EL 11 DE SEPTIEMBRE DE TALAVANTE, EL ACONTECIMIENTO TAURINO DE 2021 Por Zabala de la Serna

 

 El extremeño vuelve el 11-S en Arlés, la primera plaza del mundo que contará con un 100 por 100 del aforo. «La tauromaquia merece categoría», dice Juan Bautista, artífice del regreso.

Tanto tiempo después, vuelve Alejandro Talavante. «Tanto tiempo» corresponde al transcurrido desde que dijo adiós, sorpresivamente, a los ruedos un 14 de octubre de 2018 en Zaragoza y, también, al tiempo transcurrido desde que debía haber reaparecido: su nombre cuelga en los carteles de Arlés desde 2020. «La palabra de Talavante ha contado y mucho. Dijo que iba a reaparecer aquí el pasado año y ha cumplido», subraya Juan Bautista, empresario del anfiteatro romano arlesiano, y artífice, por así decirlo, del regreso.

El 11-S albergará el acontecimiento de la temporada en el corazón de la Camarga francesa, en ese escenario incomparable que, además, se convertirá en la primera plaza del mundo en soltarse de las maromas de los aforos reducidos. Como sucede en la Liga de fútbol en Francia, las Arenas de Arlés cuenta con autorización para el 100 por 100 de su capacidad. Cada espectador deberá aportar su pasaporte covid o una PCR negativa en su defecto.

El despliegue de medios técnicos para los controles de acceso carece de precedente en el mundo del toro desde que estalló la pandemia. «Hemos luchado por tener un cien por cien de aforo, cuando hasta ahora parece que bastaba con un 50 o un 75. Nosotros tuvimos claro» -continúa Bautista– «que la tauromaquia merece categoría y esa se otorga con el máximo de aforo, sabiendo además que venimos de una situación muy dura desde el punto de vista sanitario que ha generado una crisis económica muy fuerte».

La demanda de hoteles y billetes de avión ha crecido en más de 80 por ciento. La Goyesca de Arlés es un acontecimiento de primer orden mundial con la fusión del toreo, la música -actuarán la soprano Muriel Tomao y los coros de Escandihado- y la pintura –Diego Ramos decorará la plaza- .

J.B. ultima cada detalle consciente de su importancia. «Es mucho más que un espectáculo taurino, es una reivindicación cultural de las artes plásticas. Se han movilizado la afición local, la nacional y la extranjera. Por eso queríamos el aforo total, el regreso de Talavante en mano a mano con Roca Rey [toros de Adolfo, Garcigrande y Cuvillo], merece una plaza llena. Vienen grupos de aficionados de todas partes del planeta».

Para Ramos, el pintor colombiano afincado en las Galias, decorar la plaza de Arlés supone «una enorme responsabilidad porque la arquitectura del edificio impone muchísimo. Al principio sentí un inmenso miedo. Va una paleta de magentas, que es un color que controlo. Cae muy bien con el estilo expresivo que pretendo transmitir. Es una apuesta valiente, cargada de energía, alejada de lo clásico. Está entre el grafiti y la imagen goyesca, una mezcla entre Diego Ramos y Goya, que ocupará la imagen central de la pista».

Alejandro Talavante reaparecerá sólo por un día. Como si hubiera estado esperando a una plaza con el 100 por 100 del aforo. Y esa plaza es Arlés. Donde dio su palabra. Nada antes, nada después y nada de televisión. En la única entrevista concedida, el último fin de semana del pasado agosto, a la agencia Efe, Talavante declaraba: «No sabría detallar los motivos de la retirada, sino que fue un cúmulo de asuntos que me incomodaban los que me llevaron a parar. Necesitaba volver a ilusionarme, tomar un camino diferente para reencontrarme con los valores con los que empecé y que fui perdiendo en la vorágine de las temporadas, aunque me encontrara realmente bien con los toros».

A.T. considera que ese parón de tres años le ha servido para «asumir de nuevo esa filosofía de partida, la de buscar siempre la calidad y la excelencia al margen de los números. Y he comprendido que torear porque sí, sumar por sumar como se puso por costumbre, le resta enteros a mi personalidad como torero. Por eso ahora sólo me interesa generar ilusión».

Y esa ilusión vuelve el 11-S. Aunque sólo sea por un día.

Publicado en El Mundo