jueves, 11 de marzo de 2021

REFRANERO TAURINO EN LA POLÍTICA Por Rosario Perez / ABC Madrid / Publicado en Ventaurinos

 

El regreso de la fiesta de los toros a Barcelona ha "pinchado en hueso", aunque hay mucha y muy buena afición catalana.

Dichos taurinos de máxima actualidad en la arena política: de «coger el toro por los cuernos» a «más cornadas da el hambre»

Son muchas las expresiones que se escuchan hoy inspiradas en la tauromaquia tras el vendaval político


Rosario Pérez

 


    En este tsunami político del 10 de marzo de 2021 son muchas las expresiones taurinas que suenan en la calle y en las redes. Son muchos los dichos inspirados en el lenguaje 'taurómaco', tan de plena actualidad hoy, porque, como sentenció Ignacio Sánchez Mejías, «el mundo entero es una enorme plaza de toros donde el que no torea, embiste». Desde «entrar al trapo» a «coger el toro por los cuernos», porque hay que ser valiente y echar la pata p'alante ante lo imprevisto y la adversidad. O «más cornás da el hambre». No pocas cornadas hubo hoy entre un grupo político y otro, algunas, como ocurre ante el toro, por las aviesas intenciones del enemigo, por mansedumbre de alguno («es un manso pregonado», se oye) o por la listeza del bravo (o brava). Sobre tal expresión, atribuida a distintos toreros, El Cossío afirma que fue El Espartero el primero en pronunciarla.

    Así lo cuenta en su anecdotario: «Se nos ha transmitido como ejemplar del estoicismo de los toreros una frase impresionante de Manuel García Espartero que, aunque repetidísima, no puede faltar en este anecdotario. Se ponderaban en su presencia los trabajos, sustos y riesgos de la profesión, que debía hacerla indeseable. Ante aquella evocación de los peligros y de la experiencia de las cornadas, comentó sobriamente el diestro: 'Más cornás da el hambre'».

    Y de aquella mítica frase a otras como atarse bien los machos, escurrir el bulto, entrar al quite, tirarse un farol o morir matando. O, a veces, casi mejor, ver los toros desde la barrera... José María Esteban recogía en el 'Libro de la Tauromaquia' muchas de estas expresiones. Aquí van algunas:


    Acudir (o entrar) al trapo: «Lanzarse a la acción a la más mínima insinuación».

    Atarse bien los machos: «Se aplica al que se dispone a emprender una tarea complicada que requiere toda su atención».

    Cada toro tiene su lidia: «Sabia expresión que, extrapolada al lenguaje normal, quiere decir que cada persona, cada asunto, cada complicación o cada situación es distinta de las demás y requiere un tratamiento diferenciado».

    ¡Ciertos eran los toros!: «Exclamación que indica la confirmación de una mala noticia temida».

    Darle cornadas al viento: «Realizar acciones o emitir expresiones totalmente inútiles, ineficaces, fútiles y banales, sin sustancia».

    Descabellado: «Algo carente de sentido y de fundamento».

    Ser un descastado: «No demuestras apego ni arraigo para con los tuyos, no tienes casta».

    Escurrir el bulto: «Escaparse disimuladamente de una situación complicada».

    Estar al quite: «Pendiente para intervenir en la resolución de una situación complicada».

    Mantenerse en la querencia: «Aguantar en la posición que uno considera favorable».

    Meter bien los riñones: «Acometer una acción con fe y fuerza».

    Pinchar en hueso: «No obtener el resultado apetecido en alguna acción».

    Te va a pillar el toro: «Estás jugando con fuego y te vas a quemar».

    Tirarse un farol: «Realizar un envite desproporcionado a la jugada que uno lleva, en el juego o en la vida».

    Tomar el olivo: «Equivale a quitarse de en medio, remedando la frase taurina que indica saltar la barrera para guarecerse de la embestida del toro».

    Torear a alguien: «Darle largas y excusas a alguien, sin ánimo de satisfacer sus deseos».

    Torear al alimón: «Realizar algo en estrecha colaboración con otras personas».

    Tener las intenciones de un miura: «Malas intenciones parece que trae ese sujeto».

    Tenerlos bien puestos: «Se refiere, naturalmente, a los cuernos de un toro y se generaliza para aplicársela a quien se enfrenta con seguridad y valor a una circunstancia peligrosa».

    Tiene más sentido que un toro: «Es cauto, receloso, desconfiado, las ve venir».

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