LA CAPITAL SIN FIESTA
El domingo al doblar el ultimo novillo en la Plaza México al que un pariente del charro de Huentitán, Alejandro Fernández, solfeo sabroso y luego trato de matar con una sobredosis de ternura, se me perdió la mirada en la inmensidad del graderío de los generales el que desde hace décadas se ha convertido en soledad, abandono, desuso, fealdad, e imaginé que ahora que el inmueble va a estar cerrado largos meses en los que las demoledoras convertirán en cascajo a su compañero el Estadio Azul, pues en una de esas, las piquetas y las manos de chango le dan su rasurada al copete de concreto en aras de una remodelación que tarde o temprano se tendrá que hacer de toda la plaza, volviéndola funcional, atractiva para los espectáculos bajo techo, con su ruedo de arena sintética (Tartán) y burladeros de absorción de impactos incluso a prueba de subalternos, y es que mientras no sea redituable como negocio pa’ los propietarios que ahorita la rentan como elefante blanco y pa’ los promotores que no le sacan todo el jugo por diversas razones sería iluso pensar que se van a ocupar de ella en todos los sentidos.
Son tiempos de la modernidad, de la funcionalidad, de las adecuaciones apoyados desde luego en la tecnología, más pareciese que la fiesta se quedó pasmada hace años, comenzando por su reglamentación que en mucho tiene que ver, con que la gente no quiera ver que los excesos con las espadas se alarguen en demasía, la muerte del toro es parte de la fiesta, pero con calidad, no con cantidad de pinchazos solapados por el reglamento, hay que ver por la fiesta espectáculo… nada más nos avisan como una atención cuando vaya a arrancar la obra, y apúrense! Porque no vaya a ser que ya saben quién, detenga la construcción y convierta la Plaza México en la plaza morena pa’ que se asolen los holgazanes que va a mantener haciendo caravana ajena con un dinero que ni el país tiene.
Y hablando de espectáculos se cerró el serial campechano de vacas y novillos el que entre otras cosas dejó la duda del ¿Por qué no se incluyó en los festejos de elegidos a dos toreros que dan espectáculo?, ¿será porque el toreo de Rodrigo Cepeda y del ‘Cozumel’ es heterodoxo?, y en cambio favorecieron a un migrante ecuatoriano, no lo entiendo, primero los de afuera que los de casa, lo cual si lo entendería si se tratase de un torero interesante, pero el que le quito un puesto a los compatriotas no enseño nada más, que no tengan los maletillas que andan buscando un pitón en su patria.
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