domingo, 14 de enero de 2018

ASÍ VIO EL VITO LA CORRIDA EN LA MÉXICO



A   DOS VIMOS ...
Y LOS VOLVEREMOS A VER


EMOTIVAS Y SIGNIFICATIVAS LAS PALABRAS DE GARIBAY A DIEGO SÁNCHEZ AL CONFIRMAR SU INVESTIDURA COMO MATADOR DE TOROS EN LA PLAZA MÉXICO


EL VITO

Las bajas temperaturas en el Valle de México, y lo poco atractivo del cartel para la décima corrida de la temporada grande,  expusieron a la vista de todos el esqueleto del monumental coso de Insurgentes. Una mole desnuda de público.

A los toros de Arroyo Zarco intentaron meterlos en el carril publicitario de los legendarios defensores de los colores de Mimiahuapan, toros que en nada tienen que ver con aquella enseña bastión de una época importante en la fiesta mexicana. Ayer la corrida de Arroyo Zarco fue desigual en el tipo, de comportamiento diferente, y exceso de ordinariez.  Nada que ver con linaje que para su divisa se reclama  la apología con la que se presenta.

De los tres espadas  Ignacio Garibay es el único muchas tardes visto por la afición capitalina. Los que lo volvieron a ver, tanto en la plaza como por la televisión, será dudoso que le reclamen para otra oportunidad. A diferencia de sus alternantes, y con mucha diferencia del Garibay que conocimos años atrás, es poco lo que se arrima y expone pasándose los toros a distancia y con excesos de pico de muleta. Hay que decirlo, ha sido un buen torero, espada de oficio que aún joven pudiera escalar las cotas que debió y pudo haber alcanzado con menos distancia y menos pico de la muleta, elementos que enfrían la poca emotividad que sus toros ofrecieron.

No es del caso del joven extremeño José Garrido. Torero con oficio en el que desde hará cosa de tres años en España lo anuncian como figura del toreo en ciernes. Lo que no dudo. Ayer cortó la única oreja del festejo tras demostrar en su primer toro  sentido del temple y dominio del capote en el lance. Toreo de exposición, el suyo, por lo que emociona. Expone en la ejecución de la suerte, no en la exposición histriónica de la ejecutoria. A su segundo toro le exprimió lo poco que tenía el limón  para dejar constancia de su entrega y reincidir en sus buenas condiciones profesionales.

Sí, a Garrido lo volveremos a ver en la México y en carteles muy importantes en España.
A Diego Sánchez hay que hacerle justicia y darle más oportunidades que bien merece. Merecimiento sustentado en los méritos de su actuación que resumiría por no llenarlos de palabras huecas en que se trata de un torero fresco, con sentido del toreo en el trasteo durante la construcción de la faena. Torero de dinastía hidrocálida, hijo de Luis Fernando, sobrino de Ricardo  y de Martín, primo de Juan Pablo, los cuatro toreros de mucho temple, de esa donosura que le acompaña a Diego Sánchez con la que aterrizó bien plantado en la arena de tan histórico septuagenario, el coso Monumental Plaza México.
Entre las pocas cosas fáciles que hay en la fiesta de los toros está la de anunciar el fracaso de un torero. Lo difícil es atreverse y pronosticar que estamos ante un buen torero. Me atrevo señalar a este Diego Sánchez como un torero que hará carrera, y que será una carrera muy interesante.
Ah!...y muy agradecidos a la Televisión Mexicana por darnos a los venezolanos la oportunidad de disfrutar la Temporada Grande de la Plaza Monumental México.

   

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