En Mérida… Colombo la armó de nuevo, puerta grande
El rejoneador Andy Cartagena: Palmas y oreja.
Leo Valadez: Palmas y palmas.
Jesús Enrique Colombo: Oreja y oreja.
Jussef: Oreja y palmas.
Detalles:
Colombo salió por la puerta grande.
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En la Plaza de Toros Mérida, la de Yucatán, se escucharon parches y metales; y el Olé en los tendidos del Coso de Reforma, una tarde ideal, sin viento, prácticamente plaza llena.
En ambiente familiar de algarabía y fiesta dio inicio la temporada taurina 2022-2023, una tarde más que perfecta, la afición dio cita y testimonio cuando hay buen cartel y buenos toros, acuden a la Plaza
Un paseíllo donde uno de los alternantes lo inició como novillero y salió como matador, con su personal estilo Jussef paso una difícil aduana.
Hecho inusual que puso a la autoridad y apoderados al decidir quién abre, si el de a caballo Andy Cartagena o el toricantano Jussef, hecho que puso al C. Juez Ulises Zapata Carrillo a aplicar y la decisión tomada fue aplaudida y de respeto a la fiesta, siendo el de pie quien lidiaría el primero por ser el del doctorado.
Jussef cumplió con su público y con la fiesta, se plantó y demostró el por qué llego a esta fecha, pudo haber sido una tarde soñada para se le fue la oreja en la suerte suprema en su segundo astado. Pagó la novatez y en su afán de triunfo le juegó a la suerte y le falló.
De qué madera están hechos los toreros, Colombo, lo demostró, de valentía, coraje y pundonor. Un torero que está ahí, sin dejar espacios, se arrima, nunca deja de estar frente al toro, un torero de centro de plaza, ahí en los medios, donde el valor se convierte en heroísmo.
Con Mirasol un negro bragado de 590 kilos de Santa Teresa, un toro que nunca dejó de embestir, con fuerza, derribando en tres ocasiones al varilarguero, que desde el primer derribo pidió el cambio de tercio, hecho que no fue concedido a criterio del Juez por falta de pica. Motivo por lo que se dieron dos intentos más, hecho que prendió al público e inteligentemente Colombo dirigió al astado al centro del ruedo para realizar especulares quites, y así pedir de inmediato el cambio de tercio.
No hay mejor manera de describir el segundo tercio. Simplemente espectacular, tres pares de poder, ganándole siempre los terrenos al astado, demostrando condición y fortaleza física. Lo que le valió una vuelta al ruedo que sólo llegó a media, por las características del astado en el ruedo, que ya había sentido al matador, quien le otorgó inteligentemente espacio y tiempo al astado.
Ceñido, sin miedo, faena de poder sacando derechazos y naturales, en el centro del ruedo, un toro que embestía y seguía el engaño con fuerza, sintiendo la presencia del torero, si en ese espacio donde la vida se pone en juego.
Y sucedió, la distancia fue tan corta que recibió un tajo en la frente, que se desvanece casi de inmediato, queriéndose incorporar y volviéndose a caer. Momento de angustia ya que esta herida fue en la cara cerca del ojo, prácticamente noqueado sin recuperarse tomó la muleta para seguir con la faena, momento de angustia, de coraje y pundonor.
Continuó en el centro pasándose por largos derechazos a su enemigo, y ya en la suerte suprema con certera estocada, despachó a su enemigo, que vendió cara su muerte al tardarse en doblar.
Colombo y Mirasol cruzaban miradas, hasta que claudicó en la arena, de inmediato la petición de oreja por parte del tendido que fue concedida. Al término de la vuelta al ruedo con permiso de la autoridad abandonó la plaza y fue trasladado al hospital.
Con su primer astado, Pasilla de Begoña, salió decidido recibiéndolo de rodillas y envolviéndose con el capote al paso del su astado en una larga afarolada, para rematar con pintoresca media verónica, esto sin distancia en tablas, así comenzó
La expectativa acabo va por el segundo tercio con sutil elegancia cita al astado dejando un espectacular par. En el segundo parado al centro espera y recorre hasta la puerta de toriles prácticamente medio ruedo para dejar otro par bien puesto. Pide estar solo en el tercer par y sentado a tablas espera y recorre en lateral hasta el encuentro dejando al violín un espectacular par.
Ya con la muleta fue construyendo sin prisa la faena sin alejarse, sólo dando tiempo y sacando los pases, mando y poder. Largos derechazos y sin distancia metía la muleta y sacaba otro más largo. Vino el toreo en redondo para rematar con cambio de mano. Regaló un torero elegante, que se disfrutó en cada pase. El publico de inmediato ovacionó al termino de cada serie y el olé se sintió en la Mérida
En la suerte suprema sin prisa y al primer viaje hasta la empuñadura de efecto inmediato. Petición unánime de oreja, misma que fue concedida.
Colombo demostró el porqué de la fiesta. Un torero comprometido con la afición y demostró que con toros y torero hay fiesta para rato.
El novel matador Jussef, demostró que hay presencia y ante su público con el primero de la tarde Güero de Begoña, un castaño claro de 496 kilos, al que recibió con cambiado de rodillas y una tanda de cinco verónicas con fuerza, pegado a tablas, que de inmediato fueron reconocidas por el tendido.
Antes del segundo tercio, efectuó la suerte del salto de garrocha, misma que fue bien acogida por él público
Demostró cualidades cubrió el segundo tercio, tres pares de poder a poder, siendo el tercero al violín lo que le valió el reconocimiento del tendido.
El ritual del doctorado a manos de Leo Valadez siendo testigo Colombo y Andy Cartagena acompañando este momento.
Buen lado izquierdo que supo aprovechar para sacar una faena limpia y con elegancia, corrió muy bien la mano, por la derecha el astado no asistía, a pesar de la insistencia, por lo que fue con los naturales que supo confeccionar su faena.
Antes de la suerte suprema en un detalle muy torero se arrodilló y colocó en la espada una carta (baraja) un As de oro, y al tirarse a cumplir con la suerte suprema dejó tremenda estocada de efectos fulminante: Una oreja bien ganada.
Con su segundo enemigo Piquín un negro entrepelado de 545 kilos, ejecutó la suerte del Tancredo.
Un toro que puso en apuros a Jussef, que lo obligó a demostrar sus cualidades y que, a pesar de haber sido golpeado en el segundo tercio demostró cualidades como banderillero.
Le cuajó una buena faena en los medios, corriendo bien la mano con largos naturales metiendo al astado a la muleta
En la suerte suprema y con tal de agradar al tendió se tira a matar recibiendo logrando solo un pinchazo y así, perdiendo la segunda oreja. Se agradece la intención, pero los toros no tienen palabra de honor y en un arrebato muy torero decidió jugársela y le falló, dos intentos más igual, hasta el tercero, media estocada.
Andy Cartagena tuvo que ser en el segundo de su lote Guajiro un negro zaino de 514 kilos, desde que salió de toriles demostró fuerza, fijeza y recorrido.
Lo toreó a su ritmo con fuerza y velocidad recorrió completamente el ruedo con el toro fijado en los cuarto traseros. Se paseó al toro de lado a lado prácticamente sin distancia entre el astado y tablas ahí estuvo Andy.
Caballista sin lugar a dudas y toreo ahí sin lugar a distancia prácticamente el testuz en la barbilla y el vientre del caballo, para dejar un par de garapullos al centro.
Y a dos manos sin riendas de poder a poder dejando espectacular par de banderillas. Un Andy Cartagena de antaño con propuesta torera, toreó prácticamente a la verónica con sus caballo, pasándose y mostrándose, un astado que nunca dejó de seguir y correr con fijación
La faena estaba lista, y del tendido se escuchó Cartagena I love you. A lo que Andy respondió con una sonrisa. En la suerte suprema al primer viaje de efectos inmediatos ovación y petición unánime.
Fue grato ver a un Andy Cartagena entregado. Con su primer enemigo Habanero, se escuchó desde los tendidos expresiones contundentes: “… una cosa es cabalgar y otra rejonear“.
Sus cualidades como jinete de alta escuela no se ponen en duda, pero la gente lo quiere de rejoneador
Leo Valadez definitivamente no fue su mejor tarde, tampoco la peor, salió voluntarioso con su primer enemigo Chipotle de Begoña lució con un quite de zapopinas.
El segundo tercio lúcido y vistoso siendo el tercer par el más reconocido, pegado a tablas y al violín.
La ceremonia de devolución de trastos por parte del ya matador Jussef.
Brindó al público e inició de rodillas, para seguir con pintorescos derechazos, arrimándose hasta donde pudo sacó dos en redondo, mucha voluntad, pero el astado no transmitía.
Leo insistía, buscaba, pero a pesar de la embestida el toro no transmitió. En la suerte suprema al segundo intento logró despachar a su enemigo. El público le reconoció el esfuerzo.
Con Chiltepín el segundo de su lote corrió con la misma suerte mucha voluntad, si dejo mucha voluntad no se rajo en ningún momento, el astado corría, pero no transmitía, intentó por la derecha y al natural, simplemente no cuajó.
Una buena tarde de toros en general, la afición dio cita y salió satisfecha, cuatro orejas en total, todas bien ganadas.
MÁS ELOGIOS PARA EL VENEZOLANO EN LA PRENSA YUCATECA
Por Gaspar Silveira
MÉRIDA.- Un yucateco tomando la alternativa, el número doce de la historia. Y Jusef cumple con la papeleta, muy cara por cierto, porque doctorarse en la Plaza Mérida, en un cartel así, no es pepita y cacahuate. Ya habrá tiempo para la reflexión del mismo torero y, si quiere ir por la senda donde van los grandes, hacerle algunos ajustes al chip.
La vida de un matador no siempre es para congratularse, pero verle hacer realidad el sueño de muchos, valió la mitad del boleto para esta corrida inaugural, en la que casi se llenó el coso.
La otra mitad se la llevó el que quizá sea el más completo de los matadores de esta generación. Completo en toda la extensión de la palabra. Así es Jesús Enrique Colombo, un verdadero portento de facultades físicas y una carpeta grande de cualidades de torero. Fue, en todo sentido, el triunfador de una tarde que dejó detalles grandes para el anecdotario.
Merecidamente debió irse en hombros por segunda vez de la Mérida, pero fuerte varetazo que le causó una herida en la frente le hizo pasar a la enfermería antes de irse hacia Cancún porque a la una de la mañana volaba a Perú para torear hoy.
Lo demás, bueno. Leo Valadez está en un momento de profundidad torera. Cuánto se aprende en las escuelas taurinas y qué grato ponerlo de manifiesto en el ruedo. Una pena su fallo con el acero con su primero, que pudo dejarle algún trofeo, y sin fortuna en el sexto.
Andy Cartagena tardó en asentarse con el segundo, pero cuando lo hizo se dejó ver como un rejoneador de altísimos costos, mismo con el quinto, al que cortó una oreja. Siempre será garantía tenerlo en el cartel.
Y lo que muchos fueron a ver pues fue a Jusef. El nativo de Mama se hizo matador con un castaño que tenía fuelle en todas sus embestidas, desde los lances con el percal hasta con la tela roja. En banderillas le exigió también.
Gustó a los que saben de toros el que tomara la muleta con la izquierda porque el toro pedía ir por allá. Quizá cortar el viaje del toro al torear al natural hizo que los muletazos no terminaran de llegar al clímax. Bien el torero yucateco, sin cobas, que no sirven los elogios sin merecimiento.
El segundo toro de su lote fue un muy bien armado y grande ejemplar. Intentó con el estilo mostrado en sus novilladas: salto del Tancredo, para recibir, y en banderillas quiso abrir el tercio con un violín, pero trastabilló y se fue a la arena, quedando a merced del toro.
De nada estuvo que le pegaran una cornada. El de arriba echó un capotazo. Luego quiso, porfió entre sus condiciones de nuevo matador, pero fueron leves detalles de toreo asentado el que vio. Al matar, quiso hacerlo entrando a la suerte, a distancia, pero falló hasta en tres veces.
Su proyecto torero trae suertes añejas. Tal vez no era día para eso. Si tomaba la espada al natural, frente a frente, pudo ser distinto. Pudo ser, pudo ser.
Quizá habría que verle más y que él pueda sentirse cómodo en su quehacer. Un poco de las dos puede darle lo que busca.
La tarde fue de Colombo, como en aquel marzo pasado que reventó la Mérida con el consagratorio “torero, torero” de la afición yucateca. Desde su primer toro anduvo mostrando ese algo suyo que es especial. En banderillas tiene un poder para clavar los palos, ayudado por la fortaleza física. Y matando, hasta se oyó choque de la mano con la piel del toro al meter la espada. La oreja más que bien ganada.
En el segundo, el respetable se puso de pie para tributarle estruendosa ovación al completar el tercio de banderillas. Es un salvaje, o un loco, o un extraterrestre. Todo se debe a las facultades físicas y toreras. Con la muleta, ante un toro de 590 kilos, estaba decidido a que era vencer o morir.
Se metió entre los pitones hasta que “Mirasol”, de Santa Teresa, tiró un derrote que le llegó a la frente, con sangrado que causó pánico. Si fuera futbolista dos meses fuera, pero los toreros son de otra pasta. Agua para refrescarle las ideas entre el shock y a completar la faena, entre vítores. Una locura torear con la sangre casi bañándole el rostro, pero era una tarde para darlo todo, hasta la vida.
La espada la metió como marcan los cánones. Como deben de hacer los matadores de toros, que es el título nobiliario que tienen los toreros.
Se hizo eterno el juez en conceder la oreja, y algunos querían otra. Le debieron la puerta grande. Ya queremos verlo en Xmatkuil.
Publicado en El Diario de Yucatán.
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