El 30 de noviembre de 1.986 un jovencísimo Manuel Medina "El Rubi" cumplía uno de sus sueños: ser matador de toros. En tan notable día su padrino fue Pedro González "El Venezolano" con el testimonio de Christian Montcouquiol "Nimeño II" quienes le cedieron al toro "Capacho" ( rebautizado en la plaza como Cagüeño) número 40 con 425 kilos de Rancho Alegre. El toricantano fue ovacionado en este su primer toro y dio la vuelta al ruedo en el sexto. Como novillero Manuel Medina comenzó destacándose en diversas novilladas en plazas nacionales para posteriormente viajar a España a adquirir el oficio necesario para ascender de grado. Hace 34 años comenzaba otra etapa en la carrera de "El Rubi" que le ha llevado por todos los rincones del país, así como a sumar actuaciones en otras naciones. La primera oreja que cortaría "El Rubi" como matador de alternativa sería en Maracay en la corrida de la Municipalidad del 1 de febrero de 1987, estoqueando toros de Tarapío alternando con José Nelo "Morenito de Maracay" y Tomás Campuzano. Prosiguió sumando festejos hasta llegar a una tarde clave, en Valencia el 30 de junio de 1991 cuando le cortó la oreja al bravo toro "Tejón" número 186 con 428 kilos de Tierra Blanca, alternando con José Acosta "Cerrajillas" y Manolo Rodríguez. Curiosamente ese toro fue rebautizado como "Chenel" y de esa estocada hay una foto impresionante, con el torero literalmente sobre el morrillo del astado. Manuel Medina ha conocido las mieles del triunfo en todas las plazas del país destacando sus triunfos en San Cristóbal en la feria de San Sebastián, Valencia ( recordadas aquellas tres orejas de toros de La Carbonera), Maracay, Caracas, Tovar y recorriendo la provincia sumando una gran cantidad de festejos. Es uno de los matadores que más corridas de toros ha toreado en Venezuela, faltando pocas para que llegue a la redonda cifra de las 300 actuaciones, con la consecuente suma de orejas, rabos y toros indultados. A pesar de tantas temporadas en activo y de varias cornadas, sigue rebosante de afición, en su faceta también de empresario, llevando la fiesta por toda Venezuela. "El Rubi" sigue ahí a tambor batiente, este año indultó un toro en Valle de la Pascua, preparándose para cuando la ocasión lo amerite volver a vestirse de torero y seguir sumando triunfos a su ya amplio palmarés. Es sin duda ejemplo de afición, valor y entrega.
MORANTES PÉREZ:EL TORERO QUE PUDO SER
La irrupción de Morantes Pérez en la temporada de novilladas en Caracas en 1997 fue sencillamente espectacular, con tres salidas a hombros consecutivas que le pusieron en el boca a boca de los aficionados y profesionales. Fueron los últimos esplendores del Nuevo Circo de Caracas en cuanto a novilladas se refiere. Tristemente para la fiesta brava venezolana ese año, la plaza de la capital cerró sus puertas al toreo y curiosamente el último novillero triunfador en ella luego se apartó de la profesión.
Morantes Pérez se presentó sin picadores en Maracay el 1 de diciembre de 1996, lidiando un novillo de Rancho Alegre con el que dio dos vueltas al ruedo. Alternó ese día con Reinaldo Polanco, Sandy Olivares, Salvador Camero,. Miguelín de Aragua y Sergio Díaz.
El 25 de mayo de 1997 se presentó con picadores en Caracas junto a Juan José Girón y Luis Cárdenas. Ese día comenzó el trepidante ascenso de Pérez que le cortó las dos orejas al novillo del debut "Oropéndolo" número 94 con 364 kilos, saliendo a hombros. La racha continuó el domingo siguiente, 1 de junio al dar la vuelta al ruedo en su primero de Los Aranguez y cortar las dos orejas del cuatro "Ruiseñor", número 13 con 379 kilos de Rancho Grande. Alternó con Hugo José Molina y Leonardo Garcia. La tercera puerta grande al hilo llegaría el 22 de junio con su mayor triunfo, tres orejas de novillos de Los Ramírez, dos de "Perdonador" y una de "Leoncio". En su cuarta y última actuación en el Nuevo Circo el 29 de junio de 1997 lidió novillos de Luis Gandica con Javier Cardozo y Dionner Mendoza. Dio la vuelta al ruedo con "Casigüero" y escuchó un aviso con "Carbonero". Ganó también el vestido de luces que premiaba al triunfador de la temporada. Fue el líder del escalafón novilleril de 1997 con 10 novilladas toreadas, 10 orejas, 9 vueltas al ruedo y 4 salidas a hombros.
Con la tremenda inercia de sus triunfos capitalinos Morantes Pérez toreó un buen número de novilladas en Maracay, obteniendo su mayor triunfo precisamente en su última tarde el 2 de abril de 2000 al cortarle las dos orejas a su segundo novillo de Marqués de la Real Defensa alternando con José Cariel y Marcos Peña "El Pino". Se presentó en San Cristóbal el 2 de mayo de 1998 con novillos de La Soledad alternando con Marcos Peña "El Pino", Gregorio Torres "Maravilla" y Lenin Báez. Ese día cortó la oreja de su segundo.
Morantes Pérez compitió con una gran generación de novilleros entre los que destacaron José Cariel,Reinaldo Polanco,Javier Cardozo,Juan José Girón,Marcos Peña"El Pino*, César Vanegas, Gregorio Torres "Maravilla" entre otros.
Poco a poco fue toreando menos y su estela se fue apagando hasta retirarse para dedicarse a otras actividades profesionales en las que ha tenido mucho éxito. En Venezuela toreó 16 novilladas picadas en las que cortó 16 orejas. En el Nuevo Circo de Caracas toreó cuatro tardes, cortando siete orejas y saliendo tres veces a hombros de manera consecutiva. En Maracay toreó cinco novilladas picadas y cortó dos orejas,dando tres vueltas al ruedo sin trofeos. Morantes Pérez ilusionó a los aficionados y aunque fuera de forma breve fue un torero importante, que pudo llegar a ser un buen matador de toros. El recuerdo de su paso por el toreo venezolano queda como un bonito recuerdo.
EL DIFÍCIL MOMENTO DE LA GANADERÍA BRAVA
Uno de los sectores más afectados por la tremenda crisis que ha generado la pandemia de coronavirus es el de la ganadería brava, pues el dramático descenso de festejos en todos los países taurinos ha llevado a muchas al borde de la desaparición. Las cifras son alarmantes, y esta vez sí va en serio. En España se calcula que solo se ha lidiado el 1% de lo previsto en las camadas de este año, incluso algunos hierros muy importantes, de gran abolengo han debido enviar muchos de sus animales al matadero, México también ha visto muy mermada su actividad taurina con la consecuente disminución de la salida de machos a lidiar, situación que se refleja en todos los demás países.
Sin duda alguna Venezuela acusa más que ninguno el tema, ya de por sí las temporadas van en un descenso abismal, cada vez hay menos festejos, ahora con este "puntillazo" el panorama luce más complicado. Ser ganadero de bravo en estos tiempos es un reto, una forma de vida. No hay ingresos por venta de astados para festejos y los gastos aumentan todos los días. Sin duda alguna es casi imposible pero ahí siguen luchando día a día por preservar al maravilloso toro de lidia.
Cerradas varias de las plazas más importantes, con pocos festejos en provincia y una economía muy golpeada , tauromaquia en Venezuela debe rehacerse, surgir de sus cenizas y tratar de volver al esplendor de antaño. No es nada fácil, pero cualquier esfuerzo es poco si de rescatar la fiesta de los toros se trata.
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