jueves, 15 de abril de 2021

RAÚL GARCÍA, EL TORERO DE LA CIUDAD DE HIERRO Por Víctor José López EL VITO

 


RAÚL GARCÍA

Del mero mero Monterrey

Jesús Córdoba, Mondeño y Raúl García en la Monumental de Monterrey

Mi compadre Raúl García es un torero del Monterrey industrial. Nació en el corazón de la urbe que transformó México desarollándose como la ciudad guía en el desarrollo, convirtiendo a México en una nación competitiva soportando la permanente presión del coloso norteamericano. 


Raúl García vivió una niñez con la influencia de la fiesta de los toros, ya por su padre don Sebastián, hermano del Esteta Potosino Gregorio García o porque el toro en Monterrey ha tenido personajes muy destacados que han sido considerados héroes de la fiesta.


Raúl en 1956 vistió su primer traje de luces y lo hizo en su natal Monterrey. Se presentó en la plaza portátil de la Exposición Ganadera y Agrícola destacándose entre los alternantes. Los halagos le animaron para ir a México, ciudad a la que llegó casi de niño con la idea de hacerse matador de toros. En su familia se comentaban y exaltaban los logros y méritos de su tío Gregorio a quien los panegiristas de la fiesta bautizaron El Esteta Potosino, por la variedad de sus quites y expresión estética en banderillas. Gracias a los palitroques Gregorio destacó en Lisboa, donde vivía a sus anchas, y en   San Sebastián donde competía con ases del toreo como Manolo Escudero en tiempos de Manolete. 

Más no lo crea, amable lector,  Gregorio García no fue de ayuda en el desarrollo profesional de Raúl García. Más bien su indiferencia le habría detenido de no haber tenido Raúl el carácter que le distinguiría en la vida como ser humano, hombre y matador de toros de recia personalidad. 

A México llegó sin avisar, lo hizo en la terminal de autobuses de la gran ciudad y sin que el viejo torero le tomara en cuenta resolvió de  inmediato.

Raúl y con su natural simpatía  ganó amigos entre los maletillas que iban a la plaza de Insurgentes. La plaza Monumental que le esperaba para convertirle en uno de sus consentidos, plaza que su afición convirtió en históricos los triunfos de Raúl en competencia con su gran rival Gabriel España. Eran los tiempos de Fernando de los Reyes “El Callao”. Torero que por su sello, presencia y ecuela crecía como la gran figura que no pudo ser.  


La carrera de novillero de Raúl García fue brillante, puso de lado sin complejos la referencia aquella “este es el sobrino de…” para ser él. El torero elegante, compendio de técnica quien por su valor, calidad y expresión escribió capítulos importantes como novillero, en competencia con Gabriel España. 

Los dos, Gabriel y él, son recordados con mucho más profundidad que aquella pareja que formaron Julio Aparicio y Miguel Báez “Litri” en España auque provocaron lo que Gabriel y Raúl provocacon en México. Es decir, que llenaban la plaza grande, coso le quedaba estrecha a la afición de la ciudad...



Su primer compromiso lo sorteó el 13 de junio de 1958 con  Francisco Calderón ("Parrita") y Fernando Velasco y novillos de Campo Alegre. Impresionó el regiomontano al extremo que sumó en la temporada de 1958 unas cincuenta novilladas. Suficiente crédito para la alternativa en Morelia, Michoacán, de manos de Luis Procuna. El berrendito fue su padrino y el padrino de su rival Gabriel España.  Los toros fueron de Torrecilla y además del título de matador de toros Raúl recibió una cornada en el muslo derecho. Fue el bautismo fue de sangre porque Raúl se arrimó como un jabato, lo que siempre haría en su dilatada y ejemplar carrera.  


En 1964 viajó a España y actuó en plazas importantes como Zaragoza, donde en su presentación abrió la Puerta Grande. Sorprendió al triunfar en San Sebastián de los Reyes al lado de Manuel Benítez "El Cordobés", su tarde cumbre la viviría en Zaragoza paseado en hombros tras cortarle tres orejas a un corridón de Concha y Sierra (12-10-64). En Valencia despertó el interés de varias empresas, como la de Madrid donde confirmó su alternativa en mayo de 1966 integrando el cartel más importante de la Feria de San Isidro con Paco Camino como padrino, y El Cordobés su testigo y toros de Galache. Completó su grandeza como torero y como persona con un brindis a Carlos Arruza “en nombre de us paisanos mexicanos, por lo que fue en el toro y lo que hizo por los toreros mexicanos”. 





Raúl Garcia ha sido un torero de México y en su expresión es muy mexicano. Ha vivido actuaciones trascendentales en el historial de la ganaderías de Javier Garfias, Santo Domingo y Las Huertas en la arena de la Plaza México como pergamino sobre el que firmó documentos grandes y valiosos en la Historia de la Plaza de Insurgentes por sus faenas a «Comanche» de Santo Domingo, ganadería a la que familiarmente siempre estuvo ligado. Un toro que lidió el 31 de enero de 1965 en la Plaza México y al cual se le concedió el indulto... y "Guadalupano" de Las Huertas, a pocos días del anteior triunfo. Es Raúl García el único torero, matador de toros o novillero que en una mis atemporada ha indultado dos toros. Hecho único, casi imposible de  repetir.

Teniendo como telón de fondo la célebre corrida de berrendos que consagró en México a Paco Camino (Toreo, 31-03-63), Manuel Labastida decidió apartar varios toros colorados para lidiarlos en la México en cuanto alcanzaran la edad reglamentaria. Tal decisión, iba a ser determinante para el encuentro de Raúl García con "Comanche", sexto de una tarde anodina hasta ahí, que ambos transformarían en histórica.




 Cuenta el periodista Horacio Reiba, ese día en la plaza  México

- …  por las musas desde el primer momento, como relata aquel momento el  cronista  presente en la arena de la México: 

- Raúl empezó a  cuajar al alegre y noble "Comanche" desde los lances iniciales, abrochados con la revolera más rítmica y armoniosa que recuerdo.

- Acudió el de Santo Domingo al caballo y al deshacerse la reunión, García se irguió en los medios y se echó el capote a la espalda a la manera de Lorenzo Garza para bordar la auténtica gaonera, cargando la suerte y jugando los brazos con cadencia musical. 

- Y aún agregó otro quite, por chicuelinas estatuarias, antes de invitar a César Girón a cubrir, con gran lucimiento, el tercio de banderillas. La plaza rugía.

Ya no dejaría de hacerlo, cautivada por un toreo que nada tuvo de tremendista –la etiqueta que le habían colgado a Raúl. 

Su faena provocó un intenso cataclismo emocional, pues a la quietud y clase derrochadas aunó una irreprochable arquitectura, fundamentada en el toreo clásico con oportunos guiños ultramodernos. 

-La inició el de Monterrey con tres muletazos de hinojos, llevando muy toreada la embestida. Y, situados en los medios toro y torero, todo fue a más. Las tandas por ambos pitones, a base de muletazos de prolongado temple, cintura rota e impecable pulseo, se iban eslabonando con perfecta armonía. Brillaron sobre todo los naturales, tan ligados como si se tratara de uno solo.

-Y en los remates, lo mismo se pudo admirar la arrogancia del de pecho izquierdista que, dentro de la moda de la época, el cambiar el viaje del toro para pasárselo por la espalda, ya en la capetillina, ya desahogando por alto la embestida según lo había implantado El Cordobés pero tersamente, sin la brusquedad de éste.

- “Comanche” repetía y repetía sin tirar una cornada, como hipnotizado por la inspirada muleta del norteño. Y del clamor emanado de la monumental obra derivó, en pleno éxtasis, la petición de indulto, finalmente atendida por el juez Pérez Verdía.



-Era el tercer perdón que se concedía en la México, tras los de "Muñeco" de Carlos Cuevas (Procuna, 16-04-51) y "Cantarito" de Valparaíso (José Huerta, 10-05-59). Y habíamos visto una de las mejores faenas en la historia del coso, premiada entonces con las orejas y el rabo y un clamor interminable.

 

Para Raúl García, aquel triunfo representaba la consagración, pero al mismo tiempo resultó una carga durísima para su futuro. Aunque indultaría otro toro en la México –"Guadalupano" de Las Huertas, 19-03-67–, y por más que su nombre y su torerismo continuaron vigentes durante el resto de los años sesenta, alturas semejantes no volvió a alcanzarlas, al menos en la capital, donde el recuerdo de "Comanche" y de aquel 31 de enero de 1965 pesaron demasiado en el ánimo de un público dotado en esa época de tanta sensibilidad como memoria "Comanche". 


Una vez curadas sus heridas, el hermoso colorado de los señores Labastida volvió a los potreros de Santo Domingo y, como es natural, se le destinó a semental. Alcanzó a procrear algunas crías de excelente nota, pero una fría mañana de 1966 amaneció muerto en el campo.

 Corta vida para tan larga memoria.


El torero regiomontano también indultó en la México a «Guadalupano» de la ganadería Las Huertas, el 17 de mayo de 1967. 

Dos faenas históricas, hazañas que lo colocaron en el grupo de toreros que más indultos han concedido en esta plaza.

Raúl García es el único torero que en la historia de la plaza grande de Insurgentes ha indutado dos toros una misma temporada, y comparte con Curro Rivera el segundo lugar entre los diestros que más astados han indultado en la Plaza México, con dos ejemplares cada uno, solo superados por Jorge Gutiérrez que indultó tres toros en Insurgentes. 

Otros momentos de grandeza en el toreo de Raúl se vivieron en plazas como Guadalajara y La Villa de Guadalupe en Monterrey, con tros de don Javier Garfias de los Santos. Según el propio RaúlGarcía fue en esta plaza y ante un toro de la divisa de Javier Garfias que se sintió como nunca antes había gozado del toreo. Un triunfo personal, no ha dda, porque además de los trofeos que le diera la autoridad estuvo el reconocimiento púnlico que hiciera de la gran faena el maestro José Alameda. Don Pepe le felicitó, personalmente, detallado lo hecho por el gran torero ante un público hirviente ante la calidad de la faena.

Triunfos de gran calado, porque Raúl en Guadalajara actuó en compañía de Antonio Ordóñez, superando al de Ronda al cortar el de Monterrey un rabo, y en León Guanajuato, otro toro de Garfias al que le cortó el rabo en competencia con Manolo Martínez a quien aquella tarde superó  Raúl cortándole un rabo a un magnífico toros de Javier Garfias y que, Manolo Martínez de acuerdo al testimonio de don Fracisco Madrazo, que en representación del ganaderopotosino se encontraba en la plaza La Luz de León, realizó a un buen toro de Garfias “la faena más torera de su larga y fructífera vida”.  


Ha sido Raúl la expresión genuina del torero mexicano que supo defender el cuartel azteca cuando Antonio Ordóñez, El Viti, Paco Camino, Diego Puerta, El Cordobés  visitaban la extensas temporadas mexicanas. Aquellas que con el señuelo del dinero muy provocativo invitaba a las plazas de la frontera con los Estados Unidos. Un señuelo que también atrajo a Manuel Benítez “El Cordobés” que desde 1961 enamoraba a los públicos mexicanos, y americanos. 


Ese aldabonazo repercutió en la confección de los carteles de la inminente feria de otoño en El Toreo, donde superaría a Benítez y a Alfredo Leal al desorejar a "Cupido", de Reyes Huerta (21-11-64). El acceso a la temporada de la México se lo ganó esa tarde, y al fin partió plaza en Insurgentes, al lado de César Girón y Victoriano Valencia, para despachar un encierro de pinta castaña procedente de Santo Domingo. Era el domingo 31 de enero de 1965.


Pocos toreros en la historia pueden  exponer ante los pergaminos de la historia triunfos de tanta envergadura y tan bien acompañados como los logrados por Raúl García, el torero de Monterrey, y como no era el de Monterrey hombre que se achicara fácilmente en 1964 decidió probar fortuna en España de la mano de Manolo Chopera, cuya atención había captado como alternante de El Cordobés durante las prolongadas giras que hizo aquel año por el México taurino.

 Y entre los meses de julio y octubre, desarrolló en la península una breve pero deslumbrante campaña. 


Conocí a mi compadre en los corrales de la Monumental de Las Ventas en agosto de 1972 la mañana de una corrida de toros de Ruiseñada en la que se anunciaba en los carteles a Adolfo Rojas. Llegó Raúl con una escayola en un brazo, una fractura sufrida en Lisboa en festejo que toreó con Antonio Bienvenida.

 En Madrid nos reunimos con el ganadero venezolano Alberto Ramírez Avendaño en una tasca del famoso monarca de los pesos completos ibéricos Paulino Uzcudum. Esa noche un taxista, muy taurino y admirador de Raúl, se ofreció acompañarnos mientras estuviéramos en Madrid. 

Aquel taxista era Vicente del Pino “Fari”. Más tarde millonario por sus éxitos musicales y compañero de Antonio Chenel “Antoñete” en los viajes del gran torero madrileño durante sus campañas de reaparición.

Luego fuimos a Bilbao, a la feria en la que debutaba Curro Rivera y en la  actuaba Curro Girón en el mismo cartel con Paco Camino en la corrida de Miura, los miuras para Bilbao. Fuimos con Sebastián González y con el actor venezolano Oscar Martínez.  

Era nuestro primer viaje a España. 

En Bilbao nos reunimos, gracias al cartel que tiene Raúl entre toreros y taurinos  con tres personajes que se convertirían en amigos para toda la vida. Me refiero a Manuel Martínez Flamerique “Manolo Chopera”, Domingo González Lucas, Dominguín y Raúl Acha Rovira.

Aquella noche los seis ocupamos un palco en el Teatro Arriaga de Bilbao, para ver el adios de una gran actriz en la obra El último de Filipinas...

En esa feria debutó Curro Rivera en Bilbao, lo hizo en la tierra de su tío Martín Agüero con una corrida de Carlos Urquijo, encierro de descomunal presencia y de gran calidad. El sobrino de Martín Agüero no dejó mal a su tío y abrió de par en par las puertas de Vista Alegre.

La amistad con Raúl creció con el tiempo. 

Vino a Venezuela en cuatro oportunidades. Toreó en Maracay y en Barquisimeto toros de Los Aránguez , en un festival en Caracas  con Joselito Huerta y participó en su condición de Presidente de la Unión de Toreros de México una reunión entre pares de las Asociaciones de Matadores de Toros de México, Colombia y Venezuela cuando las agrupaciones americanas eran respetadas por sus pares ibéricos-

En México inolvidable  la noche que Manolo Chopera le pidió a Raúl acompañara a Cecilia, su esposa, porque él, Chopera, debía viajar fuera de México. Me llamó Raúl para que juntos atendiéramos a Cecilia Babiano, la esposa del apreciado amigo, la gran dama y encantadora persona con la que fuimos al espectáculo del  Rincón de Amparo Montes, donde la cantante sólo interpretaba letras de Agustín Lara. 

Nació con Cecilia una muy hermosa y repetable amistad, con ella y sus hijos, prolongada en la reciprocidad hasta que Manolo se despidió de los toros de la organización empresarial y todo lo referente a la fiesta. Lo hizo inaugurando la Plaza de Toros donostiarra, su creación, y una cena en su casa de La Concha con sus hijos y sus amigos venezolanos como invitados en compañía de sus representantes en Talavera y otras plazas de toros españolas.

 Un gran honor.


El torero regiomontano que como podrán ver tuvo momentos importantísimos en su época como matador de toros. Raúl García recibió su alternativa junto a Gabriel España el 1 de febrero de 1959 en la plaza de toros Monumental de MoreliaMichoacánLuis Procuna, un torero emblemático de México fue el padrino de ambas alternativas, las que fueron las primeras otorgadas en la plaza de Morelia.  La ganadería fue la de Julián Llaguno, Torrecillas,  el primer toro «Saladito». Recibió su confirmación en la Plaza México el 16 de abril de 1961, apadrinado por Fernando de los Reyes «El Callao» y con su rival Gabriel España como testigo. En España su confirmación fue el 26 de mayo de 1966 en la Plaza de las Ventas, su padrino fue Paco Camino y el testigo Manuel Benítez «El Cordobés», lidiando a «Camillero» de la ganadería de Francisco Galache de Fernandinos. 


No hayduda qque su toro más recordado fha de ser  «Comanche» de la ganadería Santo Domingo, toro que lidió el 31 de enero de 1965 en la Plaza de Toros Monumental México y al cual le concedió el indulto.

 El torero regiomontano también indultó en la México a «Guadalupano», de la ganadería Las Huertas, el 17 de mayo de 1967, lo que lo colocó en el grupo de toreros que más indultos han concedido en esta plaza.4​ Raúl García comparte con Curro Rivera el segundo lugar entre los diestros que más astados han indultado en la Plaza México, con dos ejemplares cada uno, solo superados por Jorge Gutiérrez que indultó tres ejemplares. 

2 comentarios:

  1. Hola Vito,te saludo con mucho cariño, soy Raúl Garcia "Hijo" este reportaje que has realizado,lo has realizado a la perfección, todo los datos están correctos ,pero lo que has escrito lo has escrito con el corazón, y así lo siento, te agradezco enormemente tu amistad para con mi padre, te aprecia mucho, y yo a ti más,siempre has demostrado tu amistad a través de todos estos años, te envió un fuerte abrazo y agradecerte nuevamente este reportaje, gracias Vito por todo.
    Saludos
    RGE

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    1. Raúl, aún guardo conmucho casrino el libro de la Historia de México que tu me obsequiaste. Cursabas la Escuela Primera y ya veías el futuro como competencia, afecto y esperanza. Gracias por haberme dado espacio en tu familia y gracias por tener un amigo al que admiro y espeto como tu padre. Sabes que en mi más que un amigo tienes un hermano. Saludos a tu hermana y a tu madre. Víctor José

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