jueves, 30 de julio de 2020

HABRÍA QUE RECORDAR A MARUBINI Por Víctor José López EL VITO

 

  

Roberto Marubini en presencia de Curro Girón 

invita al presidente de la República, doctor Rafael Cadera 

a un evento por él organizado en la Temporada Taurina venezolana.

 

 

 

Revisando el desorden de los recuerdos me topo con la presencia de Roberto Marubini en los toros, misma que no se ha valorado debidamente. Injusticia, en lo que me corresponde, imagino que de otros también porque su paso como organizador y empresario de espectáculos taurinos marcó huella, aunque no señalo ruta. Igual que le ocurrió a la gran mayoría de los empresarios taurinos, si por juez ponemos el derrotero de los toros en Venezuela.

Hay una excepción, Hugo Domingo Molina que ha marcado un camino interesante que es el que habrá de tomar apenas saltemos el cercado impuesto por la pandemia.  

Nada que ver con don Antonio Machado.

Roberto Marubini nació para la fiesta de los toros en días del éxito de la temporada de novilladas de Taurivenca, que organizó Gregorio Quijano San Miguel. La empresa Taurivenca fue la empresa que sembró en las arenas del Nuevo Circo la cosecha taurina más importante de la historia de los toros en Venezuela. Roberto Marubini encajó como representante de una importante cadena de frigoríficos italiana en la que era un aventajado empleado, que gozaba de toda su confianza.  Llegó a un acuerdo con los Quijano, y se encargó del negocio de las carnes de los novillos en los espectáculos de Quijano de Caracas.

Alfredo Díaz Acero, detective de la PTJ, y Rafael Cavalieri, líder en el gremio de toreros subalternos, se entusiasmaron con las virtudes organizativas de Roberto y le propusieron organizar la Novillada de la Policía Técnica Judicial, un homenaje al cuerpo detectivesco que en esa oportunidad gozaba de respeto y buen cartel en la ciudadanía, a la vez que señalaría el rumbo que más tarde tomaría Roberto Marubini con la expansión del negocio taurino en Caracas, Barquisimeto y Maracaibo.

Los organizadores de los espectáculos, novilladas corridas de toros se entusiasmaron en el espejo de la muy exitosa Corrida de la Prensa en el Nuevo Circo que organizaron desde 1964 José Manuel Pérez Pérez, idealista infatigable y Abelardo Raidi, Presidente de Círculo de Periodistas Deportivos.

Hubo muchos que pretendieron repetir los éxitos de Caracas, aciertos como las corridas de la Feria de Caracas que organizaron en años distintos Manolo Chopera, Sebastián González, Julio García Vallenilla, pero no pudieron lograrlo porque les faltó lo que Roberto Marubini agregaría: dedicación, organización y trabajo.

Fue en el decenio de los años 70 cuando Marubini se inicia con la novillada de la PTJ, que fue exitosa desde su pila bautismal. Éxito que se fundamentó, repetimos, en la organización y administración impuestas por Marubini. Un primer paso que le llevó más allá, atreviéndose organizar con mantel largo la Corrida de la PTJ, evento que más tarde organizaría por muchos años, ocupando el lugar en la temporada del Nuevo Circo de Caracas de la Corrida de la Prensa, que se fue a la Monumental Plaza de Toros de Valencia.

Roberto Marubini y su experiencia lograda en las corridas y novilladas que organizó en Caracas, lo llevaron a presentar espectáculos en Barquisimeto y en Maracaibo. En la capital del Zulia la tradicional Feria de La Chinita, que estaba a punto de bajar la Santamaría cuando Marubini tomó las riendas de la organización, algo parecido con lo logrado en Barquisimeto, trasladándose a la ciudad, integrándose a los taurinos del Zulia y de Lara presentando alternativas que rompieron esquemas tradicionales que exigían remozar lo que obstaculizaba el no atreverse en la organzación de los eventos taurinos.

En Caracas se inició con una verdadera revolución en los carteles de las novilladas, cuando Roberto contrató a Ángela que destacaba en España, rompiendo esquemas tradicionales. En México por mediaciones de Alejandro Mondría se puso en contacto con Curro Leal y contrató a dos toreros de juvenil proyección por aquellos días, Alfredo Gómez “El Brillante” y el Coloso de Tula, el hidalguense Jorge Gutiérrez.

Los ganaderos nacionales, como ocurrió con Andrés Miguel Velutini, Cayetano Pastor, Fabio Grisolía y otros criadores que daban los primeros pasos, encontraron salida a sus reses emprendiendo un sendero seguro en la fiesta para sus productos.

Hoy volcamos sobre estas cuartillas simples recuerdos y apreciaciones, porque revisando la memoria nos desanimamos al avizorar la incertidumbre de la fiesta post corona virus si no se descubre un Roberto Marubini que tome las riendas de un espectáculo desenfrenado, le va a ser muy difícil encauzarlo por el camino del éxito.

  

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