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Se llevo el mejor lote de un modélico envío santacolomeño de La Quinta, pero hizo suya la tarde desde su faena al primero. Por pulso y por hondura la mejor del espectáculo. Sólo cortó una oreja Perera a este astado, también el mejor del conjunto, por las dos del cuarto, otro buen toro, con el que el extremeño ofreció una versión más poderosa e intensa. Tres orejas en total, frente a una de Ureña, que hizo un esfuerzo de verdad con un toro complicado, de los de cara y cruz, y otra Roca Rey, que en justicia debió de acompañar en hombros a Perera. Una exigua oreja no refleja la autoridad con la que pasó por Cuatro Caminos la figura peruana.
El primero era una pintura, estrecho de sienes, reunido… y así embistió con gran clase, como mexicano. Perera lo apretó por abajo desde el principio en dos o tres tandas con la derecha y otras tantas con la zurda, tremendas. Incluso el final sin la ayuda. Después de media estocada se concedió una oreja, y se demandó una segunda que no fue concedida. Premio escaso para una obra grande. Fuerte ovación al toro en el arrastre.
Muy bueno el cuarto, precioso de hechuras, aunque de mitad de faena en adelante se aburriera un poco. Le hizo Perera un quite variado y surtido que elevó el tono de una lidia intensa. El inicio en los medios con un pase cambiado prologó una obra que tuvo series de hasta siete y ocho muletazos en cada tanda. Supo mantener el tono de la faena el extremeño cuando el animal perdió celo mediada la obra y tras una estocada algo caída esta vez hubo demanda unánime de las dos orejas.
Toro con sus teclas el tercero, doblaba las manos a la mínima, pero Roca Rey le cogió el pulso perfecto, lo llevó en línea, muy largo y embebido. Aguantó con aplomo además antes de embroque, porque el toro venía dormido. Por el izquierdo fue más complejo. Arrimón final pero para torear, no de desesperado. Después de una estocada un pelín caída, incomprensiblemente, no hubo petición suficiente.
Muy bien hecho el último. Típico toro de definición incierto. De esos que nunca lo ves metido en la muleta. Le tragó tela Roca Rey, pero lo tragó siempre con la intención de torear. Tremendo el peruano. Acongojó al público, a los profesionales en el callejón, incluso al propio toro. Demostró quien mandaba. Estoconazo de libro. Petición unánime de las dos orejas, pero el presidente, él sabrá por qué, sólo le dio una.
El segundo, muy bien hecho, negro, astracanado, bajo y fino, tuvo una embestida sosa. Cuando Ureña le quiso bajar la mano se acortó el recorrido. A su altura se desplazó un poco más. Faena limpia a un toro noble, que no molestó, pero no transmitió para triunfar.
Precioso el quinto, abrochado y estrecho de sienes. No fácil. Toro vivo, peligroso por el izquierdo, que cuando fue metido en los vuelos por el lado derecho se desplazó, pero exigió firmeza y sobre todo llegarle. Para echar la moneda. Hizo un serio esfuerzo Ureña y el público, muy sensibilizado, pidió una oreja para el de Lorca, que pudo ser herido de modo muy serio tras hacerle hilo el toro con saña y pies después de la estocada hasta hacerle cruzar el ruedo y obligarlo a tomar el olivo donde fue prendido de modo muy feo, pero sin aparentes consecuencias.
Ficha del Festejo:
Plaza de toros de Cuatro Caminos de Santander. Cuarta y última corrida de feria. Lleno total sobre el aforo permitido por motivos sanitarios. Toros de La Quinta, de excelentes hechuras. Extraordinario de clase el primero, bueno el cuarto, que fueron los mejores. Sin fondo segundo y tercero, muy complicado el quinto, incierto el sexto.
• MIGUEL ÁNGEL PERERA, oreja con petición de la segunda y dos orejas.
• PACO UREÑA, ovación y oreja.
• ROCA REY, ovación tras leve petición y oreja con petición de la segunda.
Saludó en banderillas Curro Javier
FOTOGRAFIAS ARJONA
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