martes, 26 de octubre de 2021

MORANTE DE LA PUEBLA, EN UN AÑO DE LUZ, ILUMINÓ CON SU ARTE LAS TINIEBLAS DE LA PANDEMIA por Víctor José López EL VITO

 


Concluye oficialmente la Temporada Taurina en Europa, es decir Portugal, Francia y España, al bajar la santamaría la Feria de El Pilar. Como reza la tradición,
  deben abrirse los caminos que van hacia la América Taurina.

Así fue, hasta hace poco.

Concluye la temporada más rara de la historia de la fiesta de los toros; ni la Guerra Civil Española, los conflictos que involucraron Europa de forma diferente durante las profundas y extensas Guerras Mundiales,  afectaron los toros como ocurrió en el 2021. 

En esta oportunidad cundió el pánico entre ganaderos que propagaron sus miedos anunciando quiebra de ganaderías y desaparición de encastes históricos. Fueron heraldos de la muerte de vacas y de toros que iban camino a los mataderos. 

La ruina en el campo se abrazaba a las que un día fueran economías sólidas en familias con tradición ganadera.




Este año de 2021 será recordado como “el año de Morante de la Puebla”, merecedor por unanimidad del Premio Nacional de Tauromaquia; no cabe duda que la sobresaliente personalidad de José Antonio Morante Camacho, ‘Morante de la Puebla’, su creatividad, recreación y renovación, ante el compromiso provocado por la adversidad de la pandemia, destaca  entre todos los profesionales de la tauromaquia. Morante asumió el compromiso del liderazgo, en un momento muy difícil provocado por la crisis generada por el COVID-19. Morante de la Puebla tomó el bastón de mando con responsabilidad y como primera figura del toreo,  sin que se le ocurriera a institución o personalidad alguna señalarlo como el líder en el mundo en respuesta a la pandemia con las armas del arte del toreo, apostando enfrentar al futuro con recursos del pasado. 

Lo hizo Morante, enfrentándose, exigiendo  variedad de encastes y de carteles, liderando el escalafón taurino en una temporada en la que ha desarrollado faenas memorables en las principales plazas españolas.  





Considero que tuvo un gran aliado, la difusión de su gesta gracias a la televisión y la radio, el que se alinearan los medios impresos reviviendo reportajes y columnas, escritos que no se taparon ante una situación que a muchos empresarios de los medios les recomendaba evitar dar la cara,  como ocurre en Venezuela en su ya muy larga y exagerada crisis, como sucede en Colombia, el Perú y Ecuador, las perlas sudamericanas de la fiesta, que veían a distancia la decisión de cómo en México, toreros, empresarios y ganaderos se la juegan ante la acometida de los enemigos de la fiesta apoyados por el gigantesco vecino del Norte, conductor de conductas en el Nuevo Mundo.

El Premio Nacional de Tauromaquia en España reconoce la labor “la singular personalidad creativa de un artista, entidad o institución durante la última temporada en el ejercicio de las diferentes actividades y manifestaciones de la Tauromaquia. que recrea y renueva el toreo clásico para el público actual”, agregando que “su compromiso con la tauromaquia en un momento especialmente difícil tras la crisis provocada por la covid-19, en la que el diestro, asumiendo su responsabilidad como primera figura del toreo, ha diversificado sus actuaciones, apostando por la variedad de encastes y de carteles, liderando el escalafón taurino en una temporada en la que ha desarrollado faenas memorables en las principales plazas españolas”.

Morante fue líder del escalafón, con 49 corridas, en las que ha cortado 51 orejas y un rabo, estuvo  presente en la inmensa mayoría de las ferias que se han celebrado, sin evadir la televisión, más bien promoviendo los festejos por diversos medios televisivos. Notable ha sido el exigir la diversidad de encastes, siendo el torero que ha concitado la atención de los aficionados allá donde ha actuado.

Además de su expresión: «La política me ha dado mucho asco pero en la vida todo es política» está el triunfo clamoroso en Sevilla, indiscutible triunfador en la Feria de San Miguel, donde sus verónicas exaltaron su arte sin temor los muy cantados lances de Pablo Aguado o de Juan Ortega.

 Reapareció en Las Ventas,  ausente de Madrid desde 2017, y el triunfo de puerta grande de Ginés Marín quedó aderezado por la lección de torería de un veterano contagiado de embrujo y de arrebato. Morante fue activo en la crítica y su opinión como Gran Capitán los Toreros fue una censura enérgica a la Junta de Andalucía que se había atrevido rechazar las condiciones impuestas por el empresario de La Maestranza para celebrar la Feria de Abril, un mes después rompía con su empresario, al tiempo que confesaba su hartazgo de lidiar toros comerciales y su decisión de asumir riesgos desconocidos para él con ganaderías reservadas a toreros más modestos.

 En El Puerto José Antonio se encerró  con seis toros de Prieto de la Cal; temida divisa de la cabaña, cuyo resultado fue  el anuncio de su honesta enmienda de “una tarde muy dura seguramente, nunca más me anuncie con seis toros en solitario”.  

Además lidió Torrestrellas, en Las Colombinas de Huelva; toros de La Quinta, en Istres; de Ana Romero en Calatayud; Galaches en Salamanca; en Sevilla le esperaban los de Miura en San Miguel, pero por escasa presencia de los miureños no se cumplió la cita; y los de Alcurrucén en Madrid. 

Y, mientras tanto, los triunfos de Morante se sucedían tarde tras tarde. Triunfos de la mano de un diestro transfigurado y comprometido.

 Morante despertó la fiesta que estaba en cuarentena y, a medida que despertaba, surgieron Pablo Aguado y Juan Ortega en los corrillos de la opinión de la afición.

Hasta la gran Monumental Plaza de Toros México que estaba en estado de sequía reverdeció; atreviéndose la empresa de La México anunciar una temporada vigorosa en la atención  a la masa, como antes ocurrió cuando se presentó Manolete en México; este no es el año de la presentación de Morane, es el año de Morante de la Puebla. 





FICHA DE MORANTE 

José Antonio Morante Camacho, ‘Morante de la Puebla’, (La Puebla del Río, Sevilla, 1979) debuta como novillero en 1994 en Guillena (Sevilla). Toma la alternativa en Burgos en 1997 de manos de César Rincón y Fernando Cepeda como padrino, con toros de Juan Pedro Domecq.

Su confirmación se produce en 1998 en Madrid con Julio Aparicio como padrino y Manuel Díaz ‘El Cordobés’ actuando como testigo. Ese mismo año debuta en Francia en el coliseo de Nimes y en América en la plaza de Cali. En 1999 abre la Puerta del Príncipe de la Maestranza de Sevilla.

Ha triunfado en las principales plazas de toros de España, Francia y América, siendo considerado por los aficionados como ejemplo de torero de arte e inspiración.

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