lunes, 5 de febrero de 2018

CRÓNICA DE BOGOTÁ 4ª DE TEMPORADA Jorge A. Díaz Reyes


A mamá torera
(crónica)

Baja entrada. Perlaza da una vuelta por oreja negada. Moreno Muñoz otra, después de malograr con el estoque faena de merito al toro de la tarde. Desilusionan los domecq del capitán.   
 
Moreno Muñóz. Foto: @MorenoMuñoz / Twitter
Cartel nacionalista; caleño, bogotano y paisa, en ese orden, frente a toros tolimenses de Santa Bárbara, que no refrendaron la vitola. Castaños, escalerados desde los exiguos 440 kilos del primero a los respetables 577 del quinto, lejos el mejor de la tarde y uno de los de la temporada, con mucha plaza, noble y a más, muerto sin tino.  Entre los dos extremos, caras decorosas, poca bravura y justas fuerzas, pero con un fondo de clase que bien pudo dejar en el ruedo algunas de las doce orejas que fueron arrastradas, amén de una pedida con furor y negada por el palco. Bogotá es Bogotá.

Paco Perlaza, dio una demostración de veteranía frente al complejo cuarto.  Con su poca codicia, descompuesta embestida y andar gazapeante, construyó una faena muy argumentada, de curso ascendente la cual firmó con un limpio volapié y una estocadón de trofeo. Lidia completa. Desde las coloridas verónicas la vara de Ospina que pareció dura pero resultó precisa, los ovacionados pares de “Chiricuto”, y el ecertado manejo de terrenos, distancias, tiempos y altura con la muleta. El público y los músicos se volcaron sobre ella, pero quizás un desarme accidental pesó demasiado a su señoría. Con el primero que se vino a menos, y le puso media espada delantera, solo había cosechado palmitas y algún grito tirrioso.

Moreno Muñoz, desparramó detalles de gusto y postura que levantaron pueblo en sus dos turnos. Más con el cuajado quinto brindado a su madre la matadora Myriam Moreno. Tras los manseos del primer tercio y dos brillantes pares de Carlos Rodríguez, el fosco descubrió la pañosa en el sitio preciso y se destapó a embestir de forma inesperada. Su respetabilidad y el majo aguante del pequeño valiente subrayaron la ligazón y el temple circular por lo bajo. ¿Quiso tablas? Pues en tablas. Fueron los momentos más intensos de la corrida. En medio del bullicio, la última noria termió en uno de pecho, rodilla en tierra y cuatro manoletinas. Toda la parroquia tras la espada que cayó baja y los dos crucetazos. Mamá torera lloró sobre la montera y la vuelta fue obligada. Al segundo le arreó un fierrazo contrario, dos descabellos y un aviso antes de saludar la ovación.

Luis Miguel Castrillón, el medellinense, no tuvo su tarde. Precavido y andariego, quizá más de lo necesario, despenó con estoque tendido y descabello al manso tercero y desprendido y doble golpe de verduguillo al ídem sexto. Con ninguno de los dos se avino y con el púbico menos. 

Un antitaurino trató de sabotear el rito durante la lidia del segundo, pero fue controlado antes de profanar el ruedo.      

FICHA DEL FESTEJO
Domingo 4 de febrero 2018. Plaza de Santamaría. 4ª de temporada. Nubes. Menos de media entrada. Con picadores. Seis toros de Santa Bárbara, dispares de volumen, bajos de raza y justos de fuerza.

Paco Perlaza, palmas y vuelta tras fuerte petición de oreja
Moreno Muñóz, saludo y vuelta.
Luis Miguel Castrillón, silencio y silencio

Incidencias: Saludaron: Emerson pineda y “El Piña” en el 2º“Chiricuto” en el 4º y Carlos Rodríguez en el 5º.

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