jueves, 19 de mayo de 2022

San Isidro: Jesús Enrique Colombo en el ojo del Huracán / por Jean-Charles Olvera

 


Lejos de las tremendas salidas de estos toros que pudimos vivir en temporadas pasadas en plazas francesas como Dax, Mont-de-Marsan, Arles o Garlin. Como si de pronto se hubiera esfumado esa casta tan peculiar, como también parte de su bravura salvaje, su transmisión, su fijeza y sus largas embestidas que hicieron la reputación de esta ganadería en las arenas galas.

 Jesús Enrique Colombo en el ojo del Huracán

Jean-Charles Olvera

España, 19 Mayo 2022

Poco se vio en la tarde calurosa que vio saltar al ruedo a los pupilos charros de Pedraza de Yeltes.

Lejos de las tremendas salidas de estos toros que pudimos vivir en temporadas pasadas en plazas francesas como Dax, Mont-de-Marsan, Arles o Garlin.

Como si de pronto se hubiera esfumado esa casta tan peculiar, como también parte de su bravura salvaje, su transmisión, su fijeza y sus largas embestidas que hicieron la reputación de esta ganadería en las arenas galas.

En fin, se fue en líneas generales esa emoción tan alejada del comportamiento más civilizado de sus primos de linaje Domecq, para regresar al montón y próximo anonimato del resto de la camada del citado mono encaste.

Solo un toro destacó claramente de la 11ª corrida isidril, siendo el tercero de nombre Huracán, que le que tocó al venezolano Jesús Enrique Colombo.

Por ahí esta ganadería pudo mantener la ilusión: un toro bravo que empujó con los riñones al caballo en sus dos puyazos, cabeceando pero fijo. Alegre en banderillas y pronto y con movilidad en la muleta, un toro que exigía una lidia con más firmeza que la que propuso con estilo embarullado el diestro Colombo que desentendió la casta del toro.

Ni que fuese realmente un huracán; un viento como mínimo se llevó el caribeño con este toro y además en la máxima plaza, por no decir más.

Otro viento le sopló el cierra plaza al que banderilleó descentrado en su hazaña de intentar imitar al Fandi. En esa misma línea ‘fandina’ también propuso con la muleta su concepto del toreo bullicioso y pueblerino, terminando con la paciencia del respetable que despertó de su letargo para recriminarle y recordarle que estaba en Madrid. 

También decepcionó Javier Cortés, pero con otro estilo, en su nueva oportunidad para lucirse y al que vimos lejos del nivel que tuvo la pasada semana en este coso cortando una gran oreja a un Pilar. 

Con el pegajoso 2º, se coreó una serie por la zurda con el mejor pitón del toro, pero que acabó con un enganchón entre otros tantos, en una faena irregular y con altibajos que finalizó en tablas, ahí mismo donde el toro llevó al torero y no lo contrario. Al 5º soso y de poca transmisión, poco pudo demostrar el madrileño. Se le fue su último cartucho.

Por su parte, lo intentó todo el maduro López Chaves pero con el peor lote de la tarde, alargando inútilmente sus faenas sin poder sacar agua de pozos vacíos.

Total, los pocos que cubríamos medio aforo nos aburrimos en términos generales si no fuese por el toro Huracán, aplomados por el calor y por el deslucido juego del resto del lote dispar de los Pedrazas que esperábamos luciesen en este ruedo.

Un Huracán que ovacionamos en el arrastre pero que en su ojo puso en jaque al diestro Colombo: un ojo del huracán también llamado Las Ventas.

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