Fotos José Aymá.
“Don Carlos, regáleme el toro, yo lo mato, por favor, por favor, por favor” les juro por la madre -la vaca que dio vida, al citado toro- que lo repitió tres veces. Aunque no lo puedan creer esto sucedió, a mediados de la última década del siglo pasado, cuando en una mesa del restaurante más hermoso de Morelia, Michoacán, y quizá de México “SAN MIGUELITO” un niño llamado Julian López Escobar, bautizado taurina mente como El Juli, acompañado de su “apoderado” su padre Don Julián, con entonces menos de catorce años me enseñó -como seudo empresario de la plaza monumental de Morelia- infinidad de aspectos y lecciones entre ellas como matar al animal descornado como “toro de once” previo a la corrida formal exigiéndolo con su voz de infante, hecho que consumo al día siguiente de forma por demás espectacular.
A más de un cuarto de siglo de que este hecho sucedió, me acabo de reencontrar con Julián en Madrid, en la plaza de Las Ventas, convertido en una de las máximas figuras a nivel mundial de la tauromaquia, a punto de cumplir 40 años de edad, muchos de los números en los que es incomparable se mantienen; el más joven al tomar la alternativa con menos de 16 años en Nimes, Francia, récords en los escalafones de principio de este siglo con más de un centenar de corridas por año, “entradones” con plazas colmadas; rabos, orejas, patas, indultos y un largo etcétera de datos imposibles de alcanzar.
Figura “aquí y allá” cuasi “mandón” en Nuestro País y en España. En los últimos años lo he visto poco desde que tomó la alternativa en 1998, si acaso unas cuatro docenas de corridas, pero en cada actuación me pago el boleto, el viaje, la tarde. Trataré de reseñar unas cuantas que me marcaron como taurino irredento. La primera reseñada al inicio de esta entrega en 1997 en Morelia; la segunda su visita a Tijuana como novillero en junio del 98′ cuando logre que le brindara el animal a un político local, con mala suerte….. Para el político; la tercera su despedida como novillero en la plaza de Toluca – más bien un lienzo – y donde el escribiente junto con mi socio Egren Beas (querido hermano) fuimos empresarios y perdimos hasta la camisa. De ahí en adelante lo he visto triunfar invariablemente, lo mismo en Las Ventas que en La México, igual que en prácticamente todas las ferias de este y de aquel lado del charco, entre Nimes, Leon, Guadalajara, Aguascalientes, Torremolinos, Granada, Pamplona, Toledo y Barcelona, incluido Mexicali y Cien Pozuelos, en fin, no hay, no existe plaza donde no haya salido en hombros como significativo triunfador y publicitado al máximo.
Hace un par de años lo saludé en San Sebastián de los Reyes, me reconoció inmediatamente y recordamos brevemente sus inicios en los que asegura tuve algo que ver. Con su Padre Don Julián (LOS DONES II) de cuando en cuando, me he tomado un par de copas en los últimos años donde hemos coincidido y sigue siendo un gran tipo. Julián López El Juli, ha recibido infinidad de premios y reconocimientos a lo largo de su increíble e ilustre carrera, en lo personal consideró que ” LA MEDALLA DE ORO ” al Mérito de las Bellas Artes, otorgada por el Gobierno Español, trasciende, como ha trascendido el, al defender como todos algo que ama y por lo que ha entregado su vida, para beneficio de la fiesta más hermosa de todas las fiestas. Olé, olé y olé!!
Hasta siempre, buen fin.
Añoranzas: “La exclusión de la tauromaquia del bono cultural, es una discriminación sectaria, una censura cultural y un ataque a la libertad”, manifestó el Presidente de la Fundación del Toro de lidia en España Don Victorino Martín. No podría estar más de acuerdo con él.
Publicado en El Universal
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