lunes, 18 de noviembre de 2019

PARA DESCAFEINADO, MEZCAL Y TEQUILA Por Víctor José López EL VITO

CON DOS TRAGOS, UNO DE MEZCAL Y OTRO DE TEQUILA DESAPARECIÓ LA HUELLA DEL DESCAFEINADO.


El frío y la lluvia impidieron se metiera la gente en la plaza Monumental para la tercera corrida de la Temporada Grande. Reunía el cartel, varios motivos de interesante atracción:  uno de ellos el nombre de Adame, Gerardo es integrante de la muy extensa dinastía de toreros Mexicanos hoy en boga en España;   y  la presentación en la temporada del yerno de El Capea, el  extremeño Miguel Ángel Perera, triunfador muchas tardes en Madrid y en Sevilla, triunfador incluso en la arena de la Plaza México donde cortó un rabo.
Perera recientemente vivió muy cerca la tragedia con el terrible percance de Mariano de la Viña, y en un gesto que le enaltece, habiendo él, Perera, caído también de una cornada, le ordenó al médico atender al subalterno antes de entretenerse con su percance.
Llegaban y lo hacían gracias al buen cartel cartel logrado a su comprobada identidad,  el ganadero Martínez Vertiz y el joven matador de toros Arturo Saldívar, quienes al final fueron los triunfadores de este tercer festejo. 


Reunidos dos buenos toros de Martínez Vertiz con un inspirado Saldívar, expresaron a cabalidad la síntesis del toreo: emotividad y belleza plástica. Síntesis emborronada por el mal uso de la espada por parte de Saldívar, pero que crecerá con el paso de los días, a medida vaya cruzándose el camino de la temporada.
Será la del recuerdo la mejor Puerta Grande para  Arturo Saldívar.  Variedad en las suertes, temple y mando en sus naturales …
Saldívar es un torero que se convirtió en punto de atención junto a otros toreros mexicanos, aquella época que México “invadió” España con cuatro o cinco toreros que ilusionaron a la afición mexicana con un toque de atención a la América taurina donde el torero de México, igual que sus ganaderos, han sido en el tiempo factores muy importantes en el desarrollo taurino de naciones como el Perú, Ecuador, Colombia y por supuesto Venezuela.  Le recuerdo en Las Ventas de Madrid, aquella temporada a la que me refiero era una temporada en la que esperaban como cartas marcadas para triunfo seguro a Sergio Flores y a Juan Pablo Sánchez. No a Saldívar. Más bien a Arturo lo pusieron de lado y lo metieron en el montón de rellenos que con cobija de injusticia de arropan muchas ilusiones en la fiesta.
 En esta tercera corrida de la Temporada Grande, Arturo Saldívar lo arregló todo y lavó del paladar con dos tragos fuertes el mal sabor del descafeinado que había quedado del anterior festejo: uno de Mezcal y otro de Tequila. Dos toros emocionantes que provocaron desapareciera de la plaza México el artificioso sabor del toreo descafeinado expresado por un reconocido artista, Morante, y un desaborío astado de Hamdam. 

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