Emilio de Justo. Foto: Camilo Díaz |
Luis Bolívar, abrió con larga genuflexa y lanceo de trámite a toro suelto. Tan solo tocar con la puya Luís Viloria el toro se derrumbó, y ya. Dos pares de reglamento no sea que un tercero agravara lo grave. Para colmo, viento fuerte. Dos pases, caída, tres pases caída, otros dos caída, y así… Eso sí, con ganas de ir y con fijeza y humillación. Pero si un animal no se tiene en pie cualquier otro atributo sobra. El caleño puso cara a su mala suerte, porfió con mimo enfermeril, a media altura, vaciando arriba. Pero nada, no había poder humano suficiente para lograr juntar más de las cuatro milagrosas derechas finales. Faena orrectísima rematada con estocada total eficaz. Hubo petición ruidosa de oreja no atendida y un saludo más que ganado.
FICHA DEL FESTEJO
Emilio de Justo, saludo tras petición, silencio y dos orejas.
Incidencias: Emilio de Justo salió a hombros por la Puerta Señor de los Cristales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario