Manolo llego a España consagrado en su tierra, tan solo aterrizo quiso entrenarse en dos ganaderías andaluzas, para irle tomando el ritmo a la embestida del toro español.
Al igual que el célebre Rodolfo Gaona, que a principios del siglo XX, había estado en Jerez una larga temporada, Manolo Martínez se fue a entrenar en la finca de ‘Los Alburejos’ de don Álvaro Domecq y Díez.
Manolo paso varios días en ‘Los Alburejos’, estos entrenamientos proseguirían, posteriormente, en la hacienda ‘El Toruño’, propiedad de la familia Guardiola.
Ahi se sometio a un intenso entrenamiento, encerrado en la plaza de tientas con varios bureles del encaste de Villamarta.
Manolo debuto en España, en la plaza de Toledo, el 5 de junio de 1969, alternando con Antonio Ordóñez y Paco Camino, consiguiendo cortar dos orejas a un toro de la ganadería de Cunhal Patricio.
En total torearía esa temporada, en España, cuarenta y ocho corridas de toros de las cien que tenia firmadas y que no pudo cumplir, ya que resulto cogido en tres ocasiones en los cosos de Bilbao, Murcia y Cáceres.
En España contrario a lo que muchos detractores cuentan y escriben, Manolo tuvo éxito, sin embargo su carácter quizás provocó que sus triunfos se vieran afectados por algunos tropiezos que provocarian un fuerte disgusto con el empresario de Las Ventas, Manuel Martínez Flamarique ‘Chopera’.
Su gran amigo, el poeta Renato Leduc recuerda que fuera de Madrid en el resto de España le declararon la guerra.
“Le cambiaban los encierros de ultimo momento, lo atacaban por despacharlos pronto, y en el colmo de la estupidez en alguna ocasión las autoridades le pidieron sus documentos en el patio de cuadrillas de una plaza: “Pues si quieren ver los cabrones papeles espere a que termine, porque aquí ni modo que los traiga escondidos debajo de los huevos” les dijo a los inspectores.
Finalmente confirmo su alternativa en Madrid el 22 de mayo de 1970 de manos de “El Viti“, cortando una oreja. Terminando la corrida tomó un avión sin escalas a México. Unicamente regresaría a España en años posteriores para actuar en algunos compromisos muy seleccionados.
La afición mexicana todavía lo recuerda con nostalgia e idolatría, al grado que en algunas tardes en su Plaza, La México, se rompe el silencio con un eco que parece venir del pasado: ¡Manolo, Manolo y ya!
Esa porra tan clásica y tan chilanga que su afición le dedico a su ultimo gran ídolo nacional y que aun retumba en muchos corazones.
Es lo que digo yo.
Twitter @LuisCuesta_
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