Me preguntan
¿Por qué antes se veían más concurridos los festejos? y creo que esto obedece en buena
parte al desinterés que existe desde que
algunos ganaderos estén
vendiendo kilos tiernos, con plátanos dominicos y amor y
paz en sus embestidas, ante ello uno
pensaría que esos aficionados que antes iban a la plaza ven las corridas
por ‘la tele’ pero a nivel calle la
opinión es que tampoco las ven, y me voy
a saltar el comentar porque no me consta
que hay personas que solo miran la
pantalla, y respecto a las ofertas radiofónicas cómo son varias es probable que en global el
rating se haya mantenido.
Y como estamos
en tiempos de cambios este lunes a través del programa de Ruiz Healy, escuche
que “Tere” Vale comentaba que se acababa de inaugurar la primera ‘Casa de
citas’ en la que en vez de prostitutas quienes propiciaban el placer son
robotinas, (por cierto recomendaron no excederse en la apasionada entrega pa’
evitar un corto circuito, producto de un sobre calentamiento) esto me remitió
al libro de ‘Sálvese quien pueda’ de Andrés Oppenheimer y en automático pensé
que en el improbable caso de que las corridas de toros continúen en la capital,
no habría que descartar que en algunas áreas la fiesta podrían robotizarse.
Y es que
pienso si una computadora es capaz de
verificar un automóvil y por ende certificar si está apto pa’ circular o no,
¿Cuál sería el impedimento pa’ que esto funcionaria en la fiesta?, veamos un
caso que sería el de los toros, los cuales una vez que llegasen a la plaza
pasarían por una banda como esas maravillosas que con tecnología de vanguardia
fabrica la confiable marca alemana de SIEMENS, ya sobre la banda al toro en
automático se le pesaría con una exactitud digital que no admite una milésima
de duda, también la pantalla daría el estimado de los kilos que por día va a
recuperar el animal en los corrales, la banda seguiría avanzando hasta
detenerse a un costado de un escáner que mediría la dentadura, los anillos que se encuentran en la sepa de
los cuernos, y checaría si la bajada de
los testículos concuerda con la fecha de
nacencia del toro, y sin que intervenga la mano del hombre en automático se cotejarían los dados con los
de nacencia que el ganadero mando pa’ alimentar la computadora, otro paso sería
el analizar el estado en que llegan los pitones pa’ saber si fueron manipulados, y por ultimo sin problema se
conocería el estado de salud en que se encuentra el toro, incluyendo la masa
muscular, y al final saldría la luz verde de verificación aprobada, o la roja
de rechazada.
Como esto no
va suceder de inmediato, lo que si buscamos es que se sepa que la fiesta está
navegando en un pantano de dudas, y por eso la inquietud por prevenir que esto
termine de desvielarse, tratando de salvarle alguno pistones, y al decir salvar así como los
toreros hace muchos años perdieron el control del ‘mango y del sartén’ y ahora
son mangoneados por las empresas, que quieren por conveniencias económicas hacerlos parte mecánica de su engranaje, a
ese al que ya han logrado meter en su redil a varios hierros, a los que les están comprando reses bajo un estándar, y digo reses porque
eso son y no toros de lidia, ganaderías
que permiten que a sus animales los traten como productos de vulcanizadoras y
les parchan las corridas a como se les da la gana, y subrayo estar consiente
que todavía existen excepciones.
Esa ética y
lugar lo deben de recuperar los agraviados que son los toros y los toreros a los que por
citar un ejemplo del poco respeto que les brindan, se sabe que en ocasiones los
toreros se enteran que van a torear por medio de las redes sociales, sin
siquiera haber negociado los toros que
van a lidiar, los nombres de los alternantes y hasta sus honorarios, ¿o que
acaso ya les tienen un arancel predeterminado?, y respecto al tendido o a la
afición esta tiene que recuperar también su lugar, mandar al carajo la sumisión
y alzar con estruendo la voz, porque esto es una fiesta donde no cabe la
blandenguería, y recurro nuevamente a unos ejemplos calientitos, que se han
registrados dentro de los tres primeros festejos que se han dado en la
temporada de invierno de la CDMX, donde varios animales debieron de ser
rechazado por su pobre trapío, ¿y qué ha pasado?, nada se ha permitido que se
lidien sin pitos y ya no digamos con una bronca, y en los referente a los toreros
indiscutiblemente en todos los festejos
se debió de haber abierto la Puerta Grande, ¿y qué ha pasado?, nada conformarse con una orejita que no tienen en
algunos casos más valor que el de una consolación o alegoría.
Y todavía
permitimos o nos quedamos tranquilos con que la prensa fru-fru nos diga que todo va bien, bueno como
ha estado la cosa que hasta al poderosísimo Sebastián Castella se le permitió su
displicencia y todavía le agradecieron el gesto de regalar un burel, señores esto es de contundencia, por eso la
gente al salir de la plaza el domingo
decían que el segundo y el sexto eran
llaves maestras pa’ abrir la Puerta del Encierro’, ¿y que paso?, ¡yo que se! Si
solo soy una oreja y un amplificador de la voz del tendido, ¿o del cemento de
la ausencia que es el que está haciendo las ‘grandes entradas’…y no sin razón.
Y como puedo
estar equivocado y sé que los extranjeros hayan hecho lo que hayan hecho, están
más allá del bien o del mal, recurro al pasatiempo de moda la Consulta Popular, volvería a pagar por ver a
alguno de los mexicanos que ya actuaron, (si) o (no), y como de todas maneras a
los del poder su respuesta les vale pinole, no conteste, que allá y aquí esto
es una farsa.
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