domingo, 5 de noviembre de 2017

FRACASO DE XAJAY EN LA PRIMERA DE LA FERIA DE TLAXCALA

“TLAXCALA NO OS DEBE VASALLAJE” – FIASCO DE XAJAY EN LA RANCHERO.

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Sergio Flores manda al natural al muy discutible toro de Xajay lidiado en Tlaxcala. Foto: SuerteMatador.com
La Afición de la Plaza “Jorge Aguilar” alza la voz para decir abiertamente lo que todo el tendido piensa, lo que todo el mundo quiere hablar… pero que nadie se atreve a preguntar, “Cuarenta y dos ganaderías en Tlaxcala, ¿Qué no hay algo mejor?” No. Parece que al taurinísimo militante se le acaban las ideas con el fracaso absoluto, regalo incluido, en tarde cara de boletaje, de casi lleno en el tendido pero de decepción total. Flores se impone y Castellapadece la trampa de la mansedumbre a la que se auto somete matando esta clase birrias. Ni pa’l caldo.
Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA. Tlaxcala.
Sí, nos hemos quejado de la falta de bravura en los tendidos.
Esa que, pese a todo, parece no irse de Guadalajara. La misma que está muriendo en La México, que formó a muchos aficionados en su tendido pero que se pierde entre el porrismo y la cargada. La reflexión en el aficionado durante el festejo, principalmente del lado de Sol, es llama y pulso de la Fiesta, si se muere, la corrida estará perdida.
Para siempre.
No obstante, desde el centro del Imperio parece revivirse el antiguo reto mexica a Tlaxcala: “Que el gran Señor de México era Señor Universal de todo el Mundo, que todos los nacidos eran sus vasallos, que á todos los había de reducir para que le reconociesen por Señor, y que á los que no lo hiciesen por bien y dalle la obediencia, los había de destruir, asolar sus ciudades hasta los cimientos y poblarlas de nuevas gentes.”, como nos dice la Historia de Tlaxcala de Diego Muñoz Camargo.
Y en Tlaxcala, una afición callada otras veces, despierta con bravura en cuanto siente el puyazo trasero que implica, no tanto el precio tan caro de los boletos, sino la decepción de ver que en la mismísima capital del antiguo Señorío, aquella que no fue enseñoreada por nadie, se cuela la más lastimera y falta de trapío escalera del encierro de Xajay.
No basta con el flaco y feo castaño aldinegro que abre plaza, que decepciona a Castella tanto como el francés, enfundado en un vestidazo de áureas crucetas y seda turquesa, a la multitud que tristemente ve como ordena, nulo puyazo y cambio de tercio con dos pares, dos que muestran la inutilidad de la Autoridad y del propio astado con el que Sebastián se dobla y hace pasar componiendo su tranco, en momentos ligando.
Pero que toda insistencia rompe al manifestar la impotencia al pinchar.
Al estrellar la emoción en la trampa de la debilidad.
Entonces la mesa se sirve a Sergio Flores, al que el paisanaje le mira sereno con un xajay anovillado. Este segundo de mejor hechura tiene pésima cabeza. Inyección por puyazo, quite combinado con remate muy lucido, solo dos pares y la protesta a la Autoridad no se deja esperar, irónica y lacónica. Luego Floresdespliega, tras innecesarios péndulos, claridad y largueza con las dos mejores tandas de toda la tarde.
Completas, bien trazadas, muy largas, sobre todo al natural, dos rotundos donde la tela, en plenos medios, con trazo perfecto, liga y encadena el remate, encienden la pasión y la entrega de la gente… solo apagada por la casta rota del astado.
Pincha Flores. Tarda con el descabello.
Mas que al toro, a la ilusión de la gente.
Que reacciona en el siguiente turno del tlaxcalteca pues éste tras embarcar a la media altura con la derecha queda sin oposición que le ataque, se arrima e invade los terrenos del mejor presentado del encierro que, tras derechazos, aflige y con la agresividad apagada, es avasallado tras capetillina y Flores se descara al grado de desplantarse.
Mata bien y sobreviene la única oreja.
Tenemos entonces que toda la Plaza, localidad Campanario incluida, se vuelca todo el festejo contra la corrida, desde la lapidaria “¡Toro chico, Fiesta chica!” Hasta preguntar por los dos pares “¿Qué ‘fregadera’ es esta?” y, principalmente, sobre el brindis al ganadero al que Sergio Flores, de modo por demás inoportuno, brinda el sexto, un anovillado burel con el que se dobla con buen trazo y orden pero al que, en el cambio de mano genuflexo, se rompe para siempre su instinto de ataque.
Y cómo será de lastimoso el hecho que el propio Flores chabacanamente empieza a invadir terrenos y a equivocarse en su afán chabacano de dar el cambiado en lo corto que es levantado y peligrosamente volteado, luego tras la revisión, regresa a castigar por bajo al xajay y quitárselo de encima con tres cuartos caídos.
El gentío se anima con el regalo de Castella.
Lástima que sea de Xajay, así lo refleja el tendido.
No vale la pena ver a Sebastián Castella salir a perseguir mansos, además de fea estampa como el horrible segundo. Que se defiende, luce a pies juntos el diestro en mandiles pero toma la decisión, además de la petición autorizada de los dos pares, de irse por alto, con el sentido del toro para arriba y el francés incomodado con las vueltas contrarias y la huida a las tablas.
Luego el despropósito de la Banda. Castella se las arregla para hacer pasar al bonito quinto, entrepelado y girón, con el capote, principalmente en la chicuelina y los pases, en el mismo sitio por alto, con el toro, para variar, con el tranco y la casta rotos.
Como la inoportuna música rompe el ambiente es pitada.
Y que coincide con el desarme. Que rompe la faena.
Del cual el francés no se recuperaría, ni la noche, ni la empresa, curiosamente tlaxcalteca y ganadera que trae una ganadería en horas bajas, tal como lo refleja el tendido que no perdona al también empresario de La México al cuestionarle el modelo actual de la Plaza capitalina.
De esperanza la vuelta de Castella ante el horrible astado de regalo. Y de pronto se fue la luz. Hasta el capote de paseo del francés desapareció…
Nunca ha sido fácil para los soberanos del Anahuac visitar Tlaxcala.
Peor aun más, imposible enseñorearla.
Por eso nos dice Muñoz Camargo, que Tlaxcala no consintió sino contestó aquel reto mexica, así: “Señores muy poderosos: Tlaxcala no os debe vasallaje, ni desde que salieron de las siete cuevas, jamás reconocieron con tributo ni pecho a ningún Rey ni Príncipe del Mundo, porque siempre los Tlaxcaltecas han conservado su libertad; y como no acostumbrados á esto, no os querrán obedecer, porque antes morirán que tal cosa suceda como está por consentir.” Finaliza la respuesta.
Con Tlaxcala ni con la Fiesta se juega, menos se avasalla.
So pena de repetir, tristemente, el curso de la historia.
Twitter: @CaballoNegroII.
RESUMEN DEL FESTEJO.
Tlaxcala. Gran Feria de Todos los Santos 2017. Día de Muertos. Jueves, Noviembre 2 de 2017. Segunda de Feria. Casi lleno en tarde agradabilísima de clima, afición exigente principalmente en el tendido de sol, dura por momento. Mal el Juez de Plaza al cambiar los dos primeros turnos con solo dos pares a instancias de los propios espadas.
7 Toros, 7 de Xajay (Divisa Verde y Rojo) El séptimo de regalo. Escandalosa escalera de feas hechuras por bastas y la mayoría de feas cabezas. Mansa y descastada, débil sin fondo claro de bravura, salvo, en un momento, el segundo de la tarde que se desfondó tras dos tandas, una por cada pitón. Todos volteando contrario. Espantoso el de regalo, horrible mulo que no tuvo mas que arreones.
Sebastián Castella  (Turquesa y oro) División, Pitos, Silencio y Vuelta en el de Regalo. Sergio Flores (Obispo y oro) Ovación, Oreja y Ovación.
Mal las cuadrillas en colocación y precisión al clavar y picar en la mayoría de los turnos.

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