lunes, 28 de marzo de 2022

RELATO MADRILEÑO DE RUBITO EN MADRID por Juan Salazar , Miembro de Ventaurino.

  


Eleazar Sananés  

 

Estimado Víctor, me honra muchísimo tu petición, por la confianza que supone, y te agradezco el calificativo de “entendido aficionado”, descripción en exceso elogiosa. Me preguntas acerca de algunos sitios madrileños que pudieran haber sido frecuentados por Sananes y Granero en 1922 y la tarea no es sencilla, máxime cuando se le encarga a un juntaletras, pero si lo pide un amigo, pues por intentarlo que no quede.

De Granero sí contaba con cierta información pero en el caso de Eleazar Sananes Rubito no, por lo que ayer estuve indagando. El hecho es que he identificado tres lugares para ambos coletas, uno de ellos coincidente, los segundos muy próximos y los últimos de los que ignoro su cercanía.


Me explico:

Vamos a comenzar por el primero de ellos, el lugar coincidente que no puede ser otro que la plaza de Madrid, ubicada en la avenida de Felipe II y que en la actualidad es ocupada por un moderno espacio cultural y deportivo que tiene el horroroso nombre de Wizink Center.

Sobre la fecha luctuosa de Granero del 7 de mayo de 1922 poco más hay que decir. A título personal comentarte que mi padre estuvo en el festejo y años después lo recordaba no solo por las trágicas circunstancias, sino por el escándalo que se organizó con la suspensión. 

Como indicas, Sananés se presentó en esta plaza como novillero el 6 de abril de 1922 con Fausto Barajas y reses de Rafael Surga, siendo la última de Amador García; repitió el 2 de mayo ante astados del duque de Tovar también con Fausto Barajas y Nicanor Villalta, saliendo a hombros. Tomó la alternativa el 17 de mayo, diez días después de los luctuosos sucesos de Granero, en un festejo de relumbrón, la Corrida de la Beneficencia, con toros de Gamero Cívico y compartiendo cartel con Saleri II, su padrino de alternativa, Nacional II y Marcial Lalanda.

En este coso volvió a torear el 9 de julio, por lo que fueron cuatro los paseíllos realizados en su ruedo.

Decíamos que Rubito se había presentado el 6 de abril, pero esa no fue la primera ocasión que pisó la plaza ya que la tarde de inauguración de la temporada de 1922, en el primer festejo celebrado, el 19 de febrero, Sananés estuvo en el tendido y además recibió un brindis por parte del novillero Antonio Llamas; según afirmaba a la prensa por la noche:

“Esta tarde he ido a los novillos no para ver la corrida, ni cómo embisten los toros en España… He ido para ver cómo sonaban las palmas de Madrid”.

Como conoces sobradamente, Rubito había embarcado el 26 de enero en Caracas y desembarcado en la Península a mediados de febrero; el día 17 aparecía en los periódicos la noticia de su llegada, remitiendo un mensaje a los revisteros: 

“Al desembarcar por primera vez en España, saludo a la madre patria con el cariño y respeto que me enseñaron mis mayores, al público y a la crítica taurina, a cuyo fallo vengo a someterme”.

Esa plaza de tan grato recuerdo es el primer lugar de referencia para Granero y Sananés. Por fortuna para Rubito, el día 7 de mayo hizo el paseíllo en Bilbao despidiéndose de novillero, por lo que no presenció la terrible cogida del valenciano en Madrid.

El segundo lugar que te comentaba, que se encontraba muy próximo a otro que te indicaré más adelante, es el Lion D´Or, café taurino por excelencia, y donde estaba Rubito la noche del 19 de febrero, horas después de recibir el brindis en la plaza. En este establecimiento el periodista Joaquín López Barbadillo tuvo la oportunidad de hacerle una breve entrevista publicada en el diario El Imparcial, el 26 de febrero. Por cierto, al citar ese periódico, no puedo dejar de señalar que su fundador fue Eduardo Gasset y Artime, gran aficionado y padre de José Ortega y Gasset, siendo don Eduardo quien acogió al Papa Negro cuando llegó desorientado a Madrid, en sus inicios. Como tantos rincones queridos de Madrid el Lion D´Or, sito en la calle de Alcalá número 18, no sobrevivió al paso de los años y en la actualidad es la cafetería Nebraska; resulta de obligada referencia apuntar que antes de su transformación albergó, a instancias de José María de Cossío, la tertulia descrita por Antonio Díaz Cañabate en su libro Historia de una Tertulia.

Si nos referimos a Granero, podemos ubicar muy cerca de este lugar, apenas distante doscientos metros, en el número 4 de la calle de Alcalá, prácticamente en la Puerta del Sol, al estudio de fotografía Kaulak en el que Granero se fotografió vestido de luces la jornada luctuosa. Existen leyendas e historias con un halo de romanticismo que al tratar de cotejarlas se descubre que no son reales, pero en este caso la historia, aunque pueda sorprender, es cierta. Manolo Granero, su última tarde, camino de la plaza, se detuvo en el estudio de Kaulak para inmortalizarse. Así lo afirma el reportero Cachete en El Heraldo de Madrid:

«Ayer, al ir a la plaza, yo le acompañaba en el automóvil, que paró en la fotografía de Kaulak, donde se iba a hacer unos retratos, y también me dijo: —Estos son los últimos que me hago de torero.

—Pero hombre, —hube de contestarle—, cómo eres tan pesimista.

—Qué quieres, hoy me ha dado por ser así; esta tarde hay que arrimarse bien y sacar del arca lo que uno tenga; el público de Madrid se merece eso y mucho más —me repuso».

Y nos quedan los lugares que, como te reflejaba, ignoro su cercanía. En este caso me refiero a las inmuebles en los que residieron ambos diestros en sus estancias madrileñas. En lo que respecta a Granero no hay duda, ya que se hospedaba en casa de su amigo, el periodista Manuel Gómez Domingo Rienzi, que vivía en la calle del Buen Suceso número 18 duplicado, que entiendo que en la actualidad corresponde al número 24. Aquí, en esta vivienda durmió la noche anterior al percance fatal, en una habitación que Rienzi le ofrecía.

En lo que respecta a Rubito tengo mis dudas, bueno más que dudas, amigo Víctor, te reconozco que no he sido capaz de localizar la información. Si alguno de tus cualificados lectores cuenta con el dato, me encantaría conocerlo. En aquella época había varios hoteles frecuentados por toreros en Madrid, ¿se alojaría en cualquiera de ellos? Otra posibilidad es que lo hiciera en la vivienda de su apoderado Antonio Gallardo, que tenía como dirección la calle de San Carlos número 12 de esos años. Al año siguiente, como representante de Rubito figuraba Victoriano Argomániz —también apoderado de Domingo González, el padre de los Dominguines—, en la calle del Barco número 30 de antaño. ¿Pudo establecerse el torero en alguna de esas ubicaciones? Rodolfo Gaona lo hizo en la calle de Jordán, en casa de la hermana de su protector Ojitos y desconozco si, a semejanza, Rubito estuvo en casa de alguno de sus conocidos.

Estimado Víctor, como te señalaba al comienzo, no es gran cosa esto que te indico pero cumplo con el encargo y ya se sabe, el que da lo que tiene no está obligado a dar más.

Abrazos muy fuertes, Maestro y amigo, y que Dios te acompañe.

Juan

No hay comentarios:

Publicar un comentario