jueves, 27 de octubre de 2022

ANUNCIAN A MARCO PÉREZ PARA SU PRESENTACIÓN EN VENEZUELA EN EL HOMENAJE A ERICK CORTÉZ, POR EL 30 ANIVERSARIO DE SU ALTERNANTVA

 

Marco Pérez, la revelación del toreo: “Me gusta el toreo de sentimiento, de poner mucha pasión a lo que hago”


Por Javier Lorenzo.

¿Por dónde empezamos? Fue la primera pregunta que se me ocurrió: “Por donde tú quieras”, contestó con una tranquilidad pasmosa. Parecía que llevaba más entrevistas que paseíllos Morante esta temporada. El desparpajo y la claridad de ideas de cada respuesta fue abrumadora. En la visita a la redacción de LA GACETA Marco Pérez impactó a todos: “Es más niño aún de lo que parece”, fue la frase más repetida de los compañeros. Nadie le quitó ojo nada más entrar y él no dejó escapar ni un detalle.

El expediente académico está a la altura de sus rotundos triunfos en el ruedo, cursa 4º de la ESO en el Instituto de La Vaguada de la Palma y una de las pocas dudas que parece asomar en esa cabeza privilegiada es la de estudiar Medicina, Enfermería o Periodismo. Y con esta última opción sobre la mesa, en su primer paseíllo por la redacción, se interesó por todo. Rápido se percató por el nuevo diseño del periódico, por todas las noticias y las secciones.

En la hemeroteca descubrió los volúmenes de la colección más que centenaria historia de LA GACETA en papel. Se sorprendió por el primer periódico de agosto de 1920, centró la mirada en el triunfo histórico de uno de sus ídolos, la tarde en la que el maestro Capea, en su primera despedida de 1988, cortó un rabo en La Glorieta el día que le dio la alternativa a José Luis Ramos; y terminó viendo los últimos periódicos en los que él mismo ya ha sido protagonista. La historia del periódico parece estar destinado a seguir protagonizándola para llenar las páginas de triunfos que aún están por escribir tras una irrupción estelar que tiene revolucionado el toreo.

Es un caso realmente extraordinario. Llegó junto a su padre. Bastante más timido el padre que el hijo, al que parece no ponerle nervioso nada. Viste como un niño de su edad. Zapatillas deportivas con velcro abrochadas, pantalón vaquero en tono beige y una sudadera. Enjuto como un junco. Posa para la sesión de fotos de Almeida como si llevara toda la vida haciéndolo.

Tiene una educación impecable. Una de mis dudas, y también mis nervios, era saber qué me iba a encontrar. La entrevista a un niño, a un hombre o a un torero. Las despejó en un periquete. No solo el desparpajo, sino la fluidez del verbo, la autoridad de las respuestas y la manera de lidiar también las preguntas confirmaron lo que intuía. Es un prodigio en todos los sentidos encerrado aún en el cuerpo de un niño.

¿En algún momento llegaste soñar tanto?

—No, no lo esperaba. Uno sueña siempre que va a ocurrir algo bonito, te imaginas saliendo por la Puerta del Príncipe pero nunca había pensado en un triunfo tan rotundo y con tanta trascendencia.


  
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¿Se llega a soñar con la Puerta del Príncipe?

—Sí, eso sí, muchas veces.

Y cuando se logra, ¿cómo se vive?

—Tienen que pasar unos días para ir asimilando lo ocurrido porque en el momento, con toda la adrenalina y las emociones no te da tiempo. O a pensar lo importante que ha llegado a ser. Como anécdota, después de la celebración del festival, te puedo contar que hubo una recepción en el hotel por parte de la Hermandad del Gran Poder en la que nos entregaron un recuerdo a todos los toreros que actuamos. Hubo un momento, de los únicos en esa noche que me quedé solo, y pensé: ¿Y si esto ha sido un sueño? No me quería despertar, me iba a poner a llorar por desilusión. Había sido todo tan perfecto, mágico… por suerte fue verdad.

¿Eres consciente del revuelo que has formado?

—Al principio no tanto, pero luego según han ido pasando los días y he ido apareciendo en los medios como LA GACETA, Tele 5… ya sí me he dado cuenta del alcance de este éxito.

¿Qué se siente al ver La Maestranza totalmente rendida a tus pies?

—No se puede describir con palabras. Hay que sentirlo. En ese momento no eres consciente. Antes del festival estaba nervioso, porque me habían dicho que se había colgado el ‘No hay billetes’ y claro ver La Maestranza, plaza de primera, con tanta categoría, con aficionados tan buenos… es una responsabilidad, sin embargo cuando la pisé me sucedió todo lo contrario, encontré una plaza super acogedora, la gente rápido me apoyó y todo fue precioso…

Y además de Sevilla, media Salamanca que estaba allí y viajó a tu reclamo para verte torear…

—Sí, sabía la expectación que había despertado y hubo mucha gente de Salamanca, mucha gente de Ciudad Rodrigo y de San Esteban de la Sierra, que son los pueblos de mis padres.

Ante un reto así, ¿qué puede más, la ilusión o la presión de un escenario así con tantas figuras?

—La presión y la responsabilidad siempre la llevas ahí porque es lógico. Cuando algo te importa y quieres dar lo máximo siempre aparece la responsabilidad y los nervios, pero prima la ilusión y las ganas de disfrutar un día tan bonito.

Con 15 años recién cumplidos, y protagonista de un hecho histórico, ¿Cómo le explicas a los compañeros de clase la que has liado?

—Hoy con todos los medios y las plataformas digitales, mis compañeros se enteraron muy rápido. Pero como realmente no están muy vinculados al mundo de los toros tampoco saben la importancia de lo que supone cortar un rabo en La Maestranza. A mí en clase me gusta explicarles el toreo, las fases de la lidia, la categoría de las plazas y poco a poco irlos introduciendo… De hecho, a esta última tarde de Arenas de San Pedro, varios compañeros se había apuntado al viaje para ir a verme torear por primera vez, pero se suspendió.

¿Y qué respuesta encuentras cuando explicas todas esas cosas?

—Se muestran interesados y me apoyan antes de torear. Me desean suerte y me dan su cariño.

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