jueves, 10 de febrero de 2022

LEONARDO BENÍTEZ, HUESPED DE ADOLFO GUZMÁN, “EL REY DEL INDULTO” por Víctor José López EL Vito






En marzo de 1974 se sentía crecer la tauromaquia en Venezuela, las emociones de la temporada del año anterior; en el 73, la encabezaron en permanente competencia cinco espadas representantes de la torería  española: El Capea y Galán; México: Manolo y Eloy; y sobre los hombros de Curro Girón lo venezolano. Aunque surgían los novilleros promesas, como Luis de Aragua, que se había destacado en Las Ventas de Madrid y que anunciaba su alternativa de mnoa de Curro GIrón por su apoderado Juanito Bienvenida para Granada, la Maestranza que administraba Emilio Miranda. 

En Marzo, el tres de marzo con exactitud se hizo presente en el panorama taurino nacional un novillero que desde el paseíllo en El Calicanto y ante los novillos de Domiciano Camelo se convertiría en la figura del toreo que Maracay, cantera inagotable de toreros, exigía como renovación de cara al público: Adolfo Guzmán Zaragoza, quien en tarde redonda no solo abriría el camino a hombros por la 19 de Abril, sino que dejó asombrados y boquiabiertos a los ases con los que Maracay gustaba jugar en momentos difíciles de la partida: Fermín Figueras El Boris e Iván Rodríguez Vázquez.

El romance entre Adolfo Guzmán y la Ciudad Jardín comenzó con su faena al novillo Distinguido, lidiado e indultado en sexto lugar, habiendo cortado la oreja del tercer  Camelo de la tarde.  Un romance que Guzmán no percibiría en su primera tarde, y que se prolongaría hasta más allá de su alternativa el 4 de mayo de 1975 en Maracay con Joselito López y de testigo a Adolfo Rojas ante un encierro de Balcones del Río. 

Pero, un momento, atención su brillante carrera, sorprendente temporada en la que participó en 23 novilladas en plazas venezolanas  en competencia con toreros de Caracas, como Rafael Pirela y El Boris, de Maracay, Carlos Osorio “Rayito” y los hermanos Girón Freddy y Pepe Luis, quienes recién llegan de España con la idea -según César Girón-, de ordenar la situación soliviantada y perturbada por dos toreros extranjeros  que se adueñaron de la atención de la afición: Adolfo Guzmán y el bogotano Oscar Silva, que por sus condiciones estuvo llamado a ser el gran rival de Pepe Cáceres, pero…¡ Ay los peros! ¡Cómo duelen!  

También los españoles, estos muy bien representados en el cordobés Alfonso Galán y Guillermo Ciscar “Chavalo”



Adolfo Guzmán, a quien recordamos hoy gracias a que siempre ha vivido agradecido de Venezuela, en especial de Maracay donde triunfo y ganó dinero como una figura del toreo, llegando a administrar su inversiones en la Ciudad Jardín, donde hizo amigos, muchos amigos que recuerdan a aquel mexicano que distinguieron como el “Rey del Indulto”. Su agradecimiento se ha expresado en ayuda directa en México a los espadas venezolanos, como ocurrió en su día con Manolito Rodríguez, al que colocó en un lienzo charro en su presentación hasta llevarlo en Tezuitlán, Puebla, a la alternativa con toros de Santa Rosa y Curro Rivera de Padrino con el testimonio de Miguel Espinosa “Armillita”.



El camino de Adolfo  como novillero estuvo pleno de hitos. Se hizo el dueño de la fiesta en Maracay, igual como de Puerto Cabello y de Caracas. No tuvo rivales. Organizaron muchos manos a manos con los hermanos Girón, Freddy y Pepe Luis, y lo colocaron al mexicano con todas las ganaderías nacionales: Guayabita, Los Aránguez, Bella Vista y  Tarapío; hierros colombianos como Dosgutiérez, Camelo, Cabrera, Cuéllar y Laguna Blanca  en una brillante campaña de 23 corridas, 14 orejas y 2 rabos en 1974.

En 1975 como señalamos, el 4 de mayo de Joselito López que aquel día  toreó el toro que mejor toreo en su larga y muy acertada vida, tarde aquella en la que fue testigo Adolfo Rojas con toros de Balcones del Río.



Una semana antes estuvieron los tres toreros en la ganadería de Bella Vista ... Hizo su último paseíllo el 12 de noviembre de 1978, en Calabozo, estado Guárico alternando con su padrino, Joselito López y el gran torero venezolano Bernardo Valencia con toros de Los Aránguez para después iniciar su importante etapa como apoderado y empresario.



Hoy Adolfo Guzmán invitó a su rancho al caraqueño Leonardo Benítez, torero que se prepara para el compromiso de su regreso a los ruedos en la plaza Monumental de Mérida, el 27 de febrero. 

Los toros a lidiarLeonardo Benítez  pertenecen a la ganadería yaracuyana de los Herederos de Juan Campolargo, y está anunciado con el colombiano Luis Bolívar, un torero que viene de disfrutar un triunfo importante en la Feria de Cali ante toros de la divisa de Victorino Martín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario