domingo, 11 de abril de 2021

CUANDO JOSELITO DEBUTÓ EN LIMA Por Víctor José López EL VITO

 




En México ya sabían de El Gallo, también de Belmonte y por supuesto de Gaona y del hijo de la “Señá” Gabiela tenían las mejores referencias por el eco de sus triunfos en España 

Joselito se presentó en la plaza de Acho y lidió toros mexicanos de San Mateo, Zotoluca y Piedras Negras. Fue contratado por una suma de dinero astronómica para la época para actuar 10 tardes en Acho, la única plaza de toros  donde Joselito toreó en América.

Ya la crítica y afición del Perú había tendido la oportunidad de presenciar y  admirar a Rodolfo Gaona y a Juan Belmonte, los dos toreros que junto a Joselito integraron el máximo cartel de la Edad de Oro en la historia de la Tauromaquia. Gaona y Belmonte se lo habían hecho conquistando a sus exigentes  aficionados. Eso sí, tanto Rodolfo como Juan dejaron sembradas apadionadas peñas de admiradores amigos que no le harían fácil la estada a Gallito en el Perú. Repito que la temporada de Joselito en Lima fue contratada para 10 corridas de toros y su    estadase prolongaría dos meses en el Perú, donde arribó a El Callao luego de una travesía de cinco semanas desde La Habana, cruzando el Caribe, hasta llegar a Panamá para abordar un paquebote en el Pacífico en nave que le llevaría al puerto de Lima para su  presentación. 

Los hermanos Botto, los empresarios de la temporada en Acho, en los prolegómenos de la temporada limeña ,viajaron a México para contratar toros de cuatro ganaderías.  Todas de sangre  Saltillo: seis toros de San Mateo, tres de Zotoluca y seis de Piedras Negras y seis de La Laguna. Todos de procedencia de la cruza de las vacas criollas con toros padres de Antonio Rueda y Quintanilla, VII Marqués de Saltillo,



     

De los toros mexicanos que llegaron a Lima, los de San Mateo fueron rechazados sin baerlo visto la afición por la prensa. Protestas capitaneadas por líderes de los grupos de amigos que habían sido sembrados por Gaona y Belmonte. No grupos capitaneados por los toreros, sino por adulantes que creían ganar puntos en el afecto de los famosos espadas. Protestas, antes de ver los toros, por la escasa presencia y breve encornadura de los toros de San Mateo, haciéndose eco de campañas de prensa sembradas en el propio México por sectores enemigos de los Llaguno. .

El rechazo que se manifestó con broncas en los tendidos de la plaza al momento de hacer el paseillo Joselito. Sembrado las protestas acontecimientos violentos en contra Joselito y la empresa. Había una gran diferencia entre el toro peruano, criollo y basto con edad que sostenía tradicionalmente la temporada en Acho, que la de los toros de la primera cruza con vacas criollas  de los saltillos mexicanos.  

No ocurrió así con los toros de Piedras Negras, o de La Laguna y menos con los de Zotoluca, que más bien, fueron admirados y ovacionados desde que llegaron a los corrales de la plaza hasta el momento que fueron lidiados.




El detalle histórico de lo ocurrido en Lima con la visita de Joselito es muy importante, porque antes que llegaran Gallito o Juan Belmonte a Lima, lo había hecho el mexicano Rodolfo Gaona en 1916. El indio era el primero de la terna de los integrantes de la Edad de Oro. Juan Belmonte llegó más tarde, lo hizo en 1917. El de Triana desde que llegó al Perú mantuvo una relación  de reciproca admiración departiendo con la afición limeña que hasta novia tenía.  


En tiempo del arribo del menor de los hermanos Gómez Ortega, Rafael y Joselito el Gallo escribió Leonidas Rivera, Don Máximo:

 - Joselito se estrenó en Lima en las condiciones más desfavorables pues tuvo en contra suyo un factor poderosísimo, la sombra de Juan Belmonte que había dejado un recuerdo imborrable. 

Los partidarios de aquél que protagonizó la denominada “Época de Oro del Toreo” con los otros dos irrepetibles, Rodolfo Gaona y Joselito El Gallo, consideraban irreverente que alguien - fuese quién fuese— se atreviera a opacar la estela de su ídolo.

Continía don Máximo y escribe que: - …de hecho, este período esplendoroso de la fiesta, se inicia con la alternativa de Juan Belmonte el 16 de octubre de 1913 y concluye con la trágica desaparición de José Gómez Ortega Gallito el 16 de mayo de 1920. 

Apasionamientos propios de la fiesta de los toros, tal como sucedía en la cuna del toreo, en Lima no lo llegó a ser menos y el día del debut de Joselito se hizo ostensible en los tendidos. Como cierto es que fueron algunos españoles belmontistas que se encargaron en crear el ambiente adverso al torero de Gelves entre los aficionados limeños, por medio de misivas con todo tipo de denuestos en su contra.

Continúa la nota de don Máximo “… Los detractores locales se organizaron tras una porra de energúmenos que procuró hostilizar al diestro debutante, desde el mismo inicio del paseíllo. Sin duda, nada justificaba dicho accionar de ese sector de aficionados limeños, que no sea atribuible a un fanatismo exacerbado.

Gallito, el prodigio del toreo en ciernes, inmutable cruzó el ruedo y ni la bulla de pitos, matracas y cencerros le pudieron hacer cambiar de semblante.

No faltó un impertinente que le gritara en plena faena de una de la decena de actuaciones que cumplió en suelo limeño: 

“¡ Usa la izquierda…!”, fue entonces que el diestro cambió de mano y templó con la muleta a un toro cinqueño y albahío de Asín, para instrumentarle cinco pases naturales “portentosos” como si les dijera ahí les va, uno por año. Tras ello, todos los instrumentos del que se valían esos patanes cayeron a los pies del torero y las injurias dieron lugar a la aclamación unánime y delirante. 


El benjamín de los Gallo, fiel a su personalidad y torero que abarcaba los tres tercios, lo dominaba todo, al toro, a la plaza y a los públicos. Es que Lima estaba viendo al que la historia iba a llamar por siempre por el título que le diera el periodista Paco Aguado, su gran biógrafo:- ¡Rey de los toreros !

No hay comentarios:

Publicar un comentario