martes, 31 de enero de 2023

CARTA DE CARLOS LEÓN A PEDRO VARGAS EN LA QUE NARRA LA GRANDEZA DE ORDÓÑEZ ANTE "CASCABEL" DE LA LAGUNA





 Carta a Pedro Vargas de Carlos León, contándole la grandeza de Antonio Ordóñez la tarde de su gran faena al toro “Cascabel” de La Laguna la plaza de toros El Toreo de Cuatro Caminos, México.

 

Sr. don Pedro Vargas

Sierra Leona 310. Lomas

 

Cuatro Caminos , domingo 9 de diciembre de 1956

 

Muy estimado Pedro:

Hoy hemos tenido una tarde de cante grande, de cante “jondo”. Con rondeñas malagueñas en la voz clásica de Antonio Ordóñez; con fandanguillos de Huelva en la garganta del Litri, y hasta un final de canción ranchera , propio de esa Pelea de Gallos con Joselito Huerta que hizo cuanto pudo para no dejarse desplumar.

Han pasado varias horas desde que terminó la corrida y pasarán semanas, y meses y años, sin que del ruedo de Cuatro Caminos pueda borrarse la faena cumbre de Ordóñez al toro “Cascabel”, des mismo modo que ha transcurrido un cuarto de siglo sin que se olvide aquel faenón de su padre, dentro de la misma estructura del viejo coso de El Toreo. Todavía después de cinco lustros, se recuerda aquel faenón de Cayetano Ordóñez al toro “Juan Gallardo” de las dehesas de La Laguna. Y hoy como ayer, el heredero del arte del “Niño de la Palma” ha vuelto a cincelar una de esas hazañas memorables que habrán de perdarar en las antologías.

Y es necesario insistir y precisar que hoy es de las veces en que no se exagera, sino se da su justo calificativo a ese ejemplo antológico. Porque con demasiada frecuencia y ligereza se habla de verónicas de antología o de faenas de lo mismo, hasta haber hecho de ese encomio una trillada frase de cajón. Pero cuando la antología es el tratado que reúne trozos selectos de lo clásico, sólo algo de un puro clasicismo como esa faena rondeña de Antonio Ordóñez puede pasar a la posteridad como una auténtica lección de perspectiva taurina para tantos aprendices de toreros.

Afortunadamente, de vez en cuando surgen de la fiesta esas hazañas imperecederas, que son como una escoba que barre con tanta basura que invade los ruedos. Ante ese ejemplar de lo que es, ha sido y será la pureza, la única verdad limpia y clara de la lidia se establece, por ventura , la enorme diferencia que existe entre el bien hacer, el bien torear y todas esas imperfecciones que han desvirtuado pasajeramente el arte de la lidia. 

Hoy, después de la faena magna de Antonio Ordóñez, los encimisEtas, los ciclones, los cirqueros y todos los payasitos de la fiesta no tienen más remedio que humillar la cabeza, reconocer su derrota y quedar relegados al rincón oscuro de los desperdicios . Desde esta tarde, que será histórica, una vez más -y hoy por obra y gracia de Antonio Ordóñez- el público ha salido con una convicción y un solo grito: ¡Esto es el torear… y lo demás son cuentos! 


Don Carlos León cubrió por más de 40 años  la crítica taurina, destacándose sus famosas "Cartas boca arriba" dirigidas a los más diversos personajes de México, creando una historia peculiar de toda una época. Este epistolario tuvo variedad de temas, política, economía, justicia, el deporte ... Sus cartas, las cartas de Carlos León  fueron objeto codiciado no sólo para aquel que ama la fiesta de los toros sino para quien se apasiona por la vida...


Víctor José López "El Vito", homenaje a mi admirado amigo  Alfonso Ordóñez, que conoce la historia auténtica del Maestro de Ronda.




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