Vuelta al ruedo a un gran Saltillo en San Isidro
Lidia muy bien Octavio Chacón, al que niegan una oreja pero se gana el respeto de Madrid en una dura corrida
Saltillo es una de las castas más ilustres: reses bravas, a veces difíciles, no grandes. Al primero de esta tarde, «Asturdero», cárdeno como sus hermanos, de 517 kilos, un gran toro, se le da la vuelta al ruedo (la primera de la Feria). Se pide la oreja para Octavio Chacón, que lo lidia muy bien. Los demás, duros y difíciles, superan a diestros que torean poco: una papeleta. A la vez, un espectáculo emocionante, para los aficionados, que no pueden distraerse un segundo.
El gaditano Octavio Chacón, que suele torear en Francia, tiene una tarde muy lucida, como lidiador clásico. Se gana al púbico colocando bien en el caballo al primero, que hace un gran tercio de varas. El toro se come la muleta y humilla, va a más; por la derecha, es excelente; por la izquierda, peligroso. Chacón muestra buen oficio, sabe bien lo que hay que hacer y mata de una estocada: merecía la oreja, en el toro de la vuelta al ruedo. El cuarto es el más complicado: le raja de arriba abajo el capote, pega arreones. (Saluda Vicente Ruiz, con los palos). En la muleta, derrota alto. Mata bien y sale muy reforzado.
En el segundo, Pascual Mellinas hace un quite providencial. El toro es una «prenda».Esaú Fernández trastea desconfiado y mata a la segunda. El quinto, «Cazarrata» (como el condenado a banderillas negras) barbea las tablas, se deja algo, pero con la cara alta. El diestro pasa un quinario para matarlo, se libra por poco del tercer aviso.
El valiente colombiano Sebastián Ritter ha toreado poco. El tercero va a por él; sufre dos desarmes. Mete el brazo con habilidad. El último persigue a los banderilleros como una centella; también, al matador, lo empitona contra las tablas, se libra de un serio percance: el único dato feliz de su tarde.
Decía don Antonio Chacón, maestro del cante: «Yo soy como los toros de Saltillo, que embisto mejor cuando me llega la sangre a la pezuña». La Tauromaquia es una metáfora de la vida. Con esa bravura ha embestido, esta tarde, el gran «Asturdero».
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