Es lo que digo yo: Secuestradores de la Tauromaquia en Puebla.
Por Luis Cuesta –
Una guerra entre grupos políticos en Puebla tiene a la fiesta brava en vilo en desde hace unas semanas. Frentes políticos se pelean el poder con miras a las próximas elecciones y es precisamente en uno de esos frentes en donde se encuentran atorados el impresentable gobernador Luis Miguel Barbosa y la también impresentable alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco.
Esta guerra se ha intensificado conforme se acercan las próximas elecciones y en juego está la gobernabilidad y la paz política en este estado. Lo lamentable es que se está lucrando con la fiesta brava como si fuera moneda de cambio, porque me queda muy claro que las intenciones de la alcaldesa tienen muy poco que ver con la defensa de los animales y que en este punto la inicativa de prohibición ha rebasado el ámbito ‘animalista’ para estacionarse en lo puramente político y en comprobar quien tiene el brazo más fuerte en Puebla.
Es una realidad que el gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta, no sólo ha perdido el rumbo sino que también ha perdido fuerza política, es en pocas palabras un hombre derrotado y sin credibilidad en el poder. Prueba de esto son sus contastantes cambios en sus declaraciones, tan solo hay que recordar que hace unos meses declaraba en relación a la fiesta brava: “Aclaro que no voy a promover la fiesta brava como afición en Puebla” y hace unos días en una entrevista al diario Intolerancia, se le acababan los adjetivos para elogiar a la tauromaquia e incluso le mando una advertencia a la alcaldesa: “Yo llamo al ayuntamiento de Puebla a que cancele esa pretensión de anular la posibilidad de que haya fiesta brava en este municipio… Espero que no lleguen a eso porque en ese caso el gobierno del estado está decidido a tomar posición sobre este asunto” y entonces algunos grupos taurinos suspiraron de alivió tras esta declaración.
Pero mucho ojo con Barbosa, porque hace un tiempo que se le acabo la fuerza de “su mano izquierda” y poner el futuro de la fiesta brava en Puebla en sus manos podría ser letal, porque sus problemas contra Rivera Vivanco, rectores, empresarios, grupos políticos locales y personajes importantes del gobierno federal le han coartado su capacidad de movimiento y sus enemigos lo tienen contra la pared.
Tampoco hay que olvidar que lo de la alcaldesa es un circo estrictamente político. La alcaldesa busca afanosamente la reelección en la capital poblana y como su gobierno ha sido muy desaseado su reelección necesita un fuerte impulso, algo que no solo le trajera reflectores nacionales e internacionales y para ello la tauromaquia se pinta sola.
Al final todo lo que está pasando en Puebla, es una jugada política de una mujer demagoga que siempre trata de tapar sus debilidades y su falta de talento con argumentos pueriles y con toda clase de descalificaciones hacia sus adversarios.
Lamentablemente en Puebla la tauromaquia esta atrapada entre el fuego amigo de los de Morena y la única esperanza que se puede tener en estos momentos es que alguien consiga “convencer” a los regidores de congelar la inciativa o tratar de estirar la votación de la propuesta lo más que se pueda, con la esperanza de que Claudia Rivera no busque la reelección y en caso de que la obtuviera, sufriera una derrotada en las urnas y con ellos perdiera en los últimos meses de su mandato el poco capital político que ella misma y sus simpatizantes calculan que aún conserva y que según el propio Barbosa es poco, ya que carece de posibilidades para ganar en las próximas elecciones del 6 de junio porque no cuenta con el respaldo de la gente.
Vamos a ver cuanto tiempo le funciona a la alcaldesa la cortina de humo de la prohibición de las corridas de toros con la que está tratando de desviar la atención de algunos de los problemas más graves que se viven en la capital poblana; entre los que se encuentran un acelerado incremento de percepción de inseguridad, covid y desempleo. Todo esto sin contar que la Auditoría Superior del Estado (ASE) emprendió una investigación contra el Ayuntamiento de Puebla para descartar el desvío de recursos y uso de programas sociales con fines electorales.
Los políticos poblanos tendrían que entender que un exacerbado animalismo es una filosofía absolutamente incompatible con nuestra cultura y supondría una hecatombe cultural, económica y ecológica.
La arbitraria prohibición de la corridas de toros en Puebla debería de ser un foco rojo para la sociedad poblana, porque si algunos funcionarios como Rivera Vivanco son capaces de pretender que con un plumazo pueden borrar una tradición milenaria, cultural y profundamente arraigada con sus raíces, ¿que seguira o que se les antojara prohibir despues?
Como ciudadanos, no podemos tolerar que este tipo de políticos se sientan con el derecho a decidir qué es cultura o qué no es cultura y mas cuando estos son incapaces de garantizarnos aquello por lo que fueron votados o acaso la alcadesa de Morena fue votada por haber propuesto en su campaña la prohibición de las corridas de toros. Por supuesto que no, fue votada por otras promesas de campaña que al día de hoy no ha podido cumplir.
Prueba de esto es que la alcaldesa fue una de las peores evaluadas en el Quinto Ranking de Alcaldes durante el 2020, y un par de veces la morenista ocupó la última posición en una encuesta que evalúa a las 57 ciudades más importantes México. El trabajo que ha realizado Rivera Vivanco en la capital poblana solo fue aprobado por el 24.4 por ciento de los encuestados.
Contra estos nefastos personajes tiene que luchar la tauromaquia todos los días: Vaya mierda de tiempos.
Es lo que digo yo.
Twitter @LuisCuesta_
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