Cuando Jesús Enrique Colombo llegó a la Escuela Taurina de Madrid se rompía el encanto de un camino de fantasía que el niño torero caminó sembrando ilusión y esperanza para el pueblo aficionado de Venezuela. Todos apostábamos al éxito del niño de Táriba que habíamos descubierto en sus éxitos por las plazas del Perú y los Andes venezolanos en días que el entusiasmo cundió más allá de nuestras fronteras covirtiendo a los Amigos de la Dinastía Bienvenida en la persona de don Juan Lamarca en promotores del torero venezolano por los rincones de la fiesta en Europa.
Fue en el 2012 cuando inició su internado en La Casa de Campo de Madrid, sede de la Escuela.Hasta el 2015 estuvo en Escuela de Madrid en la que la férrea disciplina de sus tutores abonaron en la personalidad del andino el férreo carácter que le viste y con el que ha enfrentado los momentos muy difíciles que rodean a la fiesta y sus participantes en los actuales momentos.
Todos los inconvenientes que al mundo atormentan, no han sido capaces de doblegar al torero ilusionado que sólo piensa en ocupar pronto el sitio que la historia le ha reservado para que llene un importante capítulo del toreo nacional. Capítulo por escribir en plazas de Venezuela, continuar escribiéndola diríamos, como debe hacerlo también en Francia, Portugal y España y las sudamericanas del Perú, Ecuador y Colombia que son arena a las que han llegado los rumores de su gracia como artista importante.
Ayer conversamos con Jesús Enrique, está en la vecindad de Toledo donde participa en una retienta de la conocida ganadería de El Ventorrillo. Nos cuenta que entre esta ganadería y otras vacadas de la comarca lleva más de una veintena de toros lidiados a puerta cerrada. Intensa preparación supervisada por su apoderado, Ignacio de la Serna. Joven taurino que por surgir de una dinastía taurina importante nació envuelto en la leyenda que su tío Victoriano supo sembrar con arrolladora y única personalidad. La idea de la conversación con el torero del Táchira fue la de coordinar una tertulia con la Peña Ventaurinos, representante de la diáspora taurina nacional sembrada allende nuestras fronteras que vive pendiente no solo de los que ocurre en el mundo de los toros sino que muy focalizada en lo que corresponde al toreo nacional, siendo Jesús Enrique Colombo centro de atención por la ilusión que ha sido capaz de sembrar po su talento profesional y calidad técnica en su expresión.
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