Homenaje
y reconocimieto
a Fernanda Haro
Doctora y aficionada a la tauromaquia,
compañera en Ventaurinos
Podrá o no ser cierto que le haya ocurrido a Manolete aquella anécdota de la hoja del árbol; pero lo que sí resulta indudablemente exacto es que la observación encierra – aparte de su poesía – una clara figura de la realidad. Según el decir, Manolete toreando en algún potrero cordobés, se vio perseguido por un toro codicioso; huyó el diestro hacia un árbol cercano y se protegió tras de él. El toro, al perder la figura, se detuvo desconcertado y alerta frente al árbol oteando, más con los pitones que con los sentidos, la ubicación de su presa; pero sin perder la vista del tronco. En ese momento una brisa del campo se levantó en la dehesa, voló hacia el grupo, sacudió al árbol. De las ramas se despendieron varias hojas. Y a la vista de aquel fluir frente a sus ojos, el animal armó su viaje y embistió impetuosamente sobre la hojarasca que caía. Si la muleta hace la movediza función de la hoja – dicen que pensó el cordobés - y el cuerpo del torero se mantiene tan erguido y tan inmóvil como el tronco, el toro irá siempre tras el engaño y el torero podrá tener entonces la majestad serena y viviente de un árbol entre el vendaval.
Puede haber ocurrido o no. Pero en todo caso el ejemplo explica cabalmente la teoría y la práctica manoletista; y va todavía más allá. Hacia la explicación de un problema tan complejo como el del movimiento. Un problema que para Heráclito tiene solución. Pues para él, para Heráclito una cosa nunca es, sino que cambia, es una lucha de contrarios, nada puede existir, ni ser conocido sin su contrario. ... Y para Heráclito de Éfeso: "todo fluye, somos y no somos"
Este filósofo presocrático afirmaba que el fundamento de todo está en el cambio incesante.
Una filosofía que predicó con el ejemplo - podrá o no ser cierto - Morenito de Maracay y sus pares al cambio. ¿Cierto apreciada doctora? Teoría filosófica de un problema tan complejo como el del movimiento.
Sigue el desarrollo del tema por "El Tío Carlos", el periodista Carlos Septien: ... cerca del cual hay posiciones tan extrañas como aquella que sostiene que todo es movimiento, cambio, devenir, sin que nada permanezca: o como la otra que, tomando la postura contraria, niega el movimiento para asentar que todo es quietud y reposo y que los cambios bdel fluir en el tiempo y en las cosas no son sino un fenómeno de ilusión o de óptica. Materialistas y ultraesencialistas se dan así mamporros doctrinarios desde sus posiciones irreductibles.
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