Mi recuerdo para
FERNANDO VINYES,
mi amigo catalán,
que sabía escribir
y hablar bien de toros
Sevilla apoyó el desarrollo de la tauromaquia, sobre sus genios: Joselito y Belmonte… Barcelona lo hizo en la institución del clan familiar que fundó don Pedro Balañá Espinos .
Tanto Gallito como Belmonte se ocuparon de proyectar al toro de lidia con similar sentido con el que Balañá proyectó las salas para los espectáculos: salas cine, teatros y plazas de toros convirtiendo a Barcelona en la capital más importante en el mundo de los toros.
El clan Balaña creció después de la Guerra Civil.
Lo hizo con la organización impuesta y ceeada por don Pedro. En lo taurino, se buscó el apoyo de dos grandes gerentes del toreo: José Flores “Camará”, apoderado de Manolete y Andrés Gago de Carlos Arruza.
Andrés Gago estuvo ligado a Venezuela, fue intenso promotor internacional de las plazas de toros del Nuevo Circo de Caracas y la plaza de toros delCalicanto en Maracay y de los valores taurinos venezolanos.
Balañá se encargó del destino de Carlos Arruza que junto al peruano Alejandro Montani fuerondos toreros americanos apoderados por Andrés Gago.
José Flores Camará representó a Manolete y a Gitanillo de Triana, con Rafael Vega invitado de lujo como tercer espada.
Trío de conductores que dominó el circuito taurino universal.
Hoy los herederos de don Pedro continúan administrando otras plazas de toros, tal es el caso de Jerez de la Frontera, Linares, Palma de Mallorca, plazas que no tuvieron la imaginación y menos la actitud que siempre tuvo don Pedro Balañá ante diversas circunstancias.
La flaqueza taurina de los herederos permitió la caída del baluarte familiar sobre el que se construyó la fortificación económica del clan: La Maestranza de Sevillal alberto que tanto cuidó el trío Balañá, Gago y Camará.
Don Pedro Balañá (1883-1965) se inició vendiendo periódicos. Orgulloso presumiría haber llegado muy alto porque solamente asistió a dos o tres cursos en una escuela privada. Apenas aprobó un par de grados en la elemental por lo que pagaba una peseta al mes.
El gran empresario, el hombre más importante en la fiesta de los toros en Cataluña, fue miembro muy activo de una asociación adversaria de la tauromaquia. Beligerancia que se apaga cuando aparece el capital que generaba su primer negocio taurino: la venta de las carnes de los toros lidiados en la plaza de Las Arenas.
Balañá Espinos se hizo cargo de la explotación de Las Arenas (1926), un negocio que le daría fuerza para (1927)se iniciarse como empresario de La Monumental de Barcelona que compró (1947) a la viuda del constructor de la plaza, la que había sido inaugurada (1914) como la Plaza del Sport, con toros de Veragua y los matadores Vicente Pastor, Manolo Bienvenida, Vázquez y Torquito. Como plazas de toros funcionaban la Barceloneta (1834) y las Arenas, administrada por Balañá. Eran tres, como ese número 3 que se impone en la lidia, tres las plazas de toros en una ciudad; y las tres con temporadas propias, porque en Barcelona había afición, mucha y entendida afición. Algo parecido a Caracas (1919-1920) que disfrutaba más de 30 espectáculos taurinos al año, compartidos entre el Circo Metropolitano y en El Nuevo Circo.
La actividad de don Pedro Balañá no tenía descanso y no se casaba con nadie como lo registra Jaume Fabre en su tesis: la Barcelona del franquismo de posguerra, historiador catalán que deja constancia y escribe en una nota a pie de página que para celebrar la primera corrida en La Monumental "el empresario de la plaza de toros, Pedro Balañá, donó al jefe de la 4ª Región Militar un cheque por valor de 15.000 pesetas.”
Huertas Clavería afirma que Balañá Espinos, con La Monumental plenamente recuperada, organizaba todos los años "una corrida benéfica para recaudar fondos con destino a las viudas y huérfanos de militares”.
También Fue tachado de separatista por Josep Maria Huertas Clavería que definió a Balañá Espinos como separatista. En lo político se apoyan sus biógrafos en los escritos del periodista, quien informa que Balañá en sus inicios como político se presentó a las elecciones municipales en coalición con el Partido Republicano Radical de Alejando Lerroux, que sería dos veces presidente de la España republicana, obrerista, anticlerical y anticatalanista.
En 1963 salió elegido concejal por el tercio sindical del franquismo. Falleció en 1965 y 12 años más tarde su heredero, Pedro Balañá Fortes, cerró Las Arenas y se centró en La Monumental la plaza que se han convertido en un espejismo para quienes soñamos con el regreso de los toros a la Ciudad Condal.
El 28 de julio de 2010 el Parlamento de Cataluña votó la aprobación de la abolición de las corridas de toros en Cataluña.
En sus últimos años, la Monumental, única plaza de toros activa en Cataluña, cada vez recibió menos aficionados debido a la intensidad de las campaña anti taurinas, mezcladas con el mensaje de la Independencia de Cataluña y las campañas internacionales financiadas en contra de los toros en el mundo.
El 20 de octubre de 2016, el Tribunal Constitucional dictó una sentencia teniendo la Monumental más o menos 5 años de clausurada, abriéndose el permiso y el derecho a ejercer y efectuar corridas de toros en Barcelona. En el interior de la Monumental se halla el Museo Taurino de Barcelona donde trajes de famosos toreros, cabezas de toros documentos históricos y demás objetos relacionados con la tauromaquia están expuestos.
La Plaza de toros Monumental ha sido escenario de numerosos eventos musicales entre los años 60y 90. Antes de la inauguración del Palau San Jordi la Monumental era uno de los pocos espacios de la ciudad que podían dar cabida a 25.000 espectadores (contando los espectadores que se ubicaban en el ruedo). Por ello, pese a estar al aire libre y no estar dotada de las mejores condiciones acústicas, acogió durante tres décadas los conciertos de los más célebres cantantes y grupos musicales del panorama nacional e internacional.
El concierto más célebre de todos cuantos se celebraron en la Monumental fue el ofrecido por el conjunto inglés Los Beatles en 1965. Aquel histórico concierto, el único ofrecido por los Beatles en Barcelona, sigue considerándose el primer evento musical de primer orden que tuvo lugar en la ciudad .
TOREROS CATALANES
En una nota publicada por El Imparcial, Barcelona 28 de septiembre 2010, se publicó la lista de los matadores decoros catalanes que ejercieron la profesión desde que Pedro Aixelá y Torner Peroy en 1824 tomaron la alternativa. Documento que a continuación transcribimos por considerar de gran interés para los aficionados y porque cada uno de ellos representa una constancia de un acontecimiento que se inteta borrar de la faz de la historia de la nación catalana ante la realidad de la pertenencia cultural que sobre Barcelona y Cataluña ejerce España como una unidad nacional.
El Imparcial, 28/07/2010
El primer torero catalán en tomar la alternativa fue Pedro Aixelá y Torner “Peroy”, nacido en Torredembarra (Tarragona) en 1824. Actuó de padrino Julián Casas “Salamanquino”, que le cedió la lidia de un toro de la ganadería de Carriquirri. Inmediatamente a continuación de “Peroy” surgen otras dos figuras más, las últimas conocidas y que tomaron la alternativa en el siglo XIX: José Rovirosa Virgili, matador de toros y médico de profesión, “delfín” de “Mazzantinni”, y el leridano Eugenio Ventoldrá.
A comienzos del siglo XX nace Gil Tovar Bonafont, que posteriormente se hizo banderillero, y, sobre todo, el polifacético Mario Cabré, actor, escritor, poeta y matador de toros nacido en Barcelona en 1916, alternativado en Sevilla, en 1943, y primer y gran referente catalán dentro y fuera de los ruedos hasta su muerte en 1990.
En los años treinta y cuarenta se produce un gran “boom” en cuando a la aparición de toreros de la tierra, coincidiendo con la “época dorada” del toreo catalán, con el empresario Pedro Balañá como gran estandarte en la profusión de “la Fiesta” en la región.
Toreros como Ramón Arasa “Fuentes”, Paco Corpas, Joaquín Bernadó, nacido en Santa Coloma de Gramanet y uno de los más importantes que ha dado Cataluña, José María Clavel, Abelardo Vergara, Luis Barceló, Enrique Patón, Manolo Amaya y Francisco Batalla.
Manolo Martín, Manolo Porcel, Marcos Sánchez Mejías, José Manrubia y Ángel Lería fueron los últimos matadores en tomar la alternativa en la Monumental barcelonesa antes de la muerte de Balañá en 1965.
Y ya finalmente, en la década de los setenta y ochenta aparecen los últimos matadores de toros, la gran mayoría en activo, como son:
Juan Serrano “Finito de Córdoba”, nacido en Sabadell pero considerado cordobés, Rubén Marín, Alfonso Casado, Miguel Ángel, López Díaz, Andrés Palacios, nacido en Lleida pero residente desde niño en “La Mancha”, Serafín Marín y Enrique Guillén.
Veintisiete matadores de toros ha dado en total Cataluña a la historia del toreo desde “Peroy” a Enrique Guillén, sin contar un gran número de novilleros que no llegaron a tomar la alternativa, además de subalternos, banderilleros y picadores.
FUENTES
1. Catalunya taurina. Una historia de la tauromaquia catalana de la Edad Media a nuestros días.
2.↑ Pere Gimferrer: «Prohibir los toros atenta contra la libertad»
3. «La lenta muerte de los toros en Cataluña». . 4.↑ Agotadas las entradas para ver a José Tomás en el adiós a los toros en La Monumental
5.- 20 Minutos: Catalunya prohíbe las corridas de toros, pero seguirá celebrando sus 'correbous'
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