Santa María de Querétaro México diciembre 1977
Juan Sordo Magdaleno, Paco Camino, Javier Garfias, Manolo Martínez y Manolo Chopera
Sabe escoger Paco Camino las sedas para sus vestidos. Colores a tono con su carácter, temperamento y circunstancia.
Un día, estando en Madrid, por el año de 1972, el maestro se enteró que me encontraba en España y con su amable sencillez me invitó a su casa en Serrano para un “cafelito” y un muy sabroso palique entre amigos. En su casa, en una esquina de la sala de entrada exibe un traje grana y oro. Es el traje de Madrid. Como respuesta se refirió Camino a la tarde de la Corrida de la Beneficencia cuando realizó la proeza más extraodinaria jamás realizada en la plaza de Las Ventas.
Fue la corrida cuando el torero de Camas, ya en estapa de madurez profesional dictó cátedra taurina igual que un maestro es capaz de dirigir un concierto con siete pentagramas diferentes.
Solo y triunfante, Paco Camino ante siete toros de seis encastes distintos. Fue día que se unieron los críticos con los detractores y admiradores, cuando sobraron notarios porque con tantos testigos no sólo fue su tarde, sino que fue la más importante en la larga historia de la plaza de Las Ventas de Madrid.
Aquello ocurrió el 4 de junio de 1970. La corrida en la que Antonio Díaz Cañabate, el crítico del ABC encabezó su crónica con el titulo: “El eco romántico de Paco Camino”... Título que aromatizó todo Madrid, pues el Camino maestro llenó de aromas de y amores todo Madrid. Siempre fue la línea de las reseñas de “El Caña”. Maestro de la escritura taurina y del compromiso madrileño con sus tradiciones, sus tertulias y sus historias.
Paco Camino, honrado con su cuna de Camas, estoy
seguro, aunque nunca lo he escuchado decirlo dijo
sentirse muy madrileño. Aquel 4 de junio estallaron en los corrales de la plaza
de Las Ventas los cohetones de siete toros de distintas
ganaderías, y en la arena explotó un triunfo de
apoteosis de ocho orejas de los juampedros, miuras,
pablorromeros...
Nadie consiguió nunca tal hito. Seis toros gratis a
beneficio del Hospital Provincial. Gratis, sí, cuando la
Corrida de Beneficencia era tal. Guarda, amable lector, la fecha.La gran fecha en la Historia de Las Ventas.
Aquella temporada de 1970 Paco Camino, indiscutible figura del toreo que ese año no fue a la Feria de Sevilla, como tampoco fue al abono de San Isidro... ¿Y porqué Maestro? ... - Porque no llegamos a un acuerdo en los carteles, como tampoco, en el dinero.
Reaccionó con la velocidad de su inteligencia pues no ir a Sevilla y a Madrid era quedar fuera de la temporada.
-Se me ocurrió una idea que muchos consideraron descabellada, pero siempre he confiado en mi y no acepté opiniones contrarias:
- Llamé a Leopoldo Matos. Lo hice yo, no mandé
llamarlo. Y me ofrecí torear de gratis la Corrida de la
Beneficencia.
- El hombre estaba encantado, porque a la Diputación y
a los hospitales de Madrid, fue a parar todo el dinero de
la taquilla. Se puso el cartel de no hay billetes, y la
diputación también se llevó el dinero de los derechos
de televisión.... ¡También era dinero!
Antes de la Corrida de la Beneficencia aquella
temporada pasaron por Las Ventas mi compadre Diego
Puerta y Santiago Martín “El Viti”, también pasó “El
Cortobés” que estaba en su salsa. El Benitez había
salido a hombros dos días consecutivos, Cortó ocho
orejas de los cuatro toros que estoqueó.
Camino llevaba ya diez años de alternativa y era en ese
momento como señalamos un torero maduro,
preparado, que como él mismo lo recalcaba:
- Estaba en toda mi sazón, totalmente preparado.
Los toros de las divisas del terror, Miura y Pablo Romero en aquella época, no funcionaron. Camino les cortó las dos orejas a los ejemplares de Manuel Arranz - ... que fue el mejor y al que le hice la faena más redonda". Carlos Urquijo y Juan Pedro Domecq, este como sustituto del toro de Pablo Romero le cortó las dos orejas. Sendos apéndices más del titular de esta última divisa y de Felipe Bartolomé.
Y todo en menos de dos horas.
Camino conversó muchas veces ante los más diversos y variados entrevistadores que querían revivir, indagar sobre cómo transcurrió aquella corrida.
Lo hacía respondiendo preguntas, como ocurrió aquella tarde de la tertulia de Ventaurinos entre Caracas y los socios de la peña dispersos por varios continentes . Hasta que , a la pregunta que le hicimos sobre aquel toro de Javier Garfias, el toro Navideño en la Santa María de Querétaro en 1977. El maestro, seguro y directo fue a la respuesta a la la pregunta - ¿Cómo recuerda la faena de Navideño? Sin vacilaciones, directo como si fuera un punch que buscara el KO. :
-Ese día inventé el toreo.
En Madrid hice muchas faenas bastante mejores que aquellas de la Corrida de la Beneficecia, mucho antes y también después como la del toro de Garfias en Querétaro. En la Santa María de verde botella y oro vestía Paco Camino –y de grana y oro Manolo Martínez.
Fue “Navideño” de Javier Gafias, el quinto toro de la tarde. Negro y de preciosas hechuras que no haría otra cosa más que embestir al ritmo que le impuso Paco Camino desde el momento en que abrió el capote para veroniquear suavemente, sin prisas ni apreturas en un compendio de perfección desde su ajuste, cadencia y explosiva hermosura, las chicuelinas citando de largo. El brindis a Lorenzo Garza, el torero favorito del padre de Camino. “Navideño” en los medios y del crescendo como de sonata de una faena compuesta por series hondas e intensas por ambos lados sin que el pitón tocara jamás la muleta que prolongaba las nobles embestidas con lentitud y redondez que no parecían de este mundo. O de lo distintos que resultaban en Camino un solitario molinete, el lentísimo kikirikí, la trincherilla acariciante o los rotundos de pecho para rematar cada tanda...
Lo que se dijo después: -Repasó crónicas y otros textos: Revisando hemerotecas encontramos la crónica de El Heraldo, México :
“Camino: la faena de su vida... rigurosa de forma pero no fríamente académica, sino traspasada por una emoción visible, bellamente contenida... ” (José Alameda, El Heraldo de México);
“Ha sido una de las faenas más perfectas, más toreras y emotivas de cuantas se hayan logrado en plaza alguna”. Macharnudo, Esto.
“Cuarenta y cuatro pases: cada uno un lienzo clásico de
toreo eterno” (Luis Soleares, libro Dos Colosos,
de Rafael Loret de Mola);
“De la Santa María hemos salido conmovidos y saturados de arte divino... a la vez pensativos y meditando si el toreo no ha llegado ayer a su fin” (Tapabocas, Ovaciones).
Manolo Chopera –su apoderado desde novillero— Camino me confesó que “... es la tarde más grande que ha tenido Camino”, hasta el extremo que al volver a La Mansión, el hotel donde se vestía en Querétaro ... “Es el día que mejor he toreado en mi vida. Hoy he inventado el toreo”. (Carlos Abella, biógrafo; volumen 11 de El Cossío).
Cuando Manolo Martínez tomó la resolución de alejarse de la Plaza México –intricadas razones mediaron–, la intención del mexicano era la de convertir a la "Santa María" de Querétaro en el coso sucedáneo, capaz de convocar a lo más granado de la afición capitalina. Tres años duró la ausencia de Manolo de Querétaro, y cuando por fin retornó al coso máximo (13-03-77) no por ello se apartó de un hábito vuelto ya costumbre. A la distancia, es evidente que el momento estelar del lustro y medio en que los queretanos disfrutaron de ese privilegio llegaría con el fin de semana que nos ocupa –17 y 18 de diciembre de 1977–, durante la segunda temporada consecutiva de Paco Camino, el prodigioso artista sevillano. Camino no había vuelto a México desde 1964 y sin duda lo hizo por iniciativa del propio Manolo Martínez que se había empeñado en hacer de la "Santa María" escenario de lujo del toreo. Y de mantener en auge su propia carrera.
Vamos a ennumerar únicamente las corridas que torearon juntos en Querétaro, pues torearon varias más en plazas como Mexicali, Monterrey, Mérida, México, San Luis Potosí, León y algunas más:
1.- Dic. 4 1976. Camino, Martínez y Antonio Lomelín,
Javier Garfias.
2.- Dic. 11 1976. Camino, Martínez y Eloy Cavazos, José
Julián Llaguno.
3.- Dic. 18 1976. Camino y Martínez mano a mano,
Javier Garfias.
4.- Dic. 19 1976. Camino, Martínez y Curro Rivera,
Torrencillas.
5.- Enero 19 1976. Camino, Martínez y Mariano Ramos,
José Julián Llaguno.
6.- Febrero 5 1977. Paco Camino y Manolo Martínez,
mano a mano, Javier Garfias.
7.- Abril 30 1977. Camino y Martínez mano mano,
Javier Garfias.
8.- Mayo 1 1977. Camino, Martínez y Jesús Solórzano,
Miniahuapan.
9.- Dic. 17 1977. Corrida Covadonga. Camino, El Capea,
Martínez y Cavazos. San Martín.
La tarde fue de Manolo, puestísimo con el toro, celoso de su sitio y en plena posesión de su arte más personal. Poco le importó la sosería de su primero, "Sevillano", porque se centró enseguida con él y lo hizo repetir sobre una flámula movida con ritmo y temple pasmosos. Tres veces tuvo que descabellar y se negó a saludar la fortísima ovación. Nada, en cambio, enturbiaría su apoteosis con "Andaluz", más toro y más emotivo; le bordó un quitazo por chicuelinas y una faena de dominio absoluto, cadencioso temple y absoluta redondez. El grito de "¡Torero!" resonaba a todo volumen cuando utilizó el acero y con media en lo alto hizo doblar al astado, cuyas oreja pasearía entre el júbilo general. Al final no había la menor duda: el trofeo Covadonga era suyo.
10.- Dic. 18 1977. Camino y Martínez. "Navideño" y el éxtasis. En su "Caracterización del espectador taurino", Fernando Savater postula la existencia de un lastre inevitable en el bagaje emocional de todo buen aficionado a toros: lo llamó "La Faena Eterna". Aquella que iluminó a modo de revelación su historia personal, esa faena contra la cual compara, aun sin querer, todo el toreo posterior que a tal taurófilo le sea dado presenciar; una especie de sentencia anticipada, capaz de convertirse en muro infranqueable para toda faena futura. La iluminación irrepetible que llevamos en lo profundo del sentimiento y la memoria.
11.- Dic. 19 1978. Ya retirado de los ruedos Camino regresaría por una ultima ocasión en una corrida Goyesca alternando con Manolo Martínez y Curro Rivera.
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