Nicolás Sampedro, Juan Lamarca y Florencio García Cuenca
"...Juan Lamarca basó su exposición en la excepcional trayectoria profesional y humana plena de ejemplaridad, de Antonio Bienvenida, fruto de su cuna y formación en el seno una familia creada por Doña Carmen Jiménez y Manuel Mejías Rapela, nominado como "Papa Negro" del toreo, verdadero artífice de una gloriosa dinastía, ofreciendo seis hijos para el mayor prestigio de la historia de la tauromaquia, como Manolo, Rafael, Pepe, Ángel Luis, Juan, y el propio Antonio..."
'Dinastía Bienvenida' Blogspot / Fotografía: Julio Saa
M. Bocanegra/Barcelona, 20 de Noviembre de 2022
Continúa la brillante celebración en la CASA DE MADRID en Barcelona del ciclo de conferencias de la XXXIX FERIA DE OTOÑO, VIII MEMORANDUM LUIS MARÍA GIBERT. organizado conjuntamente con el Capítulo barcelonés del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía que preside Don Fernando del Arco de Izco.
Ya, en fechas anteriores, había tenido lugar sendas y magníficas intervenciones, del escritor y coleccionista taurino, Paco Laguna, con "75 Años de la Muerte de Manolete", y del intelectual francés, M. François Zumbiehl, con "Centenario de Pepe Luis Vázquez".
En esta ocasión le ha correspondido a Don Juan Lamarca López, vicepresidente 1º de la asociación bienvenidista, cumplir con la programación anunciada, y estando en el año de conmemoración del Centenario de Antonio Mejías "Bienvenida", el tema expuesto por Juan Lamarca ha versado, naturalmente, sobre el maestro con el título "Antonio Bienvenida el torero, el hombre..".
Abrió el acto el presidente de la Casa de Madrid, Don Florencio García Cuenca, con palabras de salutación y gratitud al público asistente y al conferenciante invitado, además de disculpar la ausencia de Don Fernando del Arco por motivos de salud.
El señor García Cuenca resaltó la vocación taurina de la entidad que preside y que siempre ha formado parte de sus intensas actividades culturales y sociales, incluyendo las gastronómicas alrededor del suculento "cocidito madrileño" en no pocas ocasiones de agasajos y celebraciones.
"La tauromaquia es parte de nuestro rico patrimonio cultural y seña de identidad que nos vincula a todos" -afirmó-, "Somos catalanes y madrileños, somos España", concluyó el presidente.
A continuación pasó la palabra al moderador, el escritor Nicolás Sampedro, que hizo una significativa y encomiástica presentación de Juan Lamarca, ex presidente de la festejos taurinos de Madrid, iniciando éste su intervención con el recuerdo a Luis María Gibert y ante su viuda allí presente, Doña Elvira Checa, excelsa compositora de pasodobles taurinos.
Continuó con expresiones de gratitud a los aficionados asistentes al acto, y a la Casa de Madrid en la persona de su presidente D. Florencio García Cuenca "por su gentil invitación, por su permanente apoyo a la Fiesta desde tan importante entidad como es ésta Casa de Madrid y por su contribución al mayor prestigio de la cultura taurómaca con la celebración de estos eventos desarrollando una meritoria y encomiable labor digna de admiración y respeto y, más, en estos tiempos de adversidad que atraviesa lo taurino".
Juan Lamarca basó su exposición en la excepcional trayectoria profesional y humana plena de ejemplaridad, de Antonio Bienvenida, fruto de su cuna y formación en el seno una familia creada por Doña Carmen Jiménez y Manuel Mejías Rapela, nominado como "Papa Negro" del toreo, verdadero artífice de una gloriosa dinastía, ofreciendo seis hijos para el mayor prestigio de la historia de la tauromaquia, como Manolo, Rafael, Pepe, Ángel Luis, Juan, y el propio Antonio.
El hecho de que fuera Caracas, capital de Venezuela, el lugar de nacimiento de Antonio Bienvenida, lo refirió Juan Lamarca como consecuencia de la conocida "epopeya americana" que protagonizó su padre Manuel Mejías Bienvenida por tierras hispano americanas con toda su prole, luchando por ellos y triunfando profesional y socialmente.
Juan Lamarca, a través de un relato cronológico fue destacando los hitos protagonizados por Antonio Mejías "Bienvenida", los gestos y gestas como hombre y como torero que tanto influyeron en el devenir de la Fiesta dentro y fuera de los ruedos. Espejo donde mirarse convirtiéndose en "Torero de toreros" y como persona de principios y valores que fueron su ley de vida y de cuyo ejercicio permanente emergían sus dotes de dignidad, altruismo, compañerismo y respeto por si mismo y por el toreo.
Igualmente, Juan Lamarca dejó constancia del sentido de pureza y de verdad sobre el que se fundamentaba el toreo de Antonio Bienvenida y que tantas y graves cornadas le ocasionó, alguna de ellas precisamente en la plaza Monumental de Barcelona al dar su famoso "pase cambiado" y que estuvo a punto de costarle la vida, para reaparecer a los tres meses y tener el gesto de hacer la misma suerte, la del "pase cambiado", en la misma plaza, la de Barcelona, y sobre el mismo lugar del ruedo siendo aclamado por los espectadores.
El impresionante pase del cambio a muleta plegada, de Antonio Bienvenida, -proseguía Juan Lamarca- despertaba admiración, pasiones y también criticas aunque fueran bien intencionadas, citando la opinión de Domingo Ortega:
"Está muy bien ese muchacho. Pero a mí no me gusta nada que haga eso. Ni le hace falta hacerlo. Es peligroso, sin ncesidad, porque el toro es el enemigo, y hay que pegarle. Así lo que va a conseguir es que le público se lo exija siempre, y siempre no se puede hacer, y lo mejor es no hacerlo nunca, porque si sale mal...".
Ese sentido de responsabildad en Antonio Bienvenida, como una condición innnata en la familia del Papa Negro, le conducía a situaciones de riesgo de su propia vida y de su prestigio personal -glosaba el conferenciante- como en el caso de sufrir su ingreso en prisión, con su hermano Pepe, por no aceptar comparecer en la corrida de su alternativa en Madrid con toros de la ganadería distinta a la de Miura -hierro anunciado- al haber sido rechazados en reconocimiento facultativo varios de ellos. Su dignidad, y el apodo de su estirpe, "Bienvenida" obligaba a ello, y al final lo consiguieron, Pepe Bienvenida fue el padrino de su hermano Antonio con toros de ¡Miura!, concluyó Juan Lamarca.
Abundando en la recia personalidad de Antonio Bienvenida, y su convencimiento y firmeza de carácter, Juan Lamarca sacó a relucir algunos de los llamados pleitos en los que se vio inmerso el torero, como el de la ruptura del Convenio con México, la "guerra del afeitado" desatada por denuncia del fraude por Antonio Bienvenida que le originó el veto impuesto por la mayoría del sector profesional y hostilidad de prensa y radio interesados.
En fin, una exposición extensa aunque detallada en lo fundamental, con el epílogo de la muerte de Antonio Bienvenida en una tienta de vacas en la finca de Amelia Pérez Tabernero, en El Escorial, con descripción de hechos previos y posteriores acontecidos, la consternación familiar, y la conmoción nacional que produjo reflejada en la multitudinaria manifestación popular de duelo que acompaño a Antonio en su último "paseíllo" en la plaza de toros de Las Ventas, "su plaza".
La emotiva narración de Juan Lamarca creó un clima de emoción describiendo aquellos históricos hechos que se vivieron recogidos en las crónicas:
Sale el entierro, y a hombros de la familia y la cuadrilla. Antonio Bienvenida -como tantas otras tardes- sale para la plaza. Rafael Duyos dice en un hermoso poema:
y lo bajaron a la calle gentes
de su cuadrilla y los maestros,
para llevárselo en volandas,
como en los pasos de Pasión, meciéndolo...
Y otro poeta -Antonio Sánchez- escribe:
por la calle de Alcalá
las manolas preguntaban:
¿Don Antonio, donde va?
y claveles le tiraban.
Los toreros en avalancha, se disputan el honor de llevar al maestro en hombros en la más emocionante vuelta al ruedo que se recuerda.
Una vuelta única donde se mezclan gritos de dolor y de gloria, ovaciones y lágrimas, y rezos con sombreros, flores y olés...y en los tendidos:
..un fantasmal revuelo de pañuelos,
blancos de un nunca -¡nunca!- visto duelo...
Y finalizando, Juan Lamarca añadió:
La historia de Antonio Bienvenida ya estaba escrita, la de un hombre cabal en el toreo, el perfecto profesional, el torero de la naturalidad, del hombre de bien, del caballero intachable. ¡Maestro!
¿TORERÍA..? Torería la tuvieron todos los hermanos bienvenida: La casta, hondura, y pinturería de Manolo. Pepe -cariñosamente apodado- en su majestuosa lidia y portentosos pares de banderillas.
Clase y naturalidad en Antonio. El estilo entre bienvenidista y amanoletado de aquel Ángel Luis que revolucionó Madrid un verano. Y del compendio de todos ellos que pudo ser Juanito si no le hubiera tropezado un novillo en Barcelona cuando ya estaba
lanzado.
¿ANTONIO..?: Un hombre fantástico, familiar, cálido y cercano, generoso, colaborador, luchador; un hombre inolvidable para la tauromaquia como ser humano; una de las personas que más han hecho por el buen prestigio y mayor gloria de la fiesta de los toros y siempre con su sonrisa plasmada en el rostro.
Y de seguido, Juan Lamarca con emotiva expresión, fue agotando el "ultimo tercio", diciendo:
Que la ejemplaridad de Antonio Bienvenida, en el centenario de su nacimiento, nos infunda ánimo y entereza para reafirmarnos en nuestra afición, sentirnos orgullosos de ella y dispuestos al fomento y defensa de la tauromaquia. Es nuestro sentir, es nuestro patrimonio cultural e histórico que nos identifica y nos confiere el derecho a la libertad de ir a los toros.
Es por ello que, en esta noche tan especial, y desde el recuerdo al Maestro, al torero, al hombre, me permita resaltar los sentimientos que brotan y nos conmueven en esta Casa de Madrid y en esta querida y admirada Ciudad Condal, Barcelona, y así proclamar de todo corazón:
¡Viva la Fiesta Nacional, Viva Cataluña, Viva España!