Vaya manera que tienen en Cinco Villas de romper las amarras del no conozco, no me atrevo, no puedo o peor aún, de no saber ni cómo hacerlo en ese resguardar las tradiciones y dicotómicamente aplicarse con la nueva manera o forma de montar el espectáculo taurino porque hoy la Fiesta por sí sola no aguanta un piano sobre una hamaca y digámoslo claro, esto porque se ha perdido interés en muchos de los órdenes, uno de ellos en la presencia de los toreros capaces o solventes de aplicarse al 100%.
Eso sucedió en la corrida del apantallante trapío parcial, que no de bravura que se dio en Cinco Villas, con motivo del día de Santiago quien fue miembro de la cuadrilla del Señor de Nazaret y tal vez por eso de la bondad, los bureles de una ganadería que si no afín sí de conveniencia pa’ la empresa, los animales fueron incapaces de causar con las arrobas que traían desastres dignos de nota roja más allá de una rotura de huesos de un montado y de descarapeladas de pintura de los burladeros en donde remataron sistemáticamente.
De los animales decir que uno quedo como el coyote cojo, lo cual debería de ser muy preocupante pa’ los accionistas de la dehesa si esto no es la primera vez como parecería que le sucede a los de ese hierro, otro burel que parecía burriciego engaño al matador Uceda Leal pa’ luego recetarle una dosis de pánico y al último de valemadrismo, lo cual trasmitió a los banderolos y no se diga al puntillero de décima categoría que mandaron pa’ un festejo de postín en la sede y sostenido en lo individual por un cheque al portador en cuanto a espectáculo que lo es el matador Uriel Moreno “El Zapata”, y en la línea de lo primoroso por “Curro” Díaz el que usa pasaporte cordobán.
Se escapó un acto inverosímil
El animal bribón, el que asusto a los de focos por sus maneras morales no físicas al que ya nos referimos, pa’ morir no requería más que de ser matado y apuntillado pero como los toros tienen instinto y los toreros muchas veces carecen de recursos o se les altera el ánimo, pues el acto no se consumó, sonaron los tres pitazos y el matador español se fue esfumando cuando la res ya estaba moribunda después de que le había dejado el morrillo capeado pa’ decir que todo fue superficial como tapa de lata de sardinas, más el toro vivo y ‘vivo’ pa’ cazar a quien lo fuera a rematar que lo era un señor de azul deslavado y sudado que con todo y que le lazaron al toro vergonzosamente por dentro de las tablas, nomás no pudo meterle la chaira en el testuz, eso sí tuvo valor pa’ meterle un recorte de manga o mentada de madre al público dejando con la duda de una multa a usía.
Desde siempre hemos pensado que a los empresarios Marco Sirvent & Domínguez Cobián les vendría Very Well un asesor confidente o confiable taurino de esos que de esto saben latín, latón y lamina acanalada, pa’ casos como este.
Un elemento que dadas las circunstancias que se presentaron, hubiera brindado la solución, la que nunca llegó, porque el toro ese murió de aburrición evitando que aquello no pasara a mayores, así que vaya un Descanse en Paz pa’ el toro que se portó como el Covid – 19 que no hay quien lo mate como lo desease el galeno Jorge Uribe quien convocó a la sana distancia y el matador y sus subalternos se la auto aplicaron, pero en millas, porque qué lejos estuvieron del toro.
A ver asesor imaginativo e inexistente Gasparín como el fantasmín ¿Recuerda usted que hace unos años en Guadalajara? el aún novillero o matador Paulo Campero que iba en función de mozo de espadas, se tiró de espontáneo desde el callejón, con sus pantalones Topeka.
Bueno Gasparín, su obligación como asesor era acercarse a los empresarios, proponiéndoles que habiendo ahí novilleros algunos de los cuales son duchos con la espada se brincara las tablas en función de espontaneo y ¡Y vámonos sobre el morrillo o de perdida buscando el Rincón de Ordoñez! y de una vez el puntillazo, repito Gasparín ¿Por qué no se le prendió el foco?
Con ello aparte de detener el desastre se pudo armar una explosión de refresco a la hora que entraran los uniformados a detener al espontáneo previo a llevárselo a chirona lo cual no iba a suceder pues el perdón de oropel estaba cantado.
Por cierto pa’ que no vayan a decir que estoy chaleta con eso del espontáneo matando un toro, les recomiendo ver la película de “Juncal” quien se opuso a que un burel con el que su hijo no pudo se fuera vergonzosamente al matadero cuando tenía que morir en el ruedo.
Y ya sé que había otra forma de deshacerse del estorbo, pero ésta me pareció más romántica y sobre todo que se corría el riesgo de que la tarde cayera en un enfado o en un letargo, además de que recordemos que en esto, la audacia, ¡es necesaria!
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