Tomás Prieto de la Cal:
"Antes de matar a mis toros, los suelto por la Castellana"
por INMACULADA COBO
¿Será el coronavirus la estocada final para el sector taurino? Tomás Prieto de la Cal, ganadero e hijo de la marquesa de Seoane, Mercedes Picón, asegura que no: "Conmigo y con mi familia es difícil que acabe un virus. Si no han acabado los mismos taurinos dejándonos a un lado e intentando hacer un mismo toro que no moleste al sector ni al torero, esto tampoco. Lo que pasa es que para poder sobrevivir necesitamos lidiar la mitad de los animales. No puedes dejar la temporada a cero porque es muy difícil la subsistencia".
Su ganadería posee un encaste legendario, de toros jaboneros muy bravos, los rebeldes Veragua. Un ADN que no tiene nada que ver con otros ganados. "Necesitamos lidiar para sobrevivir, ahí no entra el romanticismo del encaste. Si fuera el lince ibérico o el águila real los que estuvieran en peligro, sí se pondría atención. Aquí tendría que pasar lo mismo, incluso para las personas que no son partidarias de la tauromaquia". A los toros Prieto de Cal, históricamente lidiados por grandes figuras del toreo como Luis Miguel Dominguín, les cuesta colarse en las plazas desde hace unos años precisamente por la bravura de sus ejemplares, que resultan más incómodos para los toreros. "En los años 50 se daba la lógica aplastante de que el torero número uno mataba a las ganaderías más fuertes. Ahora los que tienen más capacidad se miden con lo más facilito y descastado. En el mundo del rejoneo hay otra corriente, los dos que más torean, Ventura y Lea Vicens, son los que están matando corridas de Prieto de la Cal. Se está dando en el rejoneo lo que reclamamos para el toreo a pie y está siendo el que está tirando de las ganaderías más encastadas".
Toros de la ganadería Prieto de la Cal, con los que está anunciado Morante de la Puebla en el Puerto de Santa María
La marquesa de Seoane sobrepasa los 90 años y en ninguna etapa de su vida había vivido una situación como esta. "Para alguien que su vida son los toros, es difícil asumir que ahora no los haya", afirma su hijo. Aún así y a pesar de las dificultades, aumentadas ahora por la crisis sanitaria, Mercedes Picón y Tomás prefieren ser optimistas. Con muchos festejos suspendidos y otros pendiendo de un hilo, muchas ganaderías ya han anunciado que tendrán que sacrificar a sus animales. Los Prieto de la Cal resisten. "No soy capaz de mandar a mis toros al matadero. Me sobrepasa. Soy incapaz de criar un animal durante diez años para que muera en un matadero. Prefiero esperar y ser optimista".
Las medidas de desescalada han trasladado al sector taurino un recorte del aforo que incluye una separación de nueve metros cuadrados entre los aficionados. "¿En la playa a dos metros y en los toros a nueve? Si esto no se corrige se debe unir todo el sector y hacer presión conjunta (ganaderos, toreros, ayuntamientos y uniones de aficionados). No se pide nada extraordinario, lo que los demás".
Tomás Prieto considera que uno de los errores que arrastra el sector del toro es no contar con los aficionados. "El aficionado, el que nos sostiene a todos, no manda nada. Al final el que compra una entrada quiere ir motivado, no a ver siempre lo mismo. Este problema ya venía de antes del virus".
Aún así, el ganadero no baja los brazos y manda un mensaje tranquilizador a los aficionados. "Nosotros, como dice la canción, resistiremos al máximo. No pensamos rajarnos ni muchísimo menos. Que el aficionado tenga presente que mientras haya un hilillo de dinero y de fuerza seguiremos. Y mis hijos son muy jóvenes, ellos tienen fuerza. El futuro está asegurado".
Tomás tiene cuatro hijos adolescentes, dos chicos y dos chicas, alguno ya rozando la veintena. "Se han criado aquí con el ganado y les gusta. Ellos también creen que esta situación es pasajera. Siguen la dinastía de la misma manera que mi madre antes y yo ahora, pensando en que el protagonista es el toro".
El original cardado de Doña Mercedes
El ganadero apela una y otra vez a la importancia de un sector unido para afrontar este tipo de crisis y está convencido de la supervivencia de sus toros: "No se extinguirán, antes los soltaremos por la Castellana o haremos alguna revolución. Nosotros si tenemos que parar un país lo tenemos fácil (risas) porque como saquemos los toros, verás...Somos gente pacífica, pero que no nos acorralen mucho. Esperemos que sea más fácil que todo eso. Y que nuestro sector también se mueva, tienen que apechugar, no solo reclamar a las administraciones. Hay que echarle invención, ganas, protesta...".
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