viernes, 7 de septiembre de 2018

LA CRÓNICA DE VITICO RAMÍREZ DE LA CORRIDA DE TOVAR


Alberto Lamelas: Debut de puerta grande
Buena actuación de Daniel Luque y digna alternativa de Buenaño


Víctor Ramírez “Vitico”


Llegar a un país por primera vez, debutar en una feria con tradición e historia dentro del calendario taurino y cortar cuatro orejas y un rabo es como un sueño, y a veces lo que se sueña se hace realidad como le pasó a Alberto Lamelas que firmó una completa actuación que le valió un triunfo apoteósico en la primera corrida de la feria de Tovar.

Destacó en la tarde Daniel Luque y tomó la alternativa dejando destellos de calidad Leonardo Buenaño, en una tarde en la que los toros de Rancho Grande y El Prado en mayor o menor medida dieron buen juego.

Leonardo Buenaño abrió plaza con un toro noblón, que tomaba mejor los engaños por el pitón derecho. Saludó el toricantano con larga cambiada de rodillas y buenos lances a pies juntos. Corrió la mano el novel espada con gusto en varios muletazos ligados por el pitón derecho aunque luego se fajó con menos lucimiento por el  izquierdo. La faena, larga y con mucha voluntad por parte del diestro, tuvo momentos de buen nivel. Una estocada caída que caló por abajo dejo todo en una vuelta al ruedo. Más asentado se mostró Leonardo con el sexto, sin duda más sereno el torero tras el trance del doctorado. A este astado le toreó bien con el capote, tras recibirlo con dos largas cambiadas de rodillas. Pero sin duda lo más importante del trasteo fueron dos buenas series de muletazos por el pitón derecho, en las que el espada dejó el engaño puesto por delante, tocó con suavidad y llevó largo al toro, ahí se vio el verdadero buen fondo de un nuevo matador de toros que con más rodaje puede dar motivos de alegría a la afición. Su trasteo, animoso, entregado y con ganas fue a menos, pero de lo que no cabe duda es de la valía del novel.

Daniel Luque estuvo serio, parsimonioso y torero, pues firmó en su primer toro un quite por chicuelinas y un remate a una mano que darían motivos a cualquier pintor para plasmarlos en un óleo. Con la muleta fue todo un maestro por como asentó a su flojo rival, jugó con los cites y las alturas, desmayado y con suavidad, corrió la mano en relajados derechazos, casi sin sacar el brazo, sólo dejando que la inercia del muletazo enganchara la embestida. Inspirado y artista el español, que toreó con las yemas de los dedos y si sólo cortó una oreja fue por no acertar con el acero a la primera. De nuevo con el cuarto, Luque se lució al manejar el capote con cadencia y gusto primero en las verónicas de saludo y luego en un quite sencillamente apabullante por cómo meció la embestida en la bamba de la tela. En el tercio final, toreó con temple, gusto, mando y estética en unos pases tan hondos como suaves, llevando cosido al astado, aunque el punto de sosería del burel no permitió al español redondear, pero ahí quedó su toreo.

Alberto Lamelas se llevó la tarde de calle, con un contundente triunfo, que se inició con tres largas cambiadas de rodillas ante el tercero, al que abrió faena con vibrantes pases cambiados por la espalda. Toreó muy bien el jienense con la mano derecha en muletazos largos, ceñidos y templados, llevando muy enganchada la noble embestida del astado, al que ligó emotivas series que calaron en el público que coreó la faena con intensidad. Una estocada entrando con agallas, algo defectuosa de colocación pero fulminante dio paso al par de orejas.
Ante el quinto, Lamelas se dio por entero primero en un explosivo saludo con dos largas cambiadas, verónicas de rodillas y chicuelinas. El noble toro de El Prado permitió una larguísima faena del español, que toreó con cadencia, largura y temple en series de pases hondos, exigentes, los cuales tomó con entrega, alegría y nobleza “Birulillo”, que no se cansó de embestir a un engaño que el diestro manejó con muy buenas maneras, destacando en dos series, de mano muy baja, vertical el toreo, relajado y sereno, disfrutando en suma. Lamelas disfrutó como nunca, en un trasteo de más de veinte minutos con series cada vez más largas, ceñidas y ligadas. El oficio del español, curtido en batallas de gran envergadura se dejó notar pues se le veía de verdad disfrutar de la pastueña embestida del salpicado para el que se pidió el indulto. Tras varios conatos de perdón por parte del público, Alberto entró  a matar, cobrando una estocada perpendicular fulminante. Las orejas y el rabo fueron de clamor, así como la vuelta al ruedo al noble astado.

FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros de Tovar
Viernes 7 de septiembre.
Primera corrida de feria.  Casi media entrada en tarde fresca
Dos toros de Rancho Grande (segundo y tercero) y cuatro de El Pardo ( primero, cuarto, quinto y sexto) terciados de presentación, nobles en conjunto. Destacó por su durabilidad y nobleza el quinto “Birulillo”, número 111, negro bragado meano gargantillo, al que se premió con la vuelta al ruedo. Nobles y algo flojos primero y segundo, encastado el tercero, soso el cuarto y noble el sexto.
Pesos: 427, 428, 425, 430, 429 y 425 kilos.
Daniel Luque, de verde botella y oro: Oreja y palmas.
Alberto Lamelas, de blanco y oro: Dos orejas y dos orejas y rabo.
Leonardo Buenaño, de lila y oro: Vuelta y palmas.
Leonardo Buenaño tomó la alternativa con el toro “Gasolina”, número 127, negro. Alberto Lamelas se presentó en Venezuela con el toro “Chocolate”, número 153, negro.
Se rindió un homenaje con minuto de aplausos a destacados personajes del mundo del toro desaparecidos físicamente este año como Carlos Rico, Enrique “Kike” Rosales, Nelson Arreaza entre otros.


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