El novillero con más triunfos de 2021 vuelve este lunes a Madrid anunciado junto a Santana Claros y Álvaro Burdiel. Aún envuelto en los ecos del pasado 7 de mayo, cuando cortó tres orejas en Valencia a los novillos de Conde de Mayalde (que completan el cartel del día 16), Isaac Fonseca mira hacia Las Ventas con «ilusión, responsabilidad y miedo».
Desde que dejara su hogar en la localidad michoacana de Morelia (México) para venir a España a «consolidar su carrera», Fonseca ha sido una cosechadora de triunfos. En el año de su llegada (2019), ganó el certamen ‘Camino Hacia a Las Ventas’. Después se alzó triunfador del prestigioso Alfarero de Oro y de la Liga Nacional de Novilladas de la Fundación Toro de Lidia. Tantos laureles, dice, «conllevan una responsabilidad extra para el lunes, pero cuando uno quiere cosas grandes, la responsabilidad va de la mano». También son la recompensa a «años de lucha y esfuerzo». El fruto «del empeño y la ilusión diarios» de IF.
«Ahora que abro los ojos, o los cierro cuando me voy a dormir, pienso en lo que gracias a Dios he conseguido. Es muy bonito, pero quedó atrás. Lo importante es el día a día y lo que viene». En San Isidro y Sevilla (donde se anuncia el 22 de mayo), espera hacer puntos para entrar en la Feria del Toro de Pamplona y sembrar el sendero de las grandes ferias, por el que quiere volver a transitar la próxima temporada, convertido en matador de toros. Será Manzanares quien le dé la alternativa el 12 de agosto en Dax, con Roca Rey como testigo y toros de Núñez del Cuvillo. «El toreo es de fondo, pero también de pasos importantes. Ahora sólo puedo pensar en la tarde del lunes, pero sé que triunfar en estas plazas será clave de cara a la alternativa y al año que viene. Aquí no hay que aflojar el paso. Llegas a matador de toros y te das cuenta de que tienes que jugar en las grandes ligas con las figuras y que ellos mismos tienen metas nuevas cada día. El toreo es un mundo que no para».
Al hablar de su cita con Madrid, el tono discurre humilde y cargado de ilusiones al otro lado del teléfono: «Reina en mí la sensación de que va a pasar algo bonito. No sé si está bien pensado pero, rayos, se están juntando tantas cosas que algo me dice que va a ser una tarde importante. También hay momentos en los que siento cabeza y digo ‘Fonseca, el mundo del toro es como la vida misma y puede que no salgan las cosas’. Como no quiero darme un golpe en la cabeza, intento estar en los dos polos. Lo más importante es dar una dimensión de novillero. Si eso lleva de la mano un triunfo, mejor».
Fonseca espera encontrar una fuerte rivalidad con sus compañeros de terna. Y combatirla a golpe de compromiso: «Van a ver a una persona con hambre y con ganas de comerse el mundo, que no se va dejar nada en el hotel, que se va a picar con todo lo que suceda en la tarde y que va a tener la garra de darlo todo por el triunfo. Con más o menos cualidades, lo que para mí no es negociable es la entrega».
Esa puja tan alta por subirse al carro es la propia de quien ha apostado todo su mundo al sueño de ser torero. «Una persona que viene de fuera se tiene que abrir camino a base de esfuerzo», dice al recordar el momento en el que, cuatro años atrás, su mentor y matador toros Jacobo Hernández le aconsejó venir a España «para madurar y evolucionar como aspirante a torero» de la mano de Carlos Aragón Cancela. «Lo que te da tu profesión, sea cual sea, depende de lo que tú inviertas en ella. No es fácil dejar tu atmósfera, tus costumbres y, sobre todo, tu familia. No voy a recuperar el tiempo que no he podido estar con ellos. Soy consciente de lo que he sacrificado, pero veo esto como la oportunidad de darles un buen futuro y me apoyo en las sensaciones que me transmiten cada vez que triunfo».
IF aspira a dar a México «un torero que lleve gente a las plazas» y cuenta que «cada vez son más los aficionados de mexicanos que siguen mis triunfos». «Cada país necesita un referente. Alguien que cree ilusión y mueva a la afición como lo ha hecho el maestro Roca Rey en Perú. Ahora hay una nueva camada de matadores en México y espero que juntos logremos generar ese tirón que hace falta en las plazas de mi país». Para conseguirlo, concluye, «hay que arrear».
Publicado en El Mundo
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