Ha sido Manuel Solari Swayne, “Zeñó Manué”, un destacado periodista peruano que su honradez y sabia afición por los toros lo han convetido en un referente de las cosas grandes del toreo, que han tenido por escenario la plaza de toros de Acho en Lima.
El “Zeñó Manué” escribió en la crónica de la conmemoración de los 200 años de la plaza de Acho:
-“Se dice en Lima, y con razón, que la faena de Ordoñez es histórica. Y lo es. Porque con una sencillez impresionante, practicando el toreo puro –adelantando el engaño, cargando la suerte, jugando suavemente con los brazos, corriendo la mano, templando, mandando, rematando pulcramente los pases- logró lo que sólo consiguen, jugándose el tipo a cara o cruz, encandilar a la multitud, arrebatarla, hacerla delirar. Allí está la ovación incontenida coronando doscientos años de historia”.
Cuando la afición de Lima en 1966, conmemoró el Bicentenario de Acho, los muy entusiastas y entendidos aficionados a los toros en la virreinal ciudad organizaron una breve temporada de tres corridas de toros y un festival. como partte del ciclo de festejos conmemorativo de los Dos Siglos de Toros en Lima, fue el resultado del acuerdo entre muy buenos aficionados. Se contrataron toros de la mejor ganadería de América, toros de don Javier Garfias, México para los mejores toreros en aquel momento: Antonio Ordoñez, Paco Camino, Santiago Martín “El Viti” y Manuel Cano “El Pireo” para estoquear ocho astados de las ganaderías de Javier Garfias (mexicana) y de La Pauca (peruana).
Antonio Ordóñez se había retirado en la Feria del Señor de los Milagros de 1962 cuando don Fernando Graña Elizalde, su amig y gran aficionado a los toros, le cortó la coleta. Aquel año además del adios Ordóñez, el maestro había conquistado el Escapulario de Oro; pero su última actuación, ante el público de Lima, fue la de un fracaso ruidoso por la bronca recibida del serio público del Rimac.
El maestro de Ronda había vuelto a los ruedos un año antes de una temporada de contrastes porque se corrió el rumor que Antonio no quería volver a Lima, que Lima no quería a Ordoñez, que Acho no le perdonaba nada… Pero, se impuso el peso taurino y el peso de su historia. Juntos se impusieron, y precedido de su intacto cartel de lidiador extraordinario, el Maestro fue convocado para hacer el paseíllo en dos corridas, la primera y la última de aquella Feria Bicentenaria.
Queda en la anécdota que celebró su cumpleaños en Lima el 16 con la mente puesta en el compromiso que representaba su reaparición.
Conversando con Antonio Ordóñez muchos años más tarde de las corridas del bicentenario de Lima, cuando pegué un salto a Ronda con Curro Vázquez y Pepe Dominguín y que fuimos atendidos por el maestro Ordóñez en Ronda al salir de una corrida de toros en la Maestranza, reunidos en La Palma donde cenamos, cerró la noche sobre la ciudad con una conversación muy variada sobre toros.
Hubo un silencio a la pregunta ¿Cuál fue el toro que usted lidió más a gusto en su carrera?...
Presentes también Julio Robles y Victoriano Valencia.
- Carnavalero de Javier Garfias, en la Corrida del Bicentenario de la Plaza de Acho.
Como esa afirmación de Antonio Ordóñez, guardo la reciente de Paco Camino en la reunión de la Peña Ventaurinos, cuando el maestro de Camas afirmó que también es de Javier Garfias el mejor toro que lidió en su vida como figura grande t¡del toreo:
- Navideño de Javier Garfias en la plaza de toros Santa María de Querétaro.
Pues, hay aún más. Pues el maestro Pedro Gutiérrez Moya “Niño de la Capea” que se consagró en diversas oportunidades con distintos toros de faenas a toros de Javier Garfias en la Monumental Plaza de Toros México, entre todos escogió a Corvas Dulces, de Garfias.
- No por ser el mejor toro o la mejor faena, fue porque ese toro me abrió el camino a la categoría de figura del toreo tanto en España como en América. No dudó calificarlo, también ante el foro de Ventaurinos en nuestra tertulia telemática como el toro más importante de su carrera.
La lista de Garfias inmortales por las grandes faenas de sus lidiadores es amplia y grata, por recordar gestas de arte taurómaco trascendente en emociones.
Aquí, algunas ...
En la Monumental de México el 30 de enero de 1972 cuando Manolo Martínez le cortó el rabo a «Gladiador» y Palomo Linares a «Tenorio». El Niño de la Capea inmortalizó a «Corvas Dulces» el 22 de diciembre de l974, tras una faenón de antología. El 11 de enero de 1976, Eloy Cavazos obtuvo todos los trofeos de «Vidriero». En una tarde histórica Cavazos le realizó estupendas faenas a «Curtidor» y a «Mesonero» y José María Manzanares a «Gazpachero». Manolo Mejía resurgió una noche de octubre de 1993 al matar a «Costurero».
Hay más, muchos más, y hay más de 200 ganaderías en México y Sudamérica que guardan sangre de Garfias en us toros.
¡Tesoro ganadero!
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