tres obras de arte con su personal estilo, con valor, temple y arte. Además con un gran repertorio de lances y pases, que hizo vibrar al público.

En el que cerró el festejo, 92, Buen Mozo, con 498 kilos le combinó las chicuelinas, con tafalleras y rematar con revolera de gran vistosidad Y se dio a torear por ayudados y naturales de gran exposición y temple e hizo estallar a la concurrencia cuando ejecutó tres dosantinas con una suavidad aterciopelada siguió por naturales y otras dosantinas, una de ellas en tres tiempos, llevando embebido en los vuelos de la muleta a Buen Mozo. en tres tiempos.

Se perfiló a matar y se fue tras la espada para clavarla hasta la empuñadura, pero ya habían soltado los gritos de torero... torero... en los tendidos y empezaron lanzar sombreros y tapizar el ruedo con cojines para demostrar su felicidad.

Con su segundo en medio de una pertinaz lluvia también cuajó una pieza torera para exponerla en los museos más prestigiados del mundo a base de ayudados y naturales largos y templados, sin faltar la dosantina, pero sobre todo los naturales que dio en redondo con el temple como acariciando el viento. Martinete y los de pecho sensacionales.. A ese toro también lo mató de un soberbio estoconazo que hizo rodar a la res para ser premiado con las dos orejas.

En su primero inicio con dos largas una de ellas afarolada y la otra cambiada. Inicio su faena con estatuarios llevando muy toreado al morito. Ayudados muy templados aguantando la embestida de la res que iba paso a paso. No faltaron los cambiados por la espalda que le resultaron escalofriantes. Dos pinchazos y una estocada apenas desprendida. Salida al tercio, en medio de grandes ovaciones.



SOL Y SOMBRA

El diestro valenciano tuvo otra tarde de sol y sombra, pues su primero fue protestado severamente y lo regresaron a los corrales. Luego sacaron un cartelito anunciando al reserva, pero resulta que no era ese y cambiado el cartel. Primero fue Fiesta Eterna, luego Escultor y finalmente Pirricas, que también protestaron y Ponce se esforzó y cuajó una buena faena que no se la tomaron en cuenta. Dejó media y se retiró entre pitos.

Salió el segundo, 11, de nombre Molcas, con la presencia exigida y le recetó verónicas aterciopeladas e inició su labor de muleta con la ya famosa poncina y luego toreó por ambas manos, limpios, con arte y temple. Bonita faena que le corearon de continuo y se echó nuevamente al público a la bolsa. Media para oreja. Regaló uno y le hizo la faena a su estilo haciendo alarde de experiencia y sacando los recursos para hacerle la faena a ese toro que tenía sus complicaciones y que le hizo sudar el terno. Lo trató con pinzas porque de constante rodaba por la arena. Dio la impresión que el de Chiva no tenia prisa y como el astado tuvo calidad le hizo una faena larga y templada. Ponce exprimió al toro y él exprimió parte de su toreo. Pinchazo y estocada y no obstante la petición de oreja, el juez no se la otorgó ante el descontento de él y de los aficionados. En ese toro se despidió Antonio Tejero de su cuadrilla que ha durado 22 años bajo sus órdenes: dieron la vuelta al son de las Golondrinas.



LA CONFIRMACIÓN

Diego Silveti, principescamente vestido de rosa y oro confirmó su alternativa con el toro 106, Rey David, con 492 kilos, cárdeno listón bragado. Había expectación por verlo y así fue y tan sólo ver el nombre del Rey David en la pizarra se soltaron los recuerdos y los aplausos para su padre. Diego demostró las cualidades que atesora y que lo llevaron al doctorado. Las verónicas suaves y cargando la suerte. Quitó por tafalleras y se echó el capote a la espalda para las gaoneras abriendo el compás y ajustándose demasiado. Faena por los dos lados y muletazos naturales y ayudados con temple. En un natural el toro hizo por él, pero afortunadamente sólo le rasgó la taleguilla. Mal a la hora de matar y se retiró en silencio. Con su segundo estuvo tesonero, pero sin que tuviera transmisión y poco le tomaron en cuenta. Faena sin ligazón. Mató de pinchazo y tres cuartos de acero. La plaza se llenó todo lo numerado de ambos departamentos y estuvo por llenarse las localidades generales. Fue un entradón.

Toros de San Isidro, descastados, sin transmisión y escasos de fuerza, pero los alternantes les buscaron las cosquillas. Salvo la divisa Buen Mozo al que le dieron arrastre lento.

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