jueves, 12 de mayo de 2022

Toros ofensivos de pitones e ideas en el regreso de Caballero porPATRICIA NAVARROMADRID

 Gonzalo volvía a Madrid después de la grave cornada de 2019 en la quinta de la feria madrileña

MADRID, 12/05/2022.- El diestro Gonzalo Caballero con el primero de la tarde durante la corrida de la Feria San Isidro, este jueves en Las Ventas de Madrid. EFE/ Javier Lizón
MADRID, 12/05/2022.- El diestro Gonzalo Caballero con el primero de la tarde durante la corrida de la Feria San Isidro, este jueves en Las Ventas de Madrid. EFE/ Javier Lizón FOTO: JAVIER LIZÓN EFE


por PATRICIA NAVARRO






Después del huracán Juli el corridón de El Torero nos devolvía a otra realidad. Todo empezaba de nuevo, aunque los naturales del Julián a ese quinto toro de La Quinta rondaban en la memoria colectiva, en ese Madrid que ronca cuando se entrega. El corazón de Las Ventas fue un volcán en erupción con cada natural de Julián López. 24 horas después no había olvido. Seguía siendo el recuerdo una barbaridad. Los toros de El Torero impusieron en la tarde al menos la seriedad de plaza donde ocurren cosas importantes. Así era el primero. Y su movilidad. Incierta. Informal. Lo supo Antonio Ferrera, que quiso igualarla, pero no lo logró y la faena, en la línea del oficio se quedó ahí. Fernando Sánchez lo bordó en el par que puso al cuarto y Chacón también. Buen tercio a un toro despampanante de cara. Movilidad tuvo y repetición también, pero con mal estilo, con genio y a la defensiva. Soltando la cara de manera imprevisible. En la primera tanda de Antonio Ferrera medio tragó, pero nada más. A partir de ahí cambió y el extremeño lo lidió con oficio. 

Turno de Luque

Con la cara más abierta y más suelto de carnes fue el segundo. Se movió, con un derrote final que acabó por convertirse en un hachazo continuo. Daniel Luque puso todo de su parte para suavizarlo, para convertir en temple el derrote, pero a veces fue imposible. No se alivió y dio la cara con el de El Torero, que fácil no era. Volvía Gonzalo Caballero a Madrid después de transitar la parte amarga de la Fiesta y estar al borde de la muerte un doce de octubre. Dejaba atrás una gran lucha para recuperar primero al hombre y después al torero. Lo sacaron a saludar. Las Ventas si algo tiene es memoria. Descarado de pitones el toro, era impresionante de trapío. Una inmensidad. Los comienzos de faena fueron halagüeños. Eso creímos. Duró poco la ilusión. El toro quiso rajarse al poco y protestó antes. No era fácil. Viajaba ligero, pero con una bestialidad de pitones que a nada que se desviara del camino se mascaba la tragedia. Caballero dio la cara. No había más. Para matarlo se puso corretón. Era un trago. El sexto fue el animal que más opciones tuvo de toda la tarde. Además de la movilidad avanzaba en la muleta de Caballero sin esos cambios bruscos que habían tenido los anteriores. Salía también con la cara alta, pero más franco. Gonzalo Caballero necesitó sus tiempos para irse acoplando al toro y encontrar la ligazón. Nos pareció mucho, porque la realidad es que habíamos tenido muy poco. La de El Torero había sido complicada, y dura. El regreso de Caballero, todo un logro.

Ficha del festejo

Las Ventas. Quinta de San Isidro. Toros de El Torero, serios de presentación. El 1º, repetidor y pegajoso; 2º, complicado por derrotón; 3º, difícil y rajado; 4º, a la defensiva y complicado; 5º, sobrero de Montealto, a la espera, desigual y complicado; 6º, manejable, va y viene sin demasiada entrega. Dos tercios de entrada.

Antonio Ferrera, de verde hoja y oro, estocada (silencio); pinchazo, estocada caída (silencio). Daniel Luque, de blanco y oro, pinchazo, estocada, descabello (silencio); pinchazo, estocada (silencio).

Gonzalo Caballero, de azul cielo y oro, pinchazo, estocada (silencio); media, descabello (silencio)

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