Pedro Pinzón y Carlos Allende por México y Augusto Rodríguez representante de los aficionados prácticos de Venezuela. |
San Cristóbal abrió la capa de feria con un hecho que no se había visto antes en la marco de la feria Internacional de San Sebastián, un festival inédito.
Muchos preguntaban ¿Cómo era eso? Algunos que de hecho no siguen los toros los movía la curiosidad para saber de qué estaba hecho el acto, previo a la corrida del 26.
Entonces vimos en el ruedo de Pueblo Nuevo a hombres con canas en la cabeza queriendo ser toreros y eso se respeta.
Desde México vinieron dos aztecas: Pedro Pinzón y Carlos Allende quienes se presentaron con ganas de torear pero con distinto desarrollo. Abrir plaza le correspondió a Pinzón quien ante un bravo novillo del Trébol con el que no se sintió a gusto, en el segundo estuvo más asentado pero demostró que no lleva mucho tiempo rodando por esta sensación de ser torero, quizá su manejo en las empresas de construcción (que es su trabajo) le ha quitado más tiempo del que él quisiera darle a querer torear.
Luego Carlos Allende quien estuvo bien en sus dos novillos, intentó ser variado con el capote, en ambos novillos instrumento buenas tandas dejando por momentos una reciedumbre de valor y dominio, ganándose las palmas de aprobación.
El venezolano fue Augusto Rodríguez, tenía una presión añadida a la de torear, se lidió su ganadería y eso conlleva un peso adicional lo que nos lleva a ver a “Agustico” por dos niveles como ganadero y como aficionado.
Toreo con sentido y gusto en los dos novillos, variado y alegre levantando el tendido que casi llegó a un cuarto de aforo y entregándose con pasión en cada pase dando una vuelta al ruedo en el primero y palmas en el segundo.
Como ganadero los seis novillos del Trébol dieron juego, tuvieron fijeza recorrido y mostraron nobleza, el encierro embistió con movilidad y la mayoría tuvo fijeza.
Hubo cosas que destacar, la primera que faltó promoción, se arrancó una hora después de la anunciada (era para las cuatro y comenzó a las cinco) picó toda la novillada “Goyito” en el Apalossa, destacaron en banderillas los jóvenes Ramón Contreras y Francisco “chico” Paredes.
El festejo resultó entretenido y ameno, vimos de los tres alternantes la disposición a ser responsables ante el público, con las deficiencias mostradas (la espada resulto pesada) pero su entrega es destacable.
Cuando después al salir preguntaron ¿Qué es un aficionado practico? Después de ver a los mexicanos que se vinieron desde tan lejos pagando los novillos en un acto gratuito solo queda una respuesta: “es un hombre que sigue los sueños así le duelan”.
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