Manuel Mejías Rapela fue un conquistador, adalid a la altura de aquellos extremeños que sembraron en tierras del continente americano la hispanidad. Hijo de Manuel Mejías Luján ((1844); que, para distinguirse en las cuadrillas de aquellos días finales del Siglo XIX, adoptó el nombre de “Bienvenida”.
Mejías Luján fue el primero de la Bienvenida, era de profesión banderillero, torero destacado por su dominio en la lidia y por las maneras en el trato de sus pares. Como rehiletero, por su habilidad, prestancia y conocimientos, estuvo en importantes cuadrillas como las de Bocanega y Mazzantini. Por su calidad como profesional fue a La Habana, cuando a la Habana la comparaban con Cadiz, decían que La Habana era igual que Cádiz. “pero con más negritos” .
Mejías Luján sembró su hogar en Bienvenida, pueblo de Badajoz, Extremadura, con Teresa Rapela con quien tuvo cinco hijos.
Los Mejias Rapela, dos de ellos, José y Manuel, toreros. José Mejías Rapela se formó en las capeas; y Manuel Mejías Rapela es el más conocido por la afición, sobre todo por su apodo, El Papa Negro.
Ayer aquí en Caracas el Grupo Ventaurinos, que reúne más de un centenar de amigos y que por invitación de sus destacados miembros, Vicente Carrillo Batalla y Eloy Anzola, organizo una tertulia vía zoom con un bisnieto del Papa Negro, don Manuel Bienvenida, nieto del maestro Antonio Bienvenida: Gonzalo Bienvenida. Se trata de Gonzalo, joven que habiéndose destacado por su viva inteligencia, apuntado a bien para la lidia, probado valor y constancia con el ejercicio de la tauromaquia, decidió cursar en la Universidad San Pablo de Madrid dos carreras a la vez: Derecho y Comunicación.
Graduado con honores en ambas carreras.
Hoy, Gonzalo Bienvenida – así firma sus reportajes y crónicas en El Mundo, diario muy importante en Madrid- , es un joven periodista que cada día ante la vida cruza Rubicones, trampas tendidas por los enemigos de la Fiesta como ocurrió con sus ancestros, que cruzaron arenas y ciénegas de los cientos de redondeles que cubren mundo de los toros. Los Bienvenida, los que sembrando con ejemplo y afición, torería y maestría son dignos representantes de lo mejor en los toros.
Gonzalo es bisnieto de Manuel Mejías Rapela “El Papa Negro”, es Gonzalo el nieto de Antonio Bienvenida, el caraqueño que junto a Eleazar Sananes y César Girón integra el trío de los históricos toreros históricos de la Sultana del Ávila. Antonio Bienvenida fue un torero importante, por haber sido quien cimentó la dinastía Bienvenida con su ejemplo.
Los Bienvenida , aquellos toreros que antes de maestros fueron niños que escribieron con ejemplar unidad familiar la historia de una dinastía que, por su existencia, ejemplo y prolongación, es única en la Fiesta de los Toros.
Dinastía muy ligada a Caracas, imbricada a Venezuela porque “El Papa Negro” hizo de la capital de Venezuela su casa.
Frescos en el recuerdo y en la anécdota cuyos trazos recuerdo cuando los relatada Ángel Escobar “Bola de Nieve”, el inolvidable Mozo de Espadas de los hermanos Girón, que soñó con los consejos de los Bienvenida sería torero. Son aquellos recuerdos, contados por “Bola de Nieve”, donde están los primeros pasos de aquellos niños que se prepararon en el Nuevo Circo de Caracas – Manolo y Pepe – los que más tarde en Bogotá, Lima y Quito y en Nueva York en el Parque de Atracciones Conney Island y en el escenario del Madison Square Garden donde se presentaron mano a mano los hermanos Bienvenida, más tarde escribirían páginas históricas de la fiesta americana.
Con sus aptitudes para la lidia, pronto marchó a Sevilla y de ahí a las plazas más importantes del momento hasta que hizo las Américas durante más de siete años “anclado en Caracas”,en la esquina del Majestic, en la pensión de La Gaona, donde convirtieron el patio trasero de la casa en Escuea Taurina, en sitio para la preparación de los toreros con la cátedra bienvenidista dictada por El Papa Negro y explicada por los niños toreros.
Todo sucedía después de haber tomado la alternativa en Zaragoza en 1905 con "Algabeño" de padrino, y 'Lagartijo Chico' testigo.
Todo antes de viajar a Guatemala y a México.
Los siete hijos del Papa Negro, casi todos se dedicaron a la tauromaquia. El primero, Manuel, llegó a figura sin haber cumplido los 30 años. Prematura muerte. De hecho, él fue uno de los protagonistas de la citada corrida de Nueva York.
El citado Filiberto Mira refiere en su "Historia de un torero”cuenta que:
-" Los triunfos de Gallito y Belmonte, y la tremenda cornada de "Viajero" son las causas que motivan el que naciera Antonio Bienvenida en Caracas" y superada la convalecen de aquella horrible cornada para la que no hubo anestesia, clínica y muchos menos ciencia, realiza Bienvenida "la faena de mi vida".
Bienvenida casa con Carmen Jiménez y funda una familia que llena de gloria la más hermosa de las fiestas, hace campaña por América y viene a Caracas. En Caracas nos detenemos, porque Caracas es como ciudad de relevante importancia para la Dinastía.
Acá, en la plaza de toros Circo Metropolinano estuvo en su inauguración como peón de Hermosilla, y toreó cinco tardes triunfales en 1915 llegó en 1922 procedente de Cartagena de Indias, en Colombia. Se asienta en las playas de Macuto donde lleva su familia, pero su ánimo torero lo lleva a México, Guatemala. y deja en el litoral venezolano a la esposa Carmen.Los niños se quedan en Venezuela y es en Caracas, en el Hotel Madrid, donde el 25 de junio de 1922 nace Antonio.
Cuentan que Antonio en vez de traer, como decimos por estos pagos "su arepa debajo del brazo" trajo dos muletas, una en cada mano.
Aquel día que nació Antonio, el Papa Negro toreaba, mano a mano en Bogotá con Rafael el Gallo.
También fue en Caracas donde Manolo y Pepe torearon por primera vez en la vida, fue en el Circo Metropolitano donde los Bienvenida torearon becerros de media casta.
Estas razones, suficientes para el afecto, son pocas en consideración de los muchos nexos de cariño, de historia, de amistad y de torería que nos unen a los venezolanos con los Bienvenida. Es justicia exaltar la amistad de los Bienvenida con la familia del general Juan Vicente Gómez, quien en una oportunidad que don Manuel se encontraba en difíciles circunstancias económicas le regaló el pasaje a todos los miembros de la familia Bienvenida (Mejías Jimenez), para regresar a España en un vapor que los llevó de vuelta al Puerto de Cádiz. Aquella amistad con los hijos de don Manuel, Manolito y Pepe, era motivo de orgullo para don Ramón Martínez, esposo de doña Cristina Gómez, hija del general y madre del matador de toros Carlitos Martínez .
Manolo Bienvenida, quien para 1933 era ya figura del toreo, vistió los carteles de la temporada inaugural de la Maestranza de Maracay, más por la amistad que lo unía con los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez grandes benefactores de la Fiesta Brava en Venezuela.
Maracay, aquella temporada de 1933, y con el concurso de la Dinastía Bienvenida, le dió un fuerte golpe al timón de la historia taurina en Venezuela que la introdujo a derroteros importantes, tan importantes que la Ciudad Jardín en el tiempo se convirtió en Cantera de la Fiesta en Venezuela.
La dinastía Bienvenida es la única dinastía en la Fiesta de los Toros con cuatro generaciones de toreros y varias más de taurinos militantes.
Los nexos con Caracas y toda la Venezuela taurina, de la familia Bienvenida, hacen que bien se aprecie y respete el Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida que introdujo en la capital don Juan Lamarca López, amigo apreciado y muy respetado.
Como señalamos, la familia de los Bienvenida tiene sus orígenes a finales del Siglo XIX en un pueblo de Extremadura de nombre Bienvenida, donde Manuel Mejías Luján tomó por apodo el nombre de su lar nativo.
Mejías Luján fue un eficaz lidiador, un buen banderillero y peón de confianza de matadores de categoría como en su tiempo lo fueron Bocanegra, Chicorro, El Gordito, Hermosilla, Mazzantini y del mexicano Ponciano Díaz. Tan importante que en los viajes de sus maestros, Mejías Luján los acompañaba a América donde actuó en las plazas de más categoría como en su momento lo fueron La Habana, México, Montevideo y aquí en Caracas donde estuvo con la cuadrilla de Manuel Hermosilla en 1896 en la inauguración de la plaza de toros Circo Metropolitano.
Manuel Mejías "Bienvenida" casó con Teresa Rapela, unión con la que inició la historia, grande y noble, como la califica Filiberto Mira, apreciado amigo y gran periodista extremeño. Natural de Olivenza, para más señas, un colega que nos prestigió con su amistad y orientación en la magnífica Sevilla, la de los rincones taurinos develados por Filiberto con gracia y propiedad. Aquí le retribuimos sus atenciones, solo que agregamos la experiencia de la muerte de Curro Girón, torero que fuera apoderado por Ángel Luis Bienvenida.
José Mejías Rapela Bienvenida II, hijo mayor de Mejías Luján, todo un caso de rebeldía y de bohemia, hombre de simpatía y gracia, puso de lado su talento para disfrutar sin apuros, sorbo a sorbo de la vida: novillero, banderillero, matador de toros, de nuevo banderillero y, por encima de todo muy buen taurino.
Fue José Mejías Rapela "el tío de los Bienvenida". Capaz de descubrir en el matadero de Sevilla a Pepe Luis Vásquez, como lo hizo con Antonio Bienvenida en la casa de su hermano Manuel, con el relumbrón de su éxito y el de sus hermanos Manolo, Pepote y Rafael, encadilaban a la familia y a la afición.
Manuel Mejías Rapela, Bienvenida II, fue un gran torero, figura del toreo al que el referido toro de Trespalacios retiró de la profesión cuando competía con Bombita el pontificado de la Fiesta, fue contratado en la temporada de 1915 por Manuel Martínez "Cerrajillas" para actuar en la temporada de la plaza de Puerto Escondido, el Circo Metropolitano, a raíz de un pequeño pero ruidoso escándalo mediático provocado por el ingenioso extremeño.
Venía Bienvenida de Lima, donde había participado en la temporada de Acho, iba de paso para España. Su presencia en Caracas junto a otros toreros de cartel, provocó un revuelo entre aficionados que exigieron su contratación para la temporada caraqueña. La oferta del organizador no satisfizo a Bienvenida, que publicó una carta donde expresaba "no haber llegado a una inteligencia entre la empresa y yo, y teniendo que partir para España..." La carta hizo tal efecto que Manuel Mejías Bienvenida fue contratado para actuar cinco tardes en Caracas.
Hoy esperamos en esta Caracas de los Bienvenida la visita de Gonzalo, quien en el hilo de Ventaurinos se hizo del afecto y de la admiración de los amigos del Bienvenidismo, especie de religión taurina de los caraqueños.
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