Por Paco Mora.
Creo recordar que fue el general Candón, durante unos años Director General de Seguridad, en los tiempos mas álgidos del franquismo, quien dijo que los comunistas eran como una botella de moscas que la única manera de que no hicieran saltar el tapón era moviéndola continuamente sin darles un respiro. Y es de sobras sabido el temor de aquel Régimen al Comunismo. Por eso durante muchos años en este país nuestro no bailarle el agua al Caudillo era suficiente motivo para ser sospechoso de rojo pro soviético.
Bueno pues con el toreo, la teoría de la botella de moscas funciona pero al revés de lo que Candón preconizaba. Ha bastado que alguien haya movido la botella para que el tapón saltara por los aires. El primer meneo se lo dio al recipiente acristalado del toreo el bueno de Talavante, después se produjo la respuesta de Toño Matilla y finalmente puso los puntos sobre las íes Simón Casas. Por fin se ha quedado con el antifonario al aire la injusta economía real del toreo.
Y como consecuencia inmediata, resulta que cuando estábamos temiendo que cualquier día estallara la rebelión de los gladiadores, porque creíamos que los que se lo llevaban crudo sin jugarse un alamar eran los empresarios, sale a la luz, por primera vez en la historia del toreo, que quienes se están llevando el manso y hasta el cencerro son los toreros del grupo denominado de “figuras”. Porque hemos de convenir que en estos tiempos de crisis, paro y temblores económicos, saber que unos ciudadanos ataviados con chispeantes vestidos se estén llevando a casa 240.000 eurazos por corrida… de toros claro, es como para que se produzcan soponcios si no de infarto al menos de angina de pecho.
Y no porque lo que se juegan en el ruedo no merezca ese dinero y más si fuera posible. Pero es que estaban lloriqueando como plañideras -¡coño!- dándonos a entender que eran unos pobres gladiadores víctimas del “sistema”. Cuando ahora resulta que “el sistema” son ellos. De momento han hecho mutis por el foro y no saben, no contestan, pero en algún momento deberán decir al menos que lamentan en el alma que mientras ellos se forraban, el grueso de la nómina del torero que también se pone delante del toro y completa los carteles, apenas ganaba para echarse al coleto en cualquier chiringuito de carretera, de regreso al dulce y modesto hogar, una frugal cena con sus cuadrillas, con el solo lujo de una botella de vino… De “El Baturrico”, oigan, nada de “Vega Sicilia” u otras exquisiteces reservadas solo para las pobres y explotadísimas “figuras”.
Puede que la próxima temporada alguno de esos lebreles que se la están jugando como leones con los “saltillos”, los “aguirres”, los “adolfos”, los “escolares” y los “pablorromeros”, por cuatro perras, si es que coinciden en algún paseíllo con ellos les suelten a cara de perro: “Vamos a ver cómo justifica usted esa millonada que cobra más que yo, so… maestro”.
Pero que nadie se asuste, que será difícil ver anunciados con esos hierros y esos toreros a los grandes beneficicados del toreo. Que por cierto: ¿serán capaces de mover ficha para tratar de racionalizar la economía de la Fiesta, que tal como está amenaza ruina y hasta liquidación por derribo? Si por mí fuera iban a torear ellos solitos, que al fin y al cabo son los máximos responsables del cisma producido con la pataleta de Tala y el arranque de sinceridad de Casas y Matilla…
Publicado en Aplausos
No hay comentarios:
Publicar un comentario