Víctor Ramírez “Vitico”
RAFAEL ORELLANA Y SU PÚBLICO |
TARDE DE
INJUSTIFICADA EUFORIA
La
cuarta corrida de la feria del Sol se vivió con inusitada euforia, que se
desató en la concesión de trofeos, en un resultado artístico abultado pero
alejado de lo que en realidad ocurrió en el ruedo. Rafael Orellana y Daniel
Luque se lucieron en el mano a mano que sostuvieron ante toros de Los Ramírez,
que colaboraron en diferente grado con ambos espadas.
Rafael
Orellana saludó con dos largas cambiadas al primero de la tarde, toro áspero y
soso, al que toreó con mucha voluntad, destacando en algunos muletazos largos y
templados sobre todo con la mano izquierda. Sufrió una fuerte voltereta de la
que no se amilanó, para dejar una estocada de muy buena ejecución, pero el
astado se amorcilló. Visiblemente dolorido recibió a portagayola al tercero,
haciendo gala de una gran aguante, pues el toro se le frenó al torero en seco.
Orellana se empleó en una faena larga,
con algunos muletazos de excelente factura, vertical y relajado el diestro,
llevando largo al encastado toro, que le enganchó y punteó la franela en varias
ocasiones. No tardaron en llegar los rodillazos, adornos y cabezazos al toro,
tan habituales en este torero, lo que calentó más al festivo público. Lo bueno
ya estaba hecho y el toreo accesorio lo complementó, aunque perdiendo la faena
seriedad y hondura. Se volcó con la espada, para cobrar una entera trasera que
fue efectiva. Dos orejas y un sorpresivo rabo, concedido desde la más absoluta
generosidad. Sin duda este tipo de trofeos demeritan lo que de verdad es una
faena merecedora de tal galardón.
Entregado
y decidido a redondear su tarde, Orellana se empleó afanoso con su tercero, un
toro complicado, que salía con la cara alta y descompuesto. Voluntarioso el
diestro, consiguió en medio de muchos enganchones algunos pases de buena
factura, pero sin llegar a redondear. Tras un certero pinchazo hondo cayó otra
sorpresiva oreja.
Daniel
Luque se las entendió con un primer toro mansurrón y complicado, con el que
puso empeño y voluntad. Con el cuarto, Luque toreó con clase, gusto y ritmo.
Tiene este torero la virtud de enganchar con mucha suavidad las embestidas, con
toques casi imperceptibles, que fijan al astado en el engaño, para no dejarlo
ir, en base a una estupenda colocación, quedándose quieto en un palmo de
terreno. Varios de sus muletazos fueron excelentes. Se pegó un arrimón para
cerrar su labor, que tras una estocada se premió con otro rabo, que visto el
concedido anteriormente se antojaba seguro. Sin duda aunque fue una buena faena,
no ameritaba el máximo trofeo. Ante el nobílisimo y terciado sexto, Luque
volvió a encandilar a la parroquia, toreando con mucho temple, gusto y clase.
Está en un gran momento el español, que se dejó llevar por la inspiración en
tandas de largos muletazos, con el torero quieto y vertical, siendo el eje para
llevar cosido al engaño al toro, que giraba sobre el diestro, que le toreó con
cadencia de artesano. Atención a este torero, que está en un momento cumbre.
Cortó las dos orejas de “Paramero” para cerrar un gran paso por esta feria.
Una
tarde que sin duda deja grato sabor en los espectadores, pero que debe llamar a
la reflexión, pues se vieron muy buenas cosas pero se premiaron en grado
superlativo.
Ficha
de la corrida
Plaza
de toros de Mérida.
Lunes
27 de febrero.
Lleno
en tarde agradable y fresca.
Toros
de Los Ramírez, desiguales de presentación y juego. Complicados los dos
primeros, bravo y encastado el tercero, “Giraldero”, número 276, albahío,
premiado con la vuelta al ruedo. Noble el cuarto, soso el quinto y muy noble y
suave el sexto.
Pesos:
440, 450, 450, 460, 440 y 440 kilos.
Rafael
Orellana, de grana y oro: Silencio, dos orejas y rabo y oreja.
Daniel
Luque, de negro y oro: Silencio, dos orejas y rabo y dos orejas.
Destacaron
en banderillas Raúl Caricol y Mauro David Pereira.
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