Este viaje podría ser la primera etapa de su nueva vida lejos de los ruedos. Paseó por la ciudad barruntando este adiós repentino. “Nadie sabíamos nada. De vez en cuando había comentado que quería alcanzar nuevas metas existenciales”, asegura el entorno consultado. Otra persona que lo conoce bien admite que “no me lo esperaba. No se había escuchado nada. De hecho, es al revés”, señala el compromiso de la gira de reconstrucción de la Fundación y Movistar.
Además de los toros, la principal afición de Castella es la cría de caballos. Es propietario de la yeguada La Heroica, donde cría ejemplares “de capa diluida, una de las variedades genéticas más complicadas de conseguir”, según se puede leer en la web. “Un sueño”. Sus conocidos admiten que es un apasionado de los caballos, “un negocio que tiene mucho gasto” sostenido por una inversión en locales “en Madrid que rentan bien”.
Castella ha participado en varias performance con su compatriota Laurent Pallatier, como la corrida Picassiana de Málaga de hace dos temporadas, en la que alternó con Ferrera y Perera. Pallatier es el autor de las toreografías, “pinturas resultantes de torear con la muleta empapada en pintura sobre un lienzo”, que sirvió como escenografía para decorar el ruedo de La Malagueta. Esa tarde, Castella utilizó un terno inspirado en la obra de Picasso.
“Bueno, siempre le ha gustado la pintura. Y vivir bien”. Al comprar la finca en Sevilla, hizo “traer desde América un contenedor repleto de cosas para decorarla. En eso sí que ha estado pendiente”, señalan las mismas fuentes. En 2010, Botero diseñó el cartel del festival a beneficio de las víctimas del terremoto de Haití organizado por él en Nimes. Toreó seis toros en solitario. “Desde entonces son muy amigos”. Al maestro colombiano se le ha podido ver acompañado de algunos miembros de su cuadrilla.
Del viaje de Florencia salió con una idea clara: “Quiere abrazar la vida en todas sus dimensiones”. Y aunque vestirse de luces ya no le encaje, “el proyecto de ser el empresario de Beziers sigue adelante”. Además de Simón Casas, Castella también podría incorporar a su equipo de gestión en la plaza de su ciudad natal a Olivier Margé, el hijo de Robert Margé. El objetivo de la última figura francesa del toreo sería “desarrollar la calidad y creatividad de los carteles” en Beziers.
Publicado en El Mundo
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