A DOS VIMOS ...
Y LOS VOLVEREMOS A VER
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EMOTIVAS Y SIGNIFICATIVAS LAS PALABRAS DE GARIBAY A DIEGO SÁNCHEZ AL CONFIRMAR SU INVESTIDURA COMO MATADOR DE TOROS EN LA PLAZA MÉXICO |
EL VITO
Las bajas
temperaturas en el Valle de México, y lo poco atractivo del cartel para la
décima corrida de la temporada grande, expusieron
a la vista de todos el esqueleto del monumental coso de Insurgentes. Una mole
desnuda de público.
A los toros
de Arroyo Zarco intentaron meterlos
en el carril publicitario de los legendarios defensores de los colores de Mimiahuapan, toros que en nada tienen
que ver con aquella enseña bastión de una época importante en la fiesta
mexicana. Ayer la corrida de Arroyo
Zarco fue desigual en el tipo, de comportamiento diferente, y exceso de
ordinariez. Nada que ver con linaje que
para su divisa se reclama la apología
con la que se presenta.
De los tres
espadas Ignacio Garibay es el único muchas tardes visto por la afición
capitalina. Los que lo volvieron a ver, tanto en la plaza como por la
televisión, será dudoso que le reclamen para otra oportunidad. A diferencia de
sus alternantes, y con mucha diferencia del Garibay que conocimos años atrás, es poco lo que se arrima y expone
pasándose los toros a distancia y con excesos de pico de muleta. Hay que
decirlo, ha sido un buen torero, espada de oficio que aún joven pudiera escalar
las cotas que debió y pudo haber alcanzado con menos distancia y menos pico de
la muleta, elementos que enfrían la poca emotividad que sus toros ofrecieron.
No es del
caso del joven extremeño José Garrido.
Torero con oficio en el que desde hará cosa de tres años en España lo anuncian
como figura del toreo en ciernes. Lo que no dudo. Ayer cortó la única oreja del
festejo tras demostrar en su primer toro
sentido del temple y dominio del capote en el lance. Toreo de
exposición, el suyo, por lo que emociona. Expone en la ejecución de la suerte,
no en la exposición histriónica de la ejecutoria. A su segundo toro le exprimió
lo poco que tenía el limón para dejar
constancia de su entrega y reincidir en sus buenas condiciones profesionales.
Sí, a Garrido lo volveremos a ver en la
México y en carteles muy importantes en España.
A Diego Sánchez hay que hacerle justicia
y darle más oportunidades que bien merece. Merecimiento sustentado en los
méritos de su actuación que resumiría por no llenarlos de palabras huecas en
que se trata de un torero fresco, con sentido del toreo en el trasteo durante
la construcción de la faena. Torero de dinastía hidrocálida, hijo de Luis Fernando, sobrino de Ricardo y de Martín,
primo de Juan Pablo, los cuatro
toreros de mucho temple, de esa donosura que le acompaña a Diego Sánchez con la que aterrizó bien plantado en la arena de tan
histórico septuagenario, el coso Monumental Plaza México.
Entre las
pocas cosas fáciles que hay en la fiesta de los toros está la de anunciar el
fracaso de un torero. Lo difícil es atreverse y pronosticar que estamos ante un
buen torero. Me atrevo señalar a este Diego
Sánchez como un torero que hará carrera, y que será una carrera muy
interesante.
Ah!...y muy
agradecidos a la Televisión Mexicana por darnos a los venezolanos la oportunidad
de disfrutar la Temporada Grande de la Plaza Monumental México.
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